Con afabilidad, Peter Goldschmidt, CEO del laboratorio alemán Stada, desgrana la estrategia de la compañía para hacer frente a la crisis de la Covid-19. Y lo hace aprovechando la presentación a los medios del estudio que realizan anualmente, junto a la agencia Kantar, sobre el futuro de la salud en Europa, donde los españoles sobresalen en varios aspectos. Uno de ellos, la elevada puntuación que dan a su sistema de salud durante los meses más duros de la pandemia frente a la media europea: un 75% frente al 61%.
Stada, que figura entre los cinco principales laboratorios de Europa en genéricos y Consumer Health, no está inmersa en la carrera por una vacuna, al no ser una empresa innovadora. Sin embargo, sí ha experimentado la fuerte demanda de medicamentos como el paracetamol, cuyas ventas se multiplicaron por siete en el mes de marzo, y el ibuprofeno.
En concreto, la compañía experimentó un aumento en la demanda del paracetamol del 50% durante el mes de marzo y del 20% en otras categorías, como Consumer Health (probióticos...). Así lo ha asegurado también a CF Mar Fábregas, directora general de Stada en España: "La demanda fue mayor al principio. Luego la dinámica cambió, también por la menor asistencia de pacientes a los centros de salud", ha señalado.
Dependencia de Asia
El informe presentado esta semana menciona que un 33% de los europeos considera "irresponsable" la dependencia para la producción de medicamentos de mercados extranjeros como el chino y el indio, en lugar de fomentar la producción europea. Esa opinión es especialmente fuerte en países como España y Alemania.
A este respecto, Goldschmidt señala que "la clave es no depender de una sola fuente de producción. Nuestra filosofía es tener dos o tres fuentes para el mismo producto. Así lo hacemos, por ejemplo, en el caso del paracetamol o el ibuprofeno". El CEO de Stada indica que no está a favor de ser proteccionista, "pero hay diferentes maneras de asegurarse la producción".
En concreto, ellos tienen fábricas fuera de Europa, en Rusia, Serbia y Vietnam, "pero la cuestión no es si debemos depender más o menos de China, ya que en torno al 80% de los ingredientes activos farmacéuticos (APIS) proceden de allí. Como ciudadano global, la cuestión no es de dónde viene la materia prima, sino qué tipo de acuerdos hacemos y cuánto queremos invertir".
De hecho, asegura que la estrategia de Stada fue "comprar más APIS para ser flexibles en caso de que China cerrara sus fronteras, para poder producir nuestros productos por un periodo de dos meses".
El estudio de Stada también revela que el coronavirus ha elevado la percepción positiva de los europeos sobre el trabajo del personal sanitario (más de un 44% aumentó la actitud positiva hacia ellos), sobre todo en países como España e Italia, donde la pandemia ha actuado con virulencia.
Integración de la farmacia comunitaria
En concreto, el farmacéutico comunitario sale muy bien valorado, puesto que un 80% -cuatro de cada cinco europeos- prefiere acudir a su farmacéutico local, priorizando la interacción personal, antes que acudir a páginas web.
En ese sentido, Fábregas elogia la red capilar de más de 22.000 farmacias existentes en España y considera que los farmacéuticos comunitarios deberían estar más integrados en el sistema nacional de salud y en las políticas sanitarias, ya que "pueden tener un papel muy importante en la prevención, y son un agente de salud a tener en cuenta, sobre todo de cara a posibles nuevas crisis como la que estamos viviendo".
Si bien los alemanes no valoran especialmente la telemedicina, como ha dejado patente este estudio, Goldschmidt señala que las aplicaciones móviles en salud son muy importantes, "aunque no es el rol de Stada y no estamos desarrollando ninguna para la Covid-19. Sin embargo, animamos a nuestros empleados y a los ciudadanos a emplear estas apps para la Covid-19, aunque no sean perfectas. Siempre será mejor que nada". Por su parte, explica que la compañía se está esforzando por mejorar en la accesibilidad a la información de sus productos.
A su vez, el CEO de Stada considera fundamental que los sistemas de salud tengan un papel didáctico para evitar algunas de las creencias plasmadas en el estudio presentado por el laboratorio. En concreto, se refiere, por ejemplo, a la falta de información sobre qué vacunas hay disponibles para qué enfermedad o ignorar que el alcohol pude acarrear problemas para conciliar el sueño.
En ese sentido, Goldschmidt señala que todos los indicadores reflejados en el estudio ayudan a la compañía a conocer qué interesa a cada país en términos de conductas. "Los miedos, las esperanzas y las percepciones sobre la salud (suplementos alimenticios, terapia génica...) difieren entre países", resume.
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