VIDEOPregunta. Empezamos sin anestesia, si le parece. ¿Faltan médicos en España o es uno de esos bulos que ha recorrido los mentideros del sistema durante la pandemia?
Respuesta. Creo que ese déficit es real en algunos casos, no en todos. Me parece que lo que la pandemia ha hecho es poner de manifiesto una carencia de personal que no es de ahora, que es previa, que viene de una crisis económica que empezó a manifestarse en el año 2008, pero que en el ámbito sanitario comienza a notarse de manera muy clara alrededor de 2014. Es verdad que veníamos de un contexto en el que faltaban profesionales sanitarios, fundamentalmente médicos y enfermeros. Ahora bien, desde hace más de dos años el Ministerio de Sanidad está embarcado en la elaboración de un registro estatal de profesionales sanitarios y tengo que decirle que no todas las comunidades nos están dando los datos necesarios para hacer ese registro. Si no tenemos ese registro nacional sólo disponemos de evidencias parciales, porque cada servicio de salud dispone de sus datos y, con ellos, de sus propias evidencias, pero hace falta una visión global para saber si tenemos carencia en un sitio u otro, si se acumulan profesionales en determinadas zonas o en la grandes ciudades, si faltan, por ejemplo, en la periferia o en algunas periferias… Por eso es tan importante tener el registro y tenerlo con perspectiva nacional.
P. ¿Pero no cree que las comunidades son también conscientes de la importancia de ese registro?
R. Pienso que la crisis sanitaria les ha hecho ver claramente la enorme importancia de tenerlo, porque tener ese registro será en beneficio suyo: tendrán constancia fehaciente de todos los profesionales sanitarios que tenemos en el sistema, públicos y privados, distribuidos por especialidades, categorías profesionales, tipo de contratos, ubicaciones y situaciones particulares de cada uno de ellos. Cada servicio de salud, como le digo, tendrá los registros de su propia comunidad y en el ministerio, además, los tendrán todos ellos. A partir de ahí, es mucho más fácil tomar decisiones y reforzar el personal allí donde se necesite.
P. Dice usted que el ministerio lleva 2 años intentando sacar ese registro. Perdone que le corrija, pero los titulares del despacho que usted ocupa hoy llevan más de una década anunciando la puesta en marcha de un registro estatal de profesionales y el SNS sigue esperándolo.
R . Bueno, cuando hablo de dos años, me refiero sólo a la trayectoria actual.
P. ¿Me puede explicar cómo es posible que en pleno siglo XXI, con un gobierno central que apuesta por la digitalización del país como un área estratégica, seamos incapaces de contar cuántos médicos hay en España, en qué especialidades y dónde trabajan?
R . Como sabe, yo llevo apenas unos meses en el ministerio y sinceramente le digo que me ha sorprendido mucho no tener ese registro, incluso a dos años vista, así que imagine con la perspectiva de los diez años que usted menciona. Mire, creo que en este despliegue que hemos hecho de la sanidad en todas las comunidades autónomas no hemos tenido mucha conciencia de la enorme importancia que tenía la coordinación para que todo funcionara, lo importante que resulta eso que ahora suena tanto de la cogobernabilidad. Creo que en el contexto de crisis actual el Consejo Interterritorial está intentando funcionar al unísono, o al menos buscando el máximo consenso, y ahí precisamente hemos empezado a notar las dificultades y las soluciones que tenemos que adoptar. Y el registro profesional es fundamental dentro de esas soluciones.
Vicenç Martínez confía en los fondos europeos para abordar la "mejora organizativa" del SNS (FOTO: Mauricio Skrycky).
P. ¿Pero ya era fundamental antes de la pandemia, no?
R. Sin duda, sin duda, desde hace tiempo y para todo. Y le pongo un ejemplo: estamos trabajando también en un listado de destinos donde es particularmente difícil conseguir que los médicos vayan por la ubicación o las condiciones de trabajo, y el registro también es vital para identificar estos lugares. Si no medimos dónde debemos mejorar, no podemos mejorar.
P. Ya puestos, mójese . ¿Cuándo aprobará esta Dirección General ese registro tan fundamental?
R. Yo espero que antes de final de año. Miré, en los últimos meses hemos tenido más datos que a lo largo de todo el último año, gracias al decidido impulso que estamos dando para aprobar esa herramienta, pero también a la clara toma de conciencia por parte de los responsables sanitarios de todas las comunidades autónomas de la urgente necesidad de sacarla adelante.
P. ¿Ha tenido que venir entonces una pandemia para que las comunidades, o algunas comunidades, sean menos reacias a colaborar con el ministerio? Lo digo por ese mayor espíritu de cooperación que dice usted que detecta en el Consejo Interterritorial.
R . Mire, no quisiera señalar o culpabilizar de ninguna manera a las comunidades autónomas, porque me consta que el esfuerzo que están haciendo todas en esta situación de crisis sanitaria es enorme. No diría que haya tenido que venir una pandemia, pero sí es verdad que esta crisis nos ha ayudado a todos, y me refiero a toda la ciudadanía, a reflexionar sobre la importancia de muchas cosas a las que a lo mejor no les dábamos tanta importancia hasta ahora.
P. Si nos ceñimos a los últimos datos de la OCDE, España tiene un porcentaje de médicos por habitante que nos sitúa en la media europea, pero suspendemos claramente en el número de enfermeras: las 5,9 por 1.000 habitantes actuales nos dejan en el puesto 23 de 27 países. ¿A lo mejor es por ahí por donde el sistema está empezando a perder músculo de forma alarmante?
R. De entrada, yo haría un primer matiz estadístico. En la mayoría de los países de Europa no existe como tal la figura del auxiliar clínico o del auxiliar sanitario que tenemos en España, y esos países los contabilizan a todos como enfermeros. Quizás tendríamos que darle una vuelta de actualización a este tipo de categorías profesionales. Dicho esto, seguramente es cierto que faltan enfermeras en el Sistema Nacional de Salud (SNS), pero como no tenemos el registro de profesionales, en cierta manera es un tema de percepción subjetiva: cuando las necesitas no las tienes, pero no sabes si tienes muchas en otro sitio. Así que insisto en la importancia del registro.
P. Perdone que insista, pero ¿cómo es posible que nuestro sistema sanitario público, en teoría uno de los mejores del mundo, no sepa con certeza si tiene o no déficit de enfermeras, de profesionales sanitarios en general?
R. Es una buena pregunta y desde fuera del Ministerio de Sanidad yo personalmente he criticado mucho esa carencia, no tanto al propio ministerio como al sistema sanitario. Creo que el sistema se basa mucho en los profesionales sanitarios, y a esto es precisamente a lo que nos referimos cuando hablamos de nuestro gran sistema. De una parte está el talento, la vocación y la enorme voluntad de los profesionales y de otra parte, la organización propiamente dicha, que nos hace falta mejorar. Es en la parte débil del sistema, la organización, donde hay que apuntar un debe tan importante como la ausencia del registro. Una organización que, por cierto, en otras empresas no sanitarias es de vital importancia, y aquí no se la hemos dado porque el talento y la voluntad de los profesionales han suplido con creces esa falta de organización. Afortunadamente, tenemos lo más difícil, que son los profesionales, pero hemos de profundizar en la mejora de la organización y le aseguro que eso, precisamente, es lo que estamos intentando hacer desde el ministerio.
"Si faltan profesionales, no hay evidencia; es un tema de percepción subjetiva"
P. ¿Pero usted, como profesional sanitario que es, entenderá que los sanitarios puedan llegar a hartarse de que tanto mensaje de apoyo institucional no se traduzca luego en ninguna mejora concreta? El presidente de CESM habla de un sistema basado en el despotismo ilustrado: todo para el profesional, pero sin el profesional.
