El Servicio de Urgencias Generales del Hospital Universitario de Fuenlabrada, de Madrid, ha conseguido la acreditación internacional Geriatric Emergency Department Accreditation (GEDA, según sus siglas en inglés) en la disciplina Geriatría en el Servicio de Urgencias.
Se trata de una acreditación que otorga el Colegio Americano de Médicos de Urgencias (ACEP), la John A. Hartford Foundation y el Instituto West Health y que promueve la capacitación de personal asistencial; políticas y protocolos orientados específicamente a la atención geriátrica; la mejora continua de la calidad, y la adaptación del entorno con eliminación de barreras.
Como informan desde el hospital, esta acreditación en la categoría bronce -la única que se concede hasta el momento en hospitales fuera de Estados Unidos y Canadá-, "reconoce la implementación de actuaciones para mejorar los cuidados y el tratamiento de las personas mayores que acuden a Urgencias. Estas acciones han tenido en consideración las necesidades y las situaciones específicas de estos pacientes como la fragilidad o la cronicidad".
Pero ¿qué acciones concretas se han llevado a cabo en el hospitarl para alcanzar la acreditación? Son varias: la mejora de la hidratación durante la estancia de las personas mayores en Urgencia; la minimización del uso de contenciones; la optimización del uso de catéteres urinarios, y un protocolo de conciliación de la medicación en el paciente mayor en Urgencias.
Como no podía ser de otra forma, este último protocolo ha sido desarrollado por el Servicio de Farmacia Hospitalaria, con el propósito de garantizar el uso de medicamentos de forma segura y efectiva en los pacientes geriátricos.
Yolanda Castellanos y Cristina Puivecino, farmacéuticas hospitalarias que llevan trabajando en Urgencias desde el año 2015, cuentan a CF que se pusieron en contacto con ellas para que participaran en el proceso de acreditación. "La jefa de Urgencias y el geriatra del hospital -detalla Castellanos- nos pidieron que nos reuniéramos a ellos de cara a participar en este proceso de acreditación, puesto que nosotras ya veníamos desempeñando ese procedimiento de revisión/conciliación de tratamientos, que era uno de los aspectos que se valoraban dentro del proceso de acreditación GEDA".
Por ello, además de los cuatro protocolos obligatorios que exigía el GEDA, el centro presentó otro adicional, que era el de revisión de la medicación que hacía Farmacia "adaptado a la prevención de caídas y, más concretamente, a un paciente mayor que había presentado un traumatismo craneoencefálico (TC)".
Según Puiveino, el protocolo propone que a los pacientes de 75 años o más que acuden al Servicio de Urgencia y que han sufrido un traumatismo craneoencefálico entran dentro del circuito y las farmacéuticas les hacen una entrevista y les pasan la escala Downton, que mide el riesgo de sufrir una nueva caída. "El que tiene un riesgo alto de sufrir una nueva caída (obteniendo una puntuación igual o mayor de 2), les hacemos una revisión", explica Puiveino. "Es cierto que hay muchos factores que pueden influir en el riesgo de sufrir una caída, pero en nuestro caso, nos centramos en la revisión farmacoterapéutica. Por ejemplo, pacientes que tienen mucha medicación que afecta al Sistema Nervioso Central, hipotensores, etc. tienen más riesgo".
En estos casos, las farmacéuticas proponen reducir dosis, intentar desescalar o utilizar otro tratamiento para que, así, "ese factor de la medicación que puede estar relacionado con las caídas se minime hasta donde se pueda, ya que hay veces que los fármacos no se pueden suspender, incluso en algunos pacientes tampoco se pueden bajar las dosis", añade.
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