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lunes, 8 de junio de 2020

¿Gengibre o jengibre?

Fernando Navarro
Fernando Navarro
09/ 06 / 2020
Dudas razonables
jengibre ginger
Jengibre o gengibre es una duda ortográfica frecuente en español.

En inglés lo escriben ginger; en francés y catalán, gingebre; en portugués, gengibre. En español, no me digan que no han dudado alguna vez si escribirlo ‘gengibre’, con dos g, como hacen en las demás lenguas, o ‘jengibre’, como prescribe la RAE. Ante casos así, muchos simpatizan con la petición de Gabriel García Márquez en su recordado discurso inaugural del I Congreso Internacional de la Lengua Española, en Zacatecas: «firmemos un tratado de límites entre la ge y la jota».

En realidad, ese tratado de límites lo firmaron ya nuestros trastatarabuelos en 1844, cuando la RAE dio a la imprenta su Prontuario de ortografía de la lengua castellana dispuesto para el uso de las escuelas públicas, en el que puede leerse: «Las sílabas ge, gi solo se han de escribir con esta letra en las voces que notoriamente lo tienen en su origen, como ingenio, agilidad. En los demás casos se usará siempre la j».

La regla es sencilla: si en su origen etimológico (esto es, en latín) una palabra no contenía la g, en español pasaremos a escribirla con j, venga de la lengua de que viniere. Por eso escribimos hoy Quijote, aunque Cervantes escribiera Quixote; escribimos hoy —o deberíamos escribir— Méjico, aunque Hernán Cortés escribiera México; escribimos hoy mujer (del latín mulier), jefe (del francés chef) y extranjero (del latín extraneus), aunque el diccionario de la RAE registrara ‘extrangero’, ‘muger’ y ‘gefe’ hasta 1837, 1843 y 1837, respectivamente.

Otros ejemplos son apoplejía (del latín apoplexĭa), eje (del latín axis), injerto (del latín insertus), jeringa (del latín siringa), lejía (del latín lixivia), mejilla (del latín maxilla), oreja (del latín auricŭla), perejil (del latín tardío petrosilenon) y tijeras (del latín tonsoria). Esta norma nos separa ortográficamente de otras lenguas incluso en los casos más insospechados. Por ejemplo, en inglés y francés escriben giraffe, pero nosotros escribimos jirafa, con j, porque, aun cuando la RAE admite que el español tomó esta palabra del italiano giraffa (con g), este a su vez procede del árabe zurafah o zarafah, que no llevaba la g en origen. O también otras lenguas escriben con g los galicismos como bricolage, camouflage, cerclage, chantage, curettage, drainage, garage, massage, paysage, potage, pourcentage, sabotage, tatouage, tirage, triage o voltage, mientras que en español las hacemos terminar todas en -aje porque, aun cuando la RAE admite que esta terminación nos viene del francés -age (con g), este a su vez procede del sufijo latino -aticus (sin g).

¿Y qué pasa con el jengibre? Pues que, hasta bien entrado el siglo XIX, la grafía más usada en español, con mucho, era ‘gengibre’; pero era voz derivada del latín zingĭber, que solo tenía g en la segunda, por lo que a partir de 1844 la RAE pasó a admitir únicamente la grafía jengibre. Como puede apreciarse en esta gráfica, tuvieron que pasar varias generaciones antes de que los hispanohablantes asumieran el nuevo uso, y todavía hoy, casi doscientos años después, persiste entre nosotros la forma ‘gengibre’.

Fernando A. Navarro

En inglés lo escriben 'ginger'; en francés y catalán, 'gingebre'; en portugués, 'gengibre'; en español, ¿es gengibre o jengibre? Off Fernando A. Navarro Off

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