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lunes, 7 de diciembre de 2020

Pseudociencia, el Lado Oscuro: Ayahuasca

Emilio Molina
saradomingo
Lun, 07/12/2020 - 08:00
Opinión
Ayahuasca
La ayahuasca es una liana amazónica que en infusión se ingiere en contextos rituales para provocar alucinaciones.

"Yo no uso drogas, mis sueños ya son lo suficientemente horribles." (M. C. Escher).

Abro un tema muy complejo, por sus variantes y muchas aristas que engloba. Del que, además, se comenta muy poco habida cuenta la cada vez mayor profusión que tiene en nuestro país, que cuenta con la mayor oferta de eventos de tipo 'retiro' para su consumo de toda Europa.

La ayahuasca ('soga de los muertos'), es una liana nativa de la selva amazónica que al mezclarse en infusión con las hojas de otra planta, se ingiere en contextos rituales para provocar alucinaciones de tipo onírico. El principio activo, la dimetiltriptamina (DMT), es estructuralmente muy similar a la psilocibina, otro psicodélico.

Este compuesto muestra su efecto alrededor de una hora después de administrar una dosis, con un pico hacia la hora y media o dos horas, y luego una disminución durante las horas siguiente, que puede perdurar semanas.

Su ingesta provoca aparentemente la disminución de la actividad de la zona media del lóbulo parietal, asociada a la autopercepción (hiperactiva en situaciones patológicas como depresiones y pensamientos obsesivos), actuando de forma similar a un antidepresivo, con una disminución de la autoevaluación crítica. También parece tener la propiedad de estimular cierta proliferación de células madre neuronales y su migración a circuitos cerebrales preexistentes para su transformación en neuronas funcionales.

El DMT está en la Lista 1 del Convenio de Viena del 21 de febrero de 1971, del que España forma parte, sobre sustancias psicotrópicas de la Organización Mundial de la Salud.

La propia planta formó parte de la Orden de lista de cuya venta al público, así como la de sus preparados, queda prohibida por razón de su toxicidad y su uso y comercialización se restringe al ámbito farmacéutico y la investigación, pero por un defecto de forma de la Orden SCO/190/2004, de 28 de enero, dejó de estar vigente a raíz de una sentencia de la Sección cuarta de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional de fecha 29 de junio de 2005.

Estamos ante una planta cuyo principio activo puede tener utilidad terapéutica legítima en situaciones de estrés postraumático, adicciones o depresión, y que se está usando indiscriminadamente, sin cuantificación ni dosificación precisa, en lugares que distan de tener los registros normativos de centros sanitarios, por parte de gente a menudo sin cualificación para prever ni tratar los efectos secundarios que pueden aparecer por su consumo directo (posibles intoxicaciones, alergias, cuadros de vómitos, brotes psicóticos por condiciones previas).

Esto por no hablar de que, directamente, en este tipo de retiros no es inusual que termine habiendo una ingesta adulterada del producto, el consumo de otro tipo de drogas simultáneamente, y condicionamientos previos y posteriores de tipo coercitivo durante los rituales, que sugestionen a los practicantes a hacerles creer que las alucinaciones que vivirán (algunas de ellas tan traumáticas que pueden ocasionar por sí mismas problemas psicológicos) tienen cierto sentido arbitrariamente elegido por el 'chamán'. Tampoco es inaudito que sucedan abusos de tipo sexual por parte del mismo durante el estado de completa indefensión de la víctima, agresiones por los mencionados brotes psicóticos al propio consumidor o a otros asistentes (algunas con el resultado de muerte), y captaciones sectarias aprovechando el 'subidón' que la experiencia provoca en algunos individuos en conjunto con el ritual (a pesar de que la sustancia en sí no cause en principio una adicción química, no olvidando que sí puede generar una comportamental).

El negocio de los retiros, que se venden como espirituales y terapéuticos, está al alcance de todo el mundo (como de costumbre, invito al lector a hacer una búsqueda rápida en google de los retiros con ayahuasca más cercanos a su zona; probablemente se sorprendan por la variedad y cantidad de la oferta). Mueve millones de euros solo en nuestro país y está en franco auge.

Y, como siempre cuando hay negocio, no solo lo están promoviendo charlatanes sin estudios, sino que últimamente se están moviendo asociaciones de promoción de su consumo que, mediante publicaciones científicas, intentan allanar el camino social a una normalización de su consumo. Mediante el truco que ya usaban algunos de sus promotores en charlas universitarias de alertar de las malas prácticas de otros grupos para atraer a la audiencia a su propio chiringuito, se exponen como ejemplos a seguir casos de grupos de los que, precisamente, tenemos víctimas de coerción constatadas en la asociación de prevención del sectarismo RedUNE. Sus webs son impecables, sus estrategias de comunicación ya las quisieran para sí campañas ministeriales, usan como portavocía a supuestos profesionales sanitarios adeptos a esta sustancia (que no dudan de usar calificativos poco apropiados como 'medicina para el alma'), que insisten en sus múltiples casos de usos terapéuticos a la vez que proclaman que no tiene usos terapéuticos constatados (los lectores de esta columna ya conocerán cómo funcionan este tipo de protecciones legales). Logran hacerse paso sin problemas en lugares como universidades, hospitales y hasta recientemente alguna Agencias de Salud provinciales, presentando como inocua tanto la sustancia como la práctica (siempre que la hagan en rituales de «los buenos», que son los suyos, claro).

El consumo de ayahuasca quizá pueda tener sentido como medicina chamánica de algún tipo en lugares donde no tienen acceso a nada más. En nuestro entorno, usar su exotismo no es más que una excusa para hacer negocio a costa de clientes que buscan colocarse para 'crecer espiritualmente' o con propósito terapéutico. Para 'curarse legalmente en salud', no cobran la planta, sino que funcionan mediante donativos para el ritual, y hacen firmar al consumidor un supuesto consentimiento informado que les deja básicamente desamparados ante cualquier problema que pudiera surgir (sobre todo cuando estos retiros se llevan a cabo en lugares francamente alejados de centros de salud).

En resumen, España es el lugar en el que más se consume una liana que crece en entornos tropicales y que se usa en 'retiros' para provocar ensoñaciones lúcidas por un compuesto que está fiscalizado pero no se está controlando la importación ilegal de la planta que lo contiene y que debería estar en sí misma ilegalizada por sus características pero no lo está por dejadez burocrática. ¿Cuántos de los lectores habían oído hablar de ella?

* Emilio Molina. Vicepresidente de la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (Apetp) y colaborador del Observatorio contra las Pseudociencias, Pseudoterapias, Intrusismo y Sectas Sanitarias de la Organización Médica Colegial (OMC)

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