La prevención y el diagnóstico precoz son dos aspectos clave en la lucha contra el cáncer de mama, ya que de ellos se desprenden dos posibilidades: eliminar o, en su defecto, retrasar su aparición y, en el caso de que ya se haya originado lesión, identificarla en sus estadios más incipientes para que pueda resolverse de la manera más satifactoria.
Según Antonio Sierra, director de la Unidad de Mama del Hospital Beata María Ana de Madrid, las novedades más destacables en el ámbito del diagnóstico se centran en métodos que permiten detectar el cáncer muy precozmente. Desde el punto de vista de la cirugía, “las lesiones que se observan en las unidades de mama y diagnosticadas tempranamente, se intervienen con anestesia local y sedación de forma totalmente conservadora y consideradas curadas en la mayoría de los casos”.
De esta forma, “muchos tumores de estas características son no palpables, pero sí identificables radiológicamente. De ahí la importancia del diagnóstico precoz que se lleva a cabo y es fundamental en las Unidades de Mama para mujeres sanas que todos los años acuden a sus chequeos habituales”, subraya Sierra, director del XI Curso Anual sobre Actualización en el Diagnóstico y Tratamiento del Cáncer de Mama, que se está celebrando estos días en Madrid y que cuenta con la participación de más de 500 profesionales, ya que se trata de un encuentro multidisciplinar en el que se abordan “todos los aspectos relacionados con el diagnóstico y con los tipos de tratamientos”.
Minimizar las posibilidades
Así, los profesionales que imparten esta nueva edición analizarán aspectos relacionados con el Radiodiagnóstico de Imagen, la biopsia radioguiada y a través de resonancia magnética, el papel de la Radiología Intervencionista, el diagnóstico en lesiones de alto riesgo y su estudio diagnóstico anatomopatológico, sin olvidar aspectos relacionados la importancia del ejercicio físico en prevención del cáncer de y los aspectos emocionales en las pacientes.
Según Sierra, una de cada ocho mujeres desarrollará a lo largo de su vida un cáncer de mama y una de las claves está en minimizar las posibilidades de desarrollo. “Evitar el sedentarismo, la obesidad con dietas adecuadas ricas en fibras y pobres en grasas, huir del tabaco o dar de mamar son algunos de los ejemplos que pueden favorecer su no desarrollo porque se trata de factores modificables. En el caso de mujeres que tienen historial familiar, lo más adecuado es que los controles se hagan de una forma más periódica. En el caso de que se detecte una pequeña lesión, se puede llevar a cabo un abordaje mínimamente invasivo. Sólo se tendrán que plantear abordajes menos conservadores en lesiones ya muy desarrolladas o en los escasos casos, cerca de un 2 por ciento, que son multicéntricos.
Sierra aboga por la labor de las unidades de mama, teniendo en cuenta que su principal labor es el seguimiento y control de mujeres que, en principio, están sanas. “El 90 por ciento de las lesiones no palpables, pero identificables por mamografía, son de carácter benigno. Sólo entre un 3 ó 4 por ciento de lo que vemos en las unidades de mama son cánceres. De ahí la importancia de la prevención y del diagnóstico precoz que se lleva a cabo en ellas”.
En el apartado de novedades quirúrgicas, los profesionales también analizarán en este encuentro el abordaje del cáncer de mama en la mujer joven, el manejo de la axila, el papel de la Cirugía Plástica, el tratamiento y prevención del linfedema, el tratamiento radioterapéutico tras cirugía conservadora y tras mastectomía, así como la reconstrucción y la incorporación de nuevas tecnologías en el tratamiento oncológico.
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