La covid-19 va a ocupar la mayor parte del tiempo de trabajo en la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (Facme), reconoce Pilar Garrido, presidenta electa de la federación. Un proyecto "muy ambicioso y de mucho calado" que pretende, entre otras cosas, visibilizar y poner a disposición de las autoridades propuestas basadas en el criterio científico.
Si el próximo 17 de diciembre lo refrenda la asamblea, Garrido será la presidenta de la federación hasta 2023, tras la dimisión en el puesto de Antonio Zapatero, nombrado hace unos meses viceconsejero de Salud Pública y Covid-19 de Madrid.
"Facme siempre ha defendido que es más fácil entender medidas que sean homogéneras y con un criterio científico claro, transparente y basado en el conocimiento"
Reconoce que durante estos meses el ingente trabajo de las sociedades "posiblemente ha pasado más desapercibido de lo que queríamos" y que su primer objetivo es visibilizar esa labor. Las sociedades han echado de menos que se les escuche "en todos los temas relacionados con la covid-19", pero asegura que ya se han reunido con varios consejeros de Sanidad y que el feedback está siendo positivo.
Muy prudente a lo largo de la entrevista ("Soy oncóloga. No quiero ser la voz en cosas en las que no soy experta", puntualiza), respecto a las diferentes discrepancias entre administraciones sobre cuestiones como el confinamiento de Madrid, la duración de los cierres perimetrales, etc., apunta que "Facme siempre ha defendido que es más fácil entender medidas que sean homogéneras y con un criterio científico claro, transparente y basado en el conocimiento. Si las decisiones finales son diferentes, no podemos entrar...".
En su opinión, se está actuando mejor en cuanto a la atención al paciente no covid en esta etapa, pero señala que "una de las cosas que más preocupa a las sociedades es analizar el impacto acumulado de la primera ola y el impacto de la segunda en todos los procesos asistenciales no covid".
Ese será uno de los muchos temas sobre los que se pronunciará Facme como, asimismo, el uso de la telemedicina. "Personalmente, creo que aporta valor en determinadas situaciones, pero será un añadido; no debe de sustituir a la atención presencial. Hemos visto las bondades de muchas cosas que hemos tenido que implementar por necesidad, pero habrá que regular la telemedicina e integrarla. A nosotros nos forman como médicos para una atención directa al paciente", recuerda.
Aparte de la pandemia, uno de los proyectos más avanzados en Facme es la de analizar el papel de las sociedades científicas en formación médica. Para ello, están recopilando las actividades de formación realizadas en los últimos dos años. El informe que presentaría a principios de 2021. El objetivo es mostrar "lo que se ha hecho en este ámbito, lo que cuesta y la propuesta de Facme, que es que esta formación debe venir definida por los propios profesionales, que se agrupan en las sociedades científicas".
Defiende que éstas son líderes en formación: "Queremos poner en valor este enorme esfuerzo, cómo se articula en cursos, másteres, congresos, acreditaciones... es decir, todo el trabajo que hacen las sociedades científicas para garantizar la formación de sus asociados, la de los residentes en áreas complementarias a su formación MIR, incluso a pacientes y ciudadanía...".
Sobre el polémico decreto 29/2020, que permite la contratación de no especialistas y la movilidad forzosa de efectivos entre servicios y niveles asistenciales para cubrir déficits de personal, Garrido defiende que "hay que trabajar de la mano con la profesión y abordar los problemas, que creo que no son el número de profesionales, como ya hemos dicho en el Foro de la Profesión Médica, sino otros aspectos. Hay zonas que son de difícil cobertura, pero no creo que sea para movilizar a la fuerza... hay que pensar en soluciones a medio y largo plazo".
De momento para solucionar el déficit de profesionales, el Ministerio de Sanidad y las comunidades llevan aumentando el número de plazas MIR desde hace años, particularmente desde 2017. En 2021 se llegarán a las 7.989 plazas MIR, de 10.249 en total.
"Hay zonas que son de difícil cobertura, pero no creo que sea para movilizar a la fuerza... hay que pensar en soluciones a medio y largo plazo"
Respecto a algunas voces que han cuestionado si la capacidad docente del sistema se puede seguir estirando (según el Ministerio de Sanidad, hay en total 11.473 plazas de formación sanitaria especializada), Garrido comenta que "al final el objetivo no es formar a más profesionales, sino que el sistema sea capaz de hacerlo con garantías y ligado a los requerimientos del futuro. Tiene que ir todo alineado con una visión a largo plazo. La capacidad de seguir creciendo seguramente sea mayor en unas especialidades que en otras: deberán tener en cuenta a las personas próximas a jubilarse, las unidades docentes, su capacidad, el número de tutores..."
Pero, ¿es éste el mejor momento, con un sistema bajo presión por la pandemia? ¿O a pesar de la covid-19 hay que tener la vista puesta en el futuro? "Tenemos que resolver las necesidades de formación de ahora, pero también prepararnos y formar a los nuevos especialistas que hacen falta para los próximos años, hacer un análisis estratégico. No sé cuánto tiempo vamos a convivir con la pandemia, pero no parece que vaya a ser algo a corto plazo. Administraciones y expertos, en este caso las comisiones nacionales de las especialidades, tendremos que ver los pros y contras del presente, pero también del futuro".
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