Aunque las noticias sobre la evolución de la epidemia de covid-19 suelen ser negativas, hay algunos ámbitos en que su impacto ha sido positivo, como el de la evaluación de tecnologías sanitarias: “Nuestros informes son ahora más tenidos en cuenta, más bienvenidos, porque es fundamental evaluar rápidamente el beneficio-riesgo y las relaciones causales de las nuevos productos, que se han multiplicado durante los últimos meses”, explica Juan Antonio Blasco, coordinador científico de la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias de Andalucía (Aetsa).
Y es que la rápida producción de nuevas vacunas, equipos y otros productos durante la pandemia ha hecho fundamental una labor de evaluación que “debía ofrecer información numérica y cualitativa, especialmente en lo que se refiere a la seguridad y los efectos adversos”. Desde luego, es la seguridad la principal preocupación cuando se trata de dar el visto bueno a un nuevo producto; por ello, “aunque los mecanismos de desarrollo y producción se pueden acelerar, no se puede hacer lo mismo con la evaluación, porque eso supondría introducir riesgos”.
En este sentido, Blasco recuerda las nuevas regulaciones europeas sobre dispositivos médicos, que entrarán en vigor en pocos días y que suponen “unos sistemas de aprobación más restrictivos y un seguimiento de su efectividad y seguridad una vez en el mercado”.
Medicina personalizada
Sin embargo, aunque la covid-19 parece haber eclipsado todo lo demás, las agencias de evaluación de tecnologías han seguido trabajando en otros ámbitos: “Tenemos un nuevo reto que nos supone adecuar nuestra metodología y crear nuevos métodos de evaluación”, afirma Blasco en referencia a las tecnologías enfocadas al diagnóstico, prevención, tratamiento y seguimiento en el ámbito de la medicina personalizada y las terapias de precisión.
Y no solo de Oncología vive este nuevo ámbito: “Sin ir más lejos, recientemente hemos publicado un informe sobre la evaluación de modelos de predicción de riesgo futuro de enfermedad cardiovascular en población sana. Todo un ejemplo de uso de medicina personalizada que podría servir, no solo para conocimiento personal de la posibilidad de padecer una patología cardiovascular, sino también, desde el punto de vista clínico, para la creación de estrategias preventivas personalizadas en pacientes aún sin patología”.
Así, este tipo de análisis “no permiten las cohortes de un ensayo clínico, pero no dejan de ser estudios comparativos”. Sin embargo, “los estudios que hay hasta el momento no permiten demostrar la superioridad de estos dispositivos frente a las escalas previamente usadas en clínica, ya que los grupos de comparación no son homogéneos y hay muchos factores que pueden variar entre ellos, especialmente en aquellos en los que los pacientes tienen riesgo bajo de padecer la enfermedad”.
Coste-efectividad
En el caso del informe realizado por la Aetsa, por ejemplo, “el test no resultaba coste-efectivo de forma global, pero sí que demostró su coste-efectividad en el grupo de riesgo moderado-alto al conseguir una mejora en la asignación de sus pacientes a los distintos grupos de riesgo y, por lo tanto, permitió la aplicación temprana de medidas de prevención ellos”.
Por ello, según explica Blasco, “es necesario realizar más estudios en ese grupo de riesgo como población diana”. En concreto, el test que demostró su coste-efectividad “había sido desarrollado en España y podía ser candidato para el desarrollo de un proyecto piloto en el que evaluar su utilidad clínica a través de su aportación a nivel asistencial”, de cara a su incorporación a la cartera de servicios de la sanidad pública.
via Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/3eC4Hws
No hay comentarios:
Publicar un comentario