Las semanas de confinamiento derivadas del Estado de Alarma por la pandemia de Covid-19 han tenido un objetivo claro: reducir la movilidad para evitar los contagios. Sin embargo, esas restricciones se han traducido también en una menor actividad física y en cambios de hábitos que han tenido consecuencias en la población en general y en algunos colectivos en particular. ¿El resultado? Dolencias y alteraciones que han llegado al mostrador de las farmacias en busca de consejo e indicación profesional.
"La oficina de farmacia es, en muchos casos, la puerta de entrada al sistema sanitario y el primer punto de consulta", señala Daniel Reyes, farmacéutico comunitario en Granadilla de Abona (Tenerife) y miembro del Grupo de Dolor de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac), que además concreta algunos de los colectivos que más se han visto afectados por esta reducción de la movilidad durante el Estado de Alarma.
Habla en primer lugar de los pacientes crónicos. Según señala, en muchos de ellos los hábitos más recomendados son una alimentación adecuada y realizar actividad física. "En patologías crónicas, como la diabetes o la hipertensión, una pauta básica suele la dieta y el ejercicio. Una reducción de la movilidad puede incidir directamente en la práctica diaria de ejercicio y traducirse en un empeoramiento de su situación".
También cita a las personas mayores, un colectivo que, bien por las recomendaciones de quedarse en casa, bien por el temor a salir a la calle por riesgo a contagiarse, ha visto reducida su movilidad; algo que, según apunta Reyes, se ha traducido en más dolencias y molestias físicas.
Deportistas inusuales y gestantes
Otro colectivo al que se refiere son las personas que acuden a la farmacia por lesiones musculares generadas por haber empezado a hacer deporte en las primeras etapas de la desescalada. "Hay personas que nunca antes habían hecho ejercicio regular y ahora han empezado a hacerlo, pero a una intensidad entre entre moderada y alta. Nosotros lo que recomendamos es comenzar a hacer deporte a un ritmo leve e irlo aumentando progresivamente", asegura Reyes, quien también afirma que otro colectivo al que se ha recomendado realizar ejercicio leve desde las primeras fases de la desescalada ha sido a las embarazas: "Son un grupo de población al que se le aconseja realizar ejercicio de leve a moderado para evitar posibles problemas que puedan derivarse del tiempo que han estado confinadas en casa".
Más allá de grupos poblacionales, uno de los problemas primordiales del confinamiento para Reyes han sido los cambios en las pautas de sueño de muchos pacientes, ya que esto "está estrechamente ligado" a la sensación de dolor. "El sueño regenera y reinicia los procesos cognitivos y alterarlo afecta directamente al cerebro y al sistema nervioso, que son los encargados de transmitir el dolor", subraya.
Sobre el cambio en los hábitos del sueño también habla Jaime Román, farmacéutico comunitario en Sevilla y miembro de la Comisión Ejecutiva de la Fundación Pharmaceutical-Care. A su juicio, ha habido un incremento de las consultas en la farmacia relacionadas con la dificultad para conciliar el sueño por los cambios en los hábitos y en los estilos de vida, ya que muchas personas han retrasado la hora de irse a dormir. "Ha sido uno de los grandes problemas derivados del confinamiento que impactan en la salud", asegura.
¿Ha afectado el teletrabajo?
Román también ha percibido un incremento en el número de consultas procedentes de mayores y vinculadas a "debilidad muscular", además de otras afecciones derivadas del teletrabajo: vista cansada y dolores por permanecer mucho tiempo sentado en posturas inadecuadas.
"Se ha hecho más uso de las pantallas, lo que ha incrementado los casos de vista cansada [...] Además ha habido muchas personas que nos han comentado que no tienen sus hogares adaptados en cuanto a ergonomía para estar tantas horas sentado y que han adoptado malas posturas, lo que se traduce en dolencias", explica.
¿Cómo se aborda desde la farmacia?
Sobre el abordaje que se debe hacer desde la farmacia, ambos profesionales coinciden en dos cuestiones primordiales: la individualización de cada caso y la escucha activa.
"Hay que escuchar e individualizar cada caso y es recomendable que la actuación siempre esté protocolizada y consensuada con el resto de profesionales sanitarios. Esa protocolización es la clave para determinar la atención y, si fuese necesario, la derivación. Somos un equipo multidisciplinar y todo debemos formar parte del mismo", afirma Reyes.
Sobre este asunto, Román cuenta que él cuenta en su farmacia con una zona de consulta en la que, en casos como los de estos pacientes, puede "realizar microentrevistas clínicas" para individualizar cada caso, conocer el problema y la sintomatología y realizar una mejor atención. "Hay que saber escuchar para que lo que se recomiende o se indique sea lo mejor para el paciente", destaca.
A esto, Román suma que este tipo de acciones son una base excelente para "generar relaciones de confianza" con el paciente. "Yo siempre concluyo cada actuación con la frase Vuelve y cuéntame cómo te ha ido. Eso genera una sensación de feedback que afianza el vínculo farmacéutico-paciente".
Sobre esto, Reyes asegura que, en una situación con tantas incertidumbres como la actual crisis sanitaria, el farmacéutico tiene "un papel fundamental como profesional que ofrece información fidedigna basada siempre en el rigor científico", algo que contribuye a potenciar mucho esa confianza en él como profesional de la salud.
En cuanto a la actuación concreta que se hace con el paciente, más allá de que haya que individualizar cada caso, ambos profesionales también coinciden en que, en primer lugar, hay que abordar la educación sanitaria y pautar hábitos adecuados y saludables. En el caso de que el abordaje conductual no fuese suficiente, habría que complementarlo con el farmacológico para intentar atajar o mitigar esas dolencias o alteraciones.
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