R. A ver, de entrada creo que el ministerio y las comunidades están haciendo mucho trabajo en la sombra que, a veces, no tiene la necesaria visibilidad. Más allá de eso, también le digo que en mis más de 40 años de vida asistencial y médica la sanidad siempre ha estado en crisis. Creo sinceramente que los fondos europeos nos bridan ahora una enorme oportunidad para intentar ponernos al día en aquellos puntos débiles del sistema, y uno de ellos es la adopción de mejoras profesionales concretas; ahí se encuadran temas tan importantes como la recertificación del profesional, la mejora y reactivación de la carrera profesional…
P. ...¿También los salarios?
R. Con respecto a los salarios, usted sabe que la competencia es autonómica, pero ahí el ministerio puede y debe hacer una recomendación de mínimos para que luego, en base a esa recomendación, cada comunidad termine de perfilar sus tablas retributivas. En general, creo que todos podemos estar más o menos de acuerdo en que los salarios hay que actualizarlos y mejorarlos.
P. Por centrar la pregunta, ¿diría usted que un médico español cobra poco en comparación con los países de nuestro entorno? Porque ésta es otra de las quejas reiteradas de la profesión.
R. Perdóneme, pero yo no plantearía la pregunta en estos términos, porque creo que aquí hay muchas variables a tener en cuenta: el entorno, la vivienda, las circunstancias concretas de cada país… No es lo mismo, por ejemplo, alquilar o comprar un piso en París que hacerlo en Marsella o en Perpiñán, por ejemplo; y no es lo mismo la vida en Madrid o en Barcelona que en otras ciudades españolas. No eludo la pregunta, pero comparar en este tema es muy complejo, aunque insisto en que la necesidad de mejorar está en la mente de todos.
P. Perdone si le parece muy simplista, pero ¿mejorar cuánto? ¿Cuánto más debería ganar un médico español de media?
R . Es que yo no creo que la mejora retributiva deba ser lineal, de la misma manera para todos. Hemos de mejorar en base a unos objetivos nuevos o renovados que habrá que consensuar y que están relacionados con la propia mejora de la organización sanitaria. Y ahí es donde creo que entran las recomendaciones ministeriales de las que antes le hablaba, porque el Ministerio de Sanidad quiere ayudar a que las comunidades autónomas, con nuevos objetivos, tengan nuevo salario.
"Todos coincidimos en mejorar los salarios, pero la mejora no puede ser lineal"
P. ¿De verdad ve usted viable acabar con la heterogeneidad retributiva en el SNS? El último estudio salarial de CESM hablaba de diferencias de más de 400 euros mensuales netos en algunas autonomías entre médicos con idéntica categoría y experiencia.
R. Mire, le adelanto que el ministerio ha hecho un estudio hace poco sobre los promedios de las distintas comunidades por niveles asistenciales, categorías y experiencia, y en poco tiempo estaremos en disposición de consensuar con las comunidades unos mínimos retributivos. A partir de esos mínimos, las autonomías son competentes para terminar de definir sus propios salarios y sus políticas retributivas, pero sinceramente le digo que en la mente de todos los consejeros y consejeras de Sanidad actuales está la idea de mejorar y alcanzar consensos en este punto.
P. ¿Pero habla usted de intentar consensuar un nuevo modelo retributivo con las comunidades o sencillamente de modificar el actual con leves retoques? ¿Habrá nuevos criterios, una redefinición del modelo de la carrera profesional…? Concréteme algo.
R. Aún no lo sabemos, de verdad. Estamos trabajando en varias líneas, y sí es verdad que una de ellas puede ser fijar nuevos objetivos en materia de carrera profesional, pero aún no lo hemos hablado con las comunidades y me permitirá que sea reservado en este punto. Todavía estamos en la cocina. La cogobernabilidad de la que antes hablábamos es vital para mejorar el sistema sanitario y debemos ser muy respetuosos con los tiempos.
P. Voy por otro lado, entonces. La carrera profesional nació en teoría con la idea de convertirse en una herramienta de mejora. ¿Cree que ha cumplido con ese objetivo o se ha convertido en un mero complemento salarial, basado más en la antigüedad que en los méritos?
R. Por ahí, en parte, iría la reactualización de la que le hablo. Éste, por cierto, no es un problema exclusivo de España, también se ha dado en otros países, y creo que debemos volver a la idea original. Aquí no vale el café para todos : tenemos que dignificar el esfuerzo que hacen los profesionales para ser mejores, para recertificarse, para actualizar sus conocimientos, para conseguir un diploma de acreditación avanzada, para cursar un área de capacitación específica (ACE)... Y dignificarlo quiere decir que todos estos méritos valgan para su curriculum vitae y para su carrera profesional, porque le viene bien al sistema, que tendrá mejores profesionales, y les vendrá bien a ellos mismos, que mejorarán profesional y económicamente.
P. "El Consejo Interterritorial es el órgano permanente de coordinación, cooperación, comunicación e información de los servicios de salud, entre ellos y con la Administración del Estado". Artículo 69 de la Ley de Cohesión y Calidad. ¿Se cree usted esa definición?
R. No sólo me la creo sino que cada semana, desde que estoy en el ministerio, soy testigo de cómo funciona el Consejo Interterritorial. Es evidente que hay posturas distintas, pero durante la pandemia se está trabajando con consenso, actualizando los datos e información disponibles, poniéndolos en común y trasladándoselos a la ciudadanía. Así que sí, desde mi experiencia, creo que el Consejo Interterritorial es fundamental para la gobernabilidad y para mejorar el SNS.
"Si alguna CCAA prorroga el 29/2020 lo hará bajo su exclusiva responsabilidad"
P. ¿No cree que habría que replantearse su funcionamiento para darle mayor poder ejecutivo? Porque el consenso está muy bien, pero luego hay que ejecutar las medidas que se consensúen...
R. Ahora, con el estado de alarma, está revestido de ese carácter, pero es verdad que a mí me gustaría que esto fuese la norma. Creo que no perdería nadie y todos ganaríamos.
P. Está usted dibujando un panorama casi idílico del Consejo Interterritorial ¿De verdad que no priman los intereses políticos de sus miembros sobre los criterios técnicos y/o sanitarios, hasta el punto de que a veces bloquean o comprometen su funcionamiento?
R. Ya le digo que bloquearlo no lo bloquean. Es obvio que hay algunas personas que quizás tengan una mirada más política y otras una perspectiva mucho más sanitaria, pero eso forma parte de las personas, como le digo, y no tanto de una consejería u otra. Quizás la visión más holística la tenga el ministerio, pero le aseguro que hay muchos consejeros que comparten esa visión global y, desde luego, todos están muy centrados en conseguir el mejor sistema sanitario posible para sus territorios. Yo, sinceramente, me encuentro cómodo cuando les escucho.
P. El 27 de octubre CESM convoca la primera huelga médica nacional en 25 años. Tres meses después la suspende, después de su llegada al ministerio y bajo la promesa de iniciar un diálogo. Hoy, ese mismo sindicato dice que no se ha avanzado nada en la negociación...
R. A ver, tengo delante y muy presente todo su catálogo de reivindicaciones y ese diálogo que usted menciona lo estamos manteniendo con ellos y con muchos otros actores. CESM forma parte del Foro Profesional, con el que hemos empezado a trabajar para avanzar en tres grupos concretos, y además están integrados en comisiones y grupos con los que también estamos dialogando.
P. El detonante último de esa huelga fue el polémico Real Decreto 29/2020 que, ante la falta de especialistas en plena pandemia, permitía contratar como tales a quienes no lo eran y abría la puerta a la movilidad forzosa de los profesionales. ¿Entiende que se levantaran en armas?
R. Como sabe, yo no estaba aquí cuando se aprobó esa norma, estaba aún en Castilla La-Mancha, pero entiendo que era un momento extraordinario, de una excepcionalidad enorme y hasta entonces desconocida, y que al sistema le faltaban manos. El personal que se movilizó, y que aún no tenía especialidad, ha ejercido tutelado, bajo supervisión permanente y sometido a evaluación, y su movilización, como excepcional que era, tiene un tiempo tasado, que expira el próximo septiembre. Hay que agradecer enormemente a estas personas que se apuntaran y el esfuerzo que han hecho durante estos meses, pero para ejercer en el sistema público como médico hay que tener una especialidad y eso es un axioma incuestionable.
P. La vigencia de la norma expira en septiembre, como acaba de decir, ¿pero no teme el ministerio que las comunidades caigan en la tentación de prorrogar sine die algunas de las situaciones que contempla para suplir sus carencias de personal con una legislación más laxa?
R. Insisto en que el decreto surgió en el contexto del estado de alarma, pero es verdad que cabe la posibilidad de que las autonomías lo prorroguen de tres en tres meses, dependiendo de la evolución de la pandemia, pero eso ya entra dentro de su capacidad y su exclusiva responsabilidad.
"Vamos a recertificar las instituciones con inspecciones objetivas y no punitivas"
P. Perdóneme, pero hasta qué punto la afirmación que acaba de hacer de que este tema es responsabilidad de las comunidades no contraviene el mandato constitucional de que el ministerio debe ejercer una labor de coordinación en el SNS. ¿Esa labor no implica vigilancia para evitar situaciones de este tipo? ¿No se están poniendo de perfil?
R . A ver, las instituciones sanitarias o mejoran o se deterioran, no se mantienen. Las instituciones sanitarias son las instituciones más complejas que hay, mucho más que cualquier otro tipo de industria o sector, porque siempre estamos en relación directa con las personas: pacientes, familiares, colegas, profesionales que son jerárquicamente superiores o inferiores... ¿Por qué digo esto? Pues mire, las comunidades tienen la responsabilidad y nosotros, como ministerio, debemos hacer no una fiscalización, pero sí una inspección que, a mi modo de ver, debe ser doble: no sólo documental, sino de la realidad, de lo que pasa en el día a día de esas instituciones, y creo que las autonomías no lo deberían ver como un examen sino como una oportunidad de mejora. Y además esa inspección no sólo debería hacerla un técnico de la propia comunidad, sino que, como pasa en Europa, deberían hacerla un técnico de la comunidad evaluada, otro de otra autonomía y un tercero del ministerio, de forma que, sin querer, la objetividad es manifiesta.
P. ¿Pero esto que me está contando es un mero deseo o un proyecto concreto?
R. Esto es algo que ya hemos empezando a barajar. Igual que trabajamos en la recertificación del profesional vamos a hacerlo también en la de las instituciones sanitarias, y en este sentido vamos a trabajar ya en la formación de estos evaluadores. Sí, casi mejor evaluadores que inspectores.
Más de un millar de alegaciones al decreto de especialidades esperan sobre la mesa de Ordenación Profesional (FOTO: Mauricio Skrycky).
P. Está diciendo que a mí, comunidad con competencias sanitarias, va a venir el Ministerio de Sanidad y otra autonomía a decirme qué funciona mal de mi servicio de salud y dónde debo mejorar. ¿Sabe usted cuántos callos pueden pisar con ese proyecto?
R. Seguramente, pero creo que el mero hecho de que lo discutamos y lo consensuemos con las comunidades autónomas ya es algo positivo. Insisto, no vamos a castigar a nadie. Creo que es bueno para el sistema sanitario, porque con la recertificación profesional mejoramos a los profesionales y con la institucional mejoramos la organización en sí. Estamos para ayudar; en mi pensamiento no cabe la posibilidad de castigar, señalar o apartar a nadie, ni en el caso de la recertificación de los profesionales ni en el de las instituciones sanitarias.
P. Volvamos al RD 29/2020. Cuando el Gobierno asume el mando único y constata que no hay personal suficiente para afrontar la pandemia, la única solución a su alcance es abrir la mano y permitir que ejerza como especialista hasta quien no puede hacerlo. ¿No cree que esa norma constata el fracaso histórico del SNS en la planificación estructural de sus recursos humanos?
R. Yo no hablaría de fracaso, sino de tomar conciencia de la importancia que supone tener una visión global del sistema, y no ceñirse cada uno a su comunidad. Creo que esa toma de conciencia ha realzado el papel positivo del ministerio como coordinador. En la prepandemia, el ministerio no estaba, tenía poca importancia, no sólo en materia presupuestaria sino en materia de coordinación. Más que constatar un fracaso, yo creo que ha constatado que no estábamos bien coordinados.
P. La reforma laboral y la lucha contra la temporalidad son dos ejes estratégicos del Ministerio de Trabajo. En el ámbito sanitario, la temporalidad, en sus distintas modalidades, está por encima del 50% en algunas comunidades. ¿No llega a su despacho el rechinar de dientes de los sanitarios? ¿Abordarán la reforma el Estatuto Marco que la profesión médica lleva años pidiendo?
R. Le aseguro que desde que yo estoy en esta Dirección General, e imagino que desde mucho antes, el Ministerio de Sanidad está trabajando a fondo y muy seriamente sobre este tema mano a mano con el Ministerio de Política Territorial y Función Pública, que, por cierto, es el ministerio donde antes estaba la actual ministra de Sanidad, así que se puede imaginar el grado de implicación y sensibilización que ella, personalmente, tiene con este tema. Para mí, como profesional, ese elevado porcentaje de temporalidad, o directamente de precariedad, al que usted se ha referido es una lacra. Necesitamos una medida urgente e importante; no podemos depender sólo de las ofertas públicas de empleo (OPE), porque con la regularidad con que se convocan no llegaríamos nunca a asumir el enorme porcentaje de temporalidad actual. No le puedo concretar la naturaleza exacta de esa medida, entre otras cosas porque es muy compleja y requiere diversas acciones simultáneas, eso sí se lo puedo adelantar. Aventuro que desde el Ministerio de Función Pública se va a hacer una norma a la que nosotros nos sumaremos en beneficio de nuestros profesionales.
"La frecuencia de las OPEs hace que ya no podamos depender sólo de ellas"
P. ¿Si no le entiendo mal, hablaríamos de una medida similar a la OPE extraordinaria de 2001?
R. No sé si la OPE será lo primero. Igual hay acciones que podemos hacer antes y luego, sí, una cierta recomendación de que cada año o cada dos años se hagan ofertas de empleo. Pero esto ya sería en la fase de seguimiento. Antes, como le digo, hay que hacer una acción más profunda.
P. ¿Una acción que implica regularizar a toda la bolsa de temporales sanitarios?
R. Sí. Implica que la inmensa mayoría de los profesionales que llevan años trabajando en una plaza estructural puedan tener una solución y vean la luz al final del túnel.
P. Hablaba usted antes de la enorme oportunidad que suponen para el SNS la llegada de los fondos europeos. ¿Qué parte de ese maná de 70.000 millones de euros le corresponderá a la sanidad y con qué criterios se priorizarán las partidas sanitarias a las que irá destinada ese dinero?
R. Sabemos ya que 1.080 millones irán destinados solo a atención primaria, pero el desglose de las partidas concretas depende de los proyectos que se le presenten a la Unión Europea, a la que no sólo hay que convencer de la importancia de esos proyectos sino que va a hacer un seguimiento exhaustivo del destino y empleo de los fondos, algo que me parece estupendo. Hay muchas comunidades autónomas que ya tienen definidas y muy bien pormenorizadas esas partidas y nosotros también estamos trabajando muy duro para poder ayudarnos entre todos.
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