No es infrecuente que, no solo entre los pacientes sino también entre los médicos, cause cierta extrañeza la mención a la Oncología Quirúrgica. En general, los procedimientos quirúrgicos sobre los tumores malignos clásicamente han estado encuadrados en distintas especialidades y organizados por la región anatómica sobre la que se asientan. Esto tiene un sentido práctico innegable, ya que cada órgano tiene particularidades de cara a su cirugía. Por otra parte, intentar cambiar esa percepción, tan arraigada en nuestro sistema, puede parecer imposible a priori.
El planteamiento de la Oncología Quirúrgica es distinto al enfoque anatómico. La técnica depurada es imprescindible para conseguir buenos resultados, pero a día de hoy no es suficiente. Es implanteable en nuestro momento actual que los pacientes oncológicos no sean tratados por un comité multidisciplinar donde estén representados los cirujanos.
Pero la participación debe de ser mayor que la de un simple técnico, para lo cual es necesario tener un conocimiento importante de las bases de la oncología, de los mecanismos de diseminación de los tumores, de la indicación de las diferentes pruebas diagnósticas, de la utilidad de los distintos tratamientos proporcionados por cada uno de los especialistas implicados, de la modificación en el abordaje que implican los distintos perfiles moleculares o genéticos del tumor… Conseguir esto significa realizar un esfuerzo extra para profundizar en las áreas de conocimiento de la Oncología Médica, la Oncología Radioterápica, la Anatomía Patológica, la Genética y tantas otras.
No es real pensar que un oncólogo quirúrgico tenga conocimientos similares respecto al tratamiento quimioterápico que los de un oncólogo médico. Pero creo que es imprescindible conocer lo suficiente como para entender las implicaciones del mismo y poder discutir con criterio en los comités multidisciplinares. En caso contrario, nos vemos abocados a un frecuente diálogo de sordos donde cada especialista da su opinión basándose en su criterio sobre su campo, sin alcanzar una visión más global del tratamiento. Y esto no aumenta la calidad de la atención que ofrecemos a nuestros pacientes, sino que la disminuye.
Tampoco puede ser el objetivo de los oncólogos quirúrgicos conocer y dominar todos los aspectos de la cirugía tumoral de cualquier órgano, dado que esto sería inabarcable. Sin embargo, sí es deseable que, en el campo de especialización correspondiente, tenga una dedicación prioritaria al tratamiento de los tumores y unos conocimientos que superen claramente el campo de la especialidad correspondiente. Aun más, un oncólogo quirúrgico debe ser aquel profesional capaz de aunar el conocimiento en cáncer en un momento dado ante una situación quirúrgica compleja y proceder en consecuencia para ofrecer la mejor alternativa terapéutica al paciente. Además, actualmente tampoco los oncólogos médicos se dedican a tratar a cualquier paciente, sino que están especializados dentro de su misma especialidad.
Al mismo tiempo, renunciar a ser oncólogos quirúrgicos en favor de ser simplemente cirujanos también tiene otro inconveniente, que, aunque pueda parecer semántico, reviste una gran importancia. No es raro que los pacientes y nosotros mismos nos refiramos al oncólogo médico simplemente como "oncólogo". Y esto tiene la implicación de que el tratamiento del cáncer es solo su responsabilidad, tanto de cara a los pacientes como a las instituciones.
Actualmente, en los tumores de órganos sólidos, el abordaje quirúrgico sigue siendo imprescindible, habitualmente la mejor opción curativa y, con frecuencia, la única necesaria. Ello no desmerece la enorme aportación que hacen nuestros compañeros de otras especialidades, sino que refuerza la importancia del oncólogo quirúrgico en el plan de tratamiento. Por ello, mantener el término de Oncología Quirúrgica también da sentido a esta aportación que hacemos.
Dado que cambiar el sistema de especialidades actual es complicado y puede que poco práctico, la aspiración que tenemos como Sociedad Española de Oncología Quirúrgica (SEOQ) es desarrollar esta conciencia sobre la necesidad de especializarnos en el tratamiento de los pacientes con cáncer y no solo de la cirugía como técnica. Y para ello no existen subespecialidades o programas de formación específicos tipo fellowship que, sin embargo, sí están presentes en otros países. Eso lleva a que aquí sea necesaria la autoformación en la disciplina.
Son muchos los cirujanos de distintas especialidades que de manera más o menos formal han ido recorriendo este camino y que cumplirían criterios para ser denominados oncólogos quirúrgicos. Actualmente, además, tenemos la posibilidad de certificar esa formación y experiencia por medio del Board in Surgical Oncology, coordinado por la UEMS (Unión Europea de Médicos Especialistas) y la ESSO (Sociedad Europea de Oncología Quirúrgica). Un vistazo al curriculum del board nos hace ver que para obtenerlo no basta con conocer mucho sobre los tumores específicos y tener una experiencia demostrable desde el punto de vista quirúrgico, sino que debemos además conocer todos los principios básicos de la oncología.
Por ese motivo, desde SEOQ hemos apostado por la realización del board y este año vamos a poder hacerlo por primera vez en nuestro idioma. Hasta ahora, solo se podía en inglés y desde hace poco, también en alemán. Si bien el conocimiento del inglés es muy necesario, ese requisito actuaba innegablemente como una barrera para muchos, no solo en España sino en otros países hispanohablantes. Confiamos en que poder presentarse al examen en español facilite la participación de muchos más cirujanos y aumente la difusión de la Oncología Quirúrgica.
Como no puede ser de otro modo, desde SEOQ aspiramos a colaborar con todas las sociedades científicas, tanto quirúrgicas como de otras disciplinas relacionadas con el tratamiento del cáncer. De igual modo, con las instituciones sanitarias, que, con frecuencia, olvidan al resto de especialistas implicados cuando tienen que acometer planes o decisiones sobre la oncología.
El objetivo último de todos es común: disponer de mejores especialistas en el tratamiento del cáncer que, a su vez, puedan ofrecer la mejor atención posible a los pacientes.
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