Plantillas deficitarias, excesiva burocracia, cupos elevados de pacientes, escasa autonomía de gestión, pobre continuidad asistencial y de comunicación y coordinación con el resto de niveles asistenciales, libertad de prescripción limitada, precariedad, falta de recursos para lograr mayor resolutividad y para prestar atención de calidad a crónicos, frágiles y a los que están al final de la vida… y mal tratados salarialmente: hasta 1.205 euros brutos anuales de media perdieron los médicos de atención primaria entre 2009 y 2018 en todas las categorías y en todas las comunidades autónomas, según un informe de la Organización Médica Colegial del que damos cuenta en esta edición.
¿Es posible hablar de reforma, mejora o potenciación (real, no de boquilla electoralista) del primer nivel asistencial del Sistema Nacional de Salud (SNS) sin abordar el problema de las condiciones laborales, entre ellas las salariales, de sus profesionales? Pues está pasando. El ministerio ha iniciado los trabajos para elaborar un plan para mejorar y modernizar la primaria que debería estar listo en el primer trimestre de este año para luego poder debatirlo en el Consejo Interterritorial (CI). Ha creado tres grupos de trabajo -profesionales, administraciones y ciudadanos- y, de acuerdo con lo que ha trascendido, en ninguno de ellos está previsto que se aborde el problema de la remuneración que, por su relevancia, tendría que haber sido objeto de un cuarto grupo de trabajo. La mesa de las autonomías se ha marcado 13 puntos a tratar, entre ellos algunos que podrían dar pie a abordar ese tema: “Análisis de los problemas prioritarios: qué se necesita para abordarlos en términos presupuestarios, de necesidades estructurales y organizativas” y “profesionales: delimitación de necesidades, acceso a los puestos de trabajo, carreras profesionales, competencias exclusivas, delegadas y compartidas”.
La gestión de la sanidad es competencia de las comunidades autónomas, y es en sus respectivas mesas sectoriales donde se abordan los asuntos laborales, y si para algo sirve, o debería de servir el Consejo Interterritorial, es para abordar problemas y acordar soluciones comunes que luego trasladar, adaptar y aplicar en los respectivos territorios.
Es evidente que la falta de atractivo del primer nivel, que está haciendo que los médicos de Familia sean los que solicitan más certificados de idoneidad (que les permiten emigrar), afecta más a unas regiones que a otras, pero el problema de fondo, la falta de reconocimiento, se da en todas por igual. Tenemos un buen SNS pero, si no se cuida debidamente a la primaria y a sus profesionales, con los pies de barro.
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