
Ante un paro cardiaco, lo básico es actuar rápidamente y comenzar maniobras de RCP en los 3-4 minutos siguientes a la parada. Sin embargo, aunque la RCP sea exitosa y el paciente recupere la circulación espontánea, no terminan ahí las maniobras de recuperación: hasta un 31% de los supervivientes a un paro cardiaco presentan secuelas neurológicas graves o muy graves.
Frente a esta situación, la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc) han presentado el proyecto CAPAC, de acreditación en la gestión del paro cardiaco en los hospitales españoles, que tiene como objetivo la puesta en marcha de unidades certificadas de resucitación cardiaca en los hospitales en España, reuniendo los estándares de calidad necesarios para garantizar la mejor atención a estos pacientes.
"No se trata solo de salvar la vida del paciente, sino de hacerlo con la mejor calidad de vida y menos secuelas posibles", ha afirmado Ricard Ferrer, jefe del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Vall d’Hebron, de Barcelona, y expresidente de Semicyuc.
Así, la adecuada gestión hospitalaria post parada cardiaca puede reducir de forma significativa el daño cerebral en los pacientes. Las guías internacionales establecen que es necesario un correcto diagnóstico del paciente para establecer la causa de la parada cardiaca y posterior ingreso en la unidad de Cuidados Intensivos, la evaluación de un posible cateterismo y evitar la hipotensión, y recomiendan el manejo de control de temperatura. De hecho, según el documento de posicionamiento realizado por ambas sociedades, el cuidado integral del paciente, incluyendo el control de la temperatura mediante dispositivos de servocontrol, tendría un efecto positivo sobre la proporción de pacientes con buen estado neurológico al alta.
"La variabilidad del resultado entre los centros que cuentan con protocolo de manejo de control de temperatura avanzado y los que no, es notable", ha explicado Esteban López de Sá, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario La Paz, de Madrid. Así, en los centros en los que se aplica este tratamiento mejora la media de pacientes sin daño neurológico al alta y se incrementa aún más si incorporan sistemas avanzados. "Es decir, el uso de sistemas de control de temperatura integrado en un manejo global del paciente podría suponer evitar que, cada año, 235 pacientes que han sobrevivido al paro cardiaco abandonen el hospital sin daños neurológicos graves y ganar cerca de 7 meses de vida en perfecta salud por paciente”.
Además, según Ferrer, “los beneficios para los profesionales son también evidentes ya que se trata de un sistema automatizado que hace que se mejore la gestión del tiