Siete meses de "preocupante silencio" y ni una sola respuesta oficial a la hoja de ruta que los médicos de atención primaria pusieron a finales de septiembre sobre la mesa del director del Servicio Canario de Salud (SCS). El generalizado malestar del primer nivel asistencial, que la pandemia ha hecho aún más visible en todo el Sistema Nacional de Salud (SNS), se agrava en Canarias por las "significativas diferencias en las condiciones laborales de los médicos de primaria de las islas, según el centro de salud donde desarrollen su actividad".
La autodenominada Asociación de Médicos de Atención Primaria de Canarias (Amapcan) mantuvo el pasado 22 de septiembre una reunión con el director del SCS y la directora de Programas Asistenciales del servicio de salud para presentarles un catálogo de reivindicaciones que, en esencia, coinciden con las que el Foro de Médicos de Atención Primaria recordó el pasado 12 de abril con motivo del Día Nacional de Primaria, y que los representantes de la asociación canaria resumieron en dos: un tiempo mínimo de consulta de 10 minutos por paciente y un cupo máximo de 30 pacientes al día, "frente a los 45 o 50 que atendemos de media en todos los centros de salud", asegura Fernando Jiménez, médico de Familia en Lanzarote y miembro de Amapcan.
Tras esa primera toma de contacto y un "intenso trabajo" de la asociación para elaborar nuevos documentos y propuestas organizativas, Jiménez asegura que solicitaron una nueva reunión el 18 de enero, más de tres meses después de la primera. Hoy, otros tres meses más tarde de esa nueva petición de cita, ni el director del SCS ni ningún miembro de su equipo se han puesto en contacto con Amapcan. "Sabemos que han sido meses muy complicados por la gestión de la pandemia y de la campaña vacunal y creemos que hemos sido suficientemente pacientes, pero los problemas de primaria no son fruto de esta coyuntura, sino estructurales y muy graves", dice Jiménez.
Constituidos como plataforma en julio de 2020, en plena primera ola de la covid, Amapcan adquirió en febrero la entidad jurídica de asociación y actualmente reúne a más de 350 profesionales de primaria de todas las islas, fundamentalmente médicos de Familia, pero también pediatras, médicos de urgencias extrahospitalarias y residentes. Su actual presidenta, Candelaria Díaz, coincide con Jiménez en que la Administración autonómica "lleva tiempo escondiéndose tras la covid para justificar la ausencia de negociación, pero esto no se puede demorar más".
A los tiempos asistenciales y el cupo de pacientes, Díaz suma peticiones "tan urgentes como la necesidad de reforzar las plantillas de médicos de Familia y pediatras en la mayoría de los centros de salud. Si la media de tarjetas sanitarias (TIS) recomendada por todos los estándares de calidad para Familia es de 1.200, en Canarias rondamos las 1.500 ó 1.600, y ya el mes pasado, en marzo, cuando elaboramos el calendario de vacaciones y descansos para verano, las gerencias de primaria advirtieron de la ausencia de sustitutos para cubrir los descansos obligatorios de la plantilla".
En el catálogo de reivindicaciones de septiembre Amepcan recordaba al director del SCS que la última oferta de empleo pública (OPE) sanitaria se convocó en 2007 (y se resolvió años después) y reclamaban la convocatoria de ofertas de empleo bienales y medidas para favorecer la movilidad del personal mediante concursos de traslados periódicos.
Al "déficit estructural" de personal se suma lo que la presidenta de la asociación define como "burocracia inducida hospitalaria", fruto, entre otras cosas, de la ausencia de una historia clínica compartida entre ambos niveles asistenciales. Díaz aclara que primaria y hospitales tienen dos programas informáticos (Drago 1 y 2), "con el mismo nombre, pero absolutamente descoordinados entre sí. No es comprensible que desde un centro de salud podamos seguir sin acceder a un historial clínico hospitalario o que, a veces, cuando remitimos a un paciente a especializada nos devuelvan la interconsulta, sin ni siquiera haber citado al paciente y pidiéndonos alguna prueba complementaria, con el consiguiente incremento de burocracia que eso supone".
asdfas
A las reivindicaciones más acuciantes, la hoja de ruta que el director del SCS tiene sobre su mesa desde hace más de 7 meses suma otras como la necesidad de potenciar el trabajo comunitario, "que es una parte esencial y definitoria de nuestra especialidad, para poder impulsar el trabajo en prevención y promoción de la salud. Los problemas organizativos han relegado de forma muy preocupante esa faceta preventiva", aclara Díaz, que ejerce en un centro de salud de Tenerife.
A todas esas peticiones se suman otras que, en el contexto actual, suenan poco menos que a entelequia, como incorporar nuevos perfiles profesionales a los centros de salud de las islas (psicólogos, fisioterapeutas, nutricionistas...) y potenciar la figura de los trabajadores sociales, o la necesidad de "potenciar y facilitar" la investigación en el primer nivel asistencial.
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