Samit Hirawat quiso estudiar Medicina porque "he visto la deficiencia de la atención médica en un país que ahora tiene la población más grande, pero no todos los que están allí pueden obtener la atención médica que necesitan". El director médico mundial de Bristol-Myers Squibb se licenció en Medicina y Cirugía por la Facultad de Medicina Sawai Man Singh en India.
Para completar su formación dio el salto a EEUU e hizo la residencia en Medicina Interna y Oncología Médica en el Hospital Universitario North Shore en Nueva York. "Mi experiencia como médico da forma a mi forma de pensar, de vivir y de abordar el desarrollo de fármacos". Y esta breve descripción en LinkedIn se nota a lo largo de la entrevista que mantiene con este medio a su paso por Madrid en una reunión internacional que mantiene Bristol-Myers Squibb con los principales cargos del laboratorio farmacéutico.
Por Hirawat pasa el presente y el futuro de las nuevas terapias que pone en marcha la compañía estadounidense. Como director médico de Desarrollo de Fármacos es capaz de resumir en unos 20 minutos lo que está en fase de desarrollo e incluso aventurarse a manifestar una predicción de su portfolio "basada en datos": "Tenemos el potencial de ofrecer 16 nuevos medicamentos al final de la década".
No se trata de un anuncio sin más. Detrás del mismo hay todo un abanico de moléculas para diferentes patologías casi en la línea de meta. Una carrera de fondo que viene de la "transformación que hemos realizado en Bristol-Myers Squibb en los últimos cinco años". Para poder llegar a ese punto, destaca que "en las últimas décadas, hemos entendido la Biología, los mecanismos y las vías de señalización de las enfermedades. Tenemos que convertir esos esfuerzos científicos en medicamentos reales, para luego pensar en poder ponerlos a disposición de los pacientes lo más rápido posible".
Por eso cuando se remonta a los avances en Oncología casi 15 años atrás, se nota una emoción palpable en sus palabras. "Si pensamos en inmunooncología por un segundo, retrocediendo a 2011 cuando se diagnosticaron pacientes con melanoma, la esperanza de vida de los pacientes era muy corta". Y pone en valor los esfuerzos de desarrollo de todo un abanico de moléculas que ayudan a nuestro sistema de defensas a reconocer al tumor y eliminarlo. Primero, "a través del inhibidor de proteína CTLA-4, el ipilimumab, y más tarde con un inhibidor de la proteína PD-L1, nivolumab, y luego la combinación de las dos".
Al tiempo, destaca que estas moléculas no solo han supuesto buenas noticias para los diagnosticados con melanoma, "sino para múltiples enfermedades donde han tenido transformaciones sorprendentes para todos estos pacientes".
En ese repaso al presente y futuro de los avances contra el cáncer, Hirawat no duda en señalar las terapias dirigidas a la medicina de precisión. No solo buscando dianas en cada tumor y con nuevas formas de llegar a ellas. La nueva división de radiofármacos gracias a la adquisición de RayzeBio abre una nueva ventana de oportunidad: "En la que hemos desarrollado el actinio, que es un inhibidor alfa, emisor de radiación de radio combinado a través de un enlazador con un péptido que luego se dirige al organismo".
Nuevas indicaciones y dianas son las máximas oncológicas, "pero nuestro viaje no se detiene ahí porque los tumores siempre son inteligentes y, por lo tanto, tenemos que seguir siendo más listos que ellos, aunque sea difícil", subraya.
Aunque Bristol-Myers Squibb ha destacado en la última década por los avances anticáncer, el pipeline actual es más ambicioso. Con nuevas generaciones en desarrollo de fármacos antitrombóticos o anticoagulantes. Apixaban abrió el camino hace casi una década y ahora llega milvexian, "un inhibidor del factor XI [una enzima de la coagulación que provoca peligrosas trombosis, coágulos de sangre]". También dentro del ámbito de la Cardiología "estamos centrando nuestra atención en el tratamiento de la miocardiopatía hipertrófica obstructiva".
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