La Asociación Madrileña de Enfermería Gerontológica (AMEG) es consciente de que la pandemia ha puesto de manifiesto la necesidad de replantear el sistema de salud y sociosanitario, donde la enfermera geriátrica deberá liderar el nuevo paradigma de atención y vuelta a la nueva normalidad en los centros.
“Sabemos que esta pandemia ha azotado con especial virulencia a las personas mayores, sobre todo a aquellas que viven en residencias y centros sociosanitarios. Esto no puede volver a ocurrir, y para ello es necesario que las enfermeras lideren el nuevo paradigma de atención y vuelta a la nueva normalidad en los centros·, explican, en representación de AMEG, Eduardo Seyller, presidente emérito, y María José Mena, vocal de la junta directiva.
En su opinión, a falta de tratamientos efectivos, la mejor medicina es la prevención y los cuidados, donde los especialistas en geriatría deben protagonizar el espacio en el que actuaban como secundarios.
“El problema estriba en que el título de enfermera geriátrica está solo en el papel, no se habilitan puestos ni en ninguno de los niveles asistenciales donde desarrollen íntegramente su potencial. Este momento especial que hemos vivido ha dejado patente la necesidad de profesionales en centros sociosanitarios que guíen los cuidados en situaciones especiales y para ello las enfermeras geriátricas están preparadas. Es contradictorio pensar, que un país envejecido como España, con tan altos porcentajes de personas mayores, no tenga especialistas geriátricas suficientes”, dicen.
Faltan enfermeros en los centros privados
Desde AMEG se quejan de que hay residencias y centros privados no tienen presencia continua de profesionales de enfermería, y dicen que algunos centros solo la tienen unas horas al día o incluso únicamente un par de días a la semana.
“Algunos profesionales compaginan trabajos en centros privados y públicos. Es mucho menos pensar que estos centros contraten especialistas... Otra cuestión son las competencias que se les asignan a los profesionales en algunos centros, que nada tienen que ver con las realizadas con la profesión. Algunas compañeras nos han comentado que tenían que encargarse de mantener el jardín, poniendo aspersores todos los días, regando e incluso cambiando bombillas”.
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Los problemas de la sanidad pública
En lo que respecta a la sanidad pública, AMEG explica que tener una especialidad no asegura el desarrollo de la misma.
“No hay coherencia entre el sistema de contratación y asignación de plazas con el perfil o especialidad del profesional. Hasta que esto no se coordine, se perderá el potencial de un gran número de profesionales”.
Recuerda que el 20 de diciembre del año pasado se publicó en el Congreso la Proposición de Ley sobre ratios de enfermera para garantizar la seguridad del paciente en centros sanitarios y otros ámbitos (20/19 120/000004).
“Ahora, más que nunca, se pone de manifiesto la obligación de que nuestros representantes lleven a cabo esta ley, que tiene como fin garantizar la seguridad del paciente. Hay que recordar que España, país envejecido, posee uno de las ratios más bajas de la Unión Europea enfermera-paciente. Existen estudios que relacionan estas ratios con la salud de la población, de ahí que la OMS este año se haya propuesto marcar el año 2020 como el año de las enfermeras y matronas con el lema mundial Nursing Now”.
Déficit de enfermeras geriátricas
Para AMEG el déficit de enfermeras, ya no solo especialistas, ha quedado más que demostrado en todos los niveles en la pandemia.
“La ausencia o escasez de enfermeras especialistas en geriatría ha derivado en una respuesta tardía ante el problema y, por tanto, mayor número de personas enfermas, entre los trabajadores y por supuesto los ancianos”.
Precisamente por ello, desde AMEG dicen que este es el momento en que los poderes públicos deben considerar la importancia y la necesidad de dotar a los centros de las ratios de profesionales correspondientes y con el mayor nivel de conocimientos posible.
“La enfermera especialista en geriatría tiene los conocimientos no solo para devolver a los centros a la nueva normalidad, sino para establecer medidas adecuadas de gestión, administración y cuidados para prevenir ante un nuevo brote u otra situación similar”.
Gestión de la especialidad en la pandemia
¿Qué está aportando enfermería geriátrica a la gestión de esta pandemia?
“Poseen las competencias necesarias para desarrollar funciones de gestión en los diferentes niveles de la organización del sistema sanitario o en otros ámbitos de la salud donde desarrollan su actividad profesional. Sin embargo, el sistema público no reconoce la necesidad de este título o especialidad para el acceso a los puestos relacionados con la geriatría. Paradójicamente, mientras se afianza la formación de la especialidad, el reconocimiento de la misma como categoría profesional no se desarrolla. Son pocas las comunidades autónomas que han reconocido la importancia de la enfermera gerontológica para un mejor funcionamiento del sistema de salud”, aseguran desde AMEG.
Añaden que el valor de la enfermería gerontología se ha puesto de manifiesto en situaciones como la actual, pero lamentan que las enfermeras, y en particular las geriátricas, hayan tenido poca visibilidad en la crisis.
“No han estado en mesas de decisiones de la gestión de la pandemia, ni en los hospitales, ni en atención primaria, ni en los centros sociosanitarios. Lo que sí nos han comentado es que han aportado propuestas de organización y cuidados que han sido valoradas y llevadas a cabo de manera desigual”.
Los ‘verdaderos héroes’
En opinión de AMEG, las enfermeras y el resto del personal que trabaja en las residencias “son verdaderos héroes, ya que no solo han sufrido las precariedades como el resto de sanitarios en los diferentes ámbitos de salud, sino que han sido denostados por los medios de comunicación”.
Recuerdan que las enfermeras de residencia se han responsabilizado de proporcionar los cuidados, asumiendo sus decisiones y centrando su praxis profesional en el respeto a sus mayores.
“Están demostrando gran profesionalidad y compromiso. Es imprescindible apoyar a estos profesionales, dignificando su labor. Hay que recordar que en algunos centros los propios trabajadores se han quedado aislados con los residentes. O han hecho turnos más largos para evitar el contagio de los residentes”.
Relación estrecha entre niveles asistenciales
Los portavoces de La Asociación Madrileña de Enfermería Gerontológica recuerdan que no se debe olvidar la importancia de mantener una relación estrecha entre niveles asistenciales.
“Desde este momento queda patente la necesidad de coordinación sociosanitaria efectiva y no solo en el papel. Las personas mayores no pueden ser considerados personas de segunda categoría, son la base e historia de un país, de la cultura, de lo que somos. No es ni ético y moral, algunas decisiones que se han tomado en pro de una mala o gestión a destiempo de los recursos”.
Añaden que el Consejo General de Enfermería, junto con la Sociedad Española de Enfermería Geriátrica y Gerontológica, han difundido unas pautas para proteger a las personas mayores residentes en residencias y centros sociosanitarios.
La pandemia ha puesto en evidencia que faltan enfermeros especialistas en geriatría y gerontología en España
“Esta nueva realidad debe de garantizar las medidas oportunas para que esta situación no se repita. Para ello, esta nueva normalidad no puede ser como lo vivido anteriormente y servir para proponer un cambio en la atención a las personas mayores, desde la protección y atención individualizada y holística. Esta situación debe de colocar en lo más alto del liderazgo a las enfermeras especialistas en geriatría”.
Recuerdan que la Covid-19 ha atacado a las personas mayores sin reticencias. “No solo a nivel físico, sino también a nivel psicológico al no poder ver a sus familias y estar completamente aislados en habitaciones. Siendo y considerándose la soledad un grave síntoma para estas personas”, concluyen.
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