El el informe ¿Quién cuida? Atraer y retener trabajadores para la gente mayor (Who cares? Atractting and Retaining Care Workers for the elderly), publicado este lunes por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), revela el grado de insatisfacción de los trabajadores del sector -que incluye a enfermeros-. De hecho, tienen un sueldo muy inferior al de trabajadores que realizan funciones similares en los hospitales: 9 euros la hora frente a 14 euros.
El informe detalla dónde trabaja este personal centrado en la atención a personas mayores: el 37% en instituciones, el 35% en casas, el 18% son enfermeros en instituciones y el 10% enfermeros en casa.
En concreto, la OCDE señala que el 70% no tiene cualificación sanitaria y en menos de la mitad se le requiere. La mayoría son mujeres de mediana edad y un 20% son de fuera del país. La institución pone de relieve estos datos teniendo en cuenta que un 50% de las muertes por Covid se estima fueron en instalaciones con cuidados para largas estancias.
En más de dos tercios de los países de la OCDE sus actividades van más allá de las básicas de lavar a los ancianos, levantarlos de las camas o ayudarles a comer. Muchas veces están implicados en labores de monitorización y registros de salud e implementación de planes de cuidado.
La falta de cualificación y el bajo salario no son las únicas dificultades para los trabajadores que cuidan de las personas mayores, sino también la carencia de los mismos. De hecho, el informe de la OCDE estima que de aquí a 2040 se necesitará aumentar en 13 millones y medio el número de trabajadores, dado que la ratio actual implica cinco trabajadores por cada 100 personas mayores de 65 años. Según la OCDE, de los 57 millones de personas mayores de 80 años que había en 2016 se llegarán a unos 1.200 millones en 2050 en los 37 países de la OCDE.
En concreto, el informe cita a España, además de Italia, Portugal y Alemania, como países donde la población mayor de 80 años crecerá más del doble en 2050 respecto a 2015.
El papel de enfermería y farmacia
A su vez, también citan a España, junto a Países Bajos y Estados Unidos, donde los enfermeros tienen un papel fundamental a la hora de acortar estancias en el hospital y proporcionar atención a domicilio.
La OCDE también destaca la figura del farmacéutico como clave en la coordinación de servicios, una vez que el paciente sale del hospital, y aquí pone como ejemplo a Alemania. Y subraya el caso de Suecia, donde los enfermeros hacen de enlace entre médicos y farmacéuticos en términos de tratamientos.
Si bien el informe señala que la atención domiciliaria ahorra más costes que en los hospitales, considera que aún los países son reacios a desarrollar este modelo. Destaca a Portugal, donde un equipo multidisciplinar del hospital (formado por médico, enfemeros, faramcétuoco, nutricionista y trabajador social) facilita ese tránsito al domicilio.
Perfil del cuidador del mayor
El documento señala también que este tipo de trabajo en el sector se caracteriza por su temporalidad (25% tiene contratos temporales frente al 10% de quienes trabajan en hospitales) y su jornada partida (45%). Además, estos trabajadores tienen mucha exigencia física y mental. Un ejemplo es que la mitad trabaja por turnos, lo que está más asociado a riesgos para la salud, como ansiedad, burn-out y depresión.
Políticas nacionales
Pese a las necesidades de estos trabajadores, el documento refleja que sólo la mitad de los países de las OCDE ha puesto en marcha políticas de reclutamiento desde 2011. Y pone como ejemplo de medidas efectivas programas para formar a estudiantes o desempleados. A la hora de citar países ejemplares en este aspecto cita a Japón, que incrementó el número de trabajadores en un 20% entre 2011 y 2015.
Otros, como Israel, Países Bajos y Estados Unidos están financiando programas, y habría otro grupo, formado por Bélgica, Portugal y Reino Unido que están empelando campañas para mejorar la percepción de este tipo de trabajo. Sólo unos pocos se han enfocado por atraer más personal masculino al sector, como Noruega y Reino Unido.
En términos de coordinación, sólo un tercio de los países de la OCDE han habilitado programas para delegar tareas. Por ejemplo, en Australia y Estados Unidos estos trabajadores son formados y supervisados para ayudar a los enfermeros con los tratamientos médicos.
Un tercio de países tiene también sistemas de integración con departamentos sociales y de salud, como en Portugal y Estados Unidos, con equipos multidisciplinares.
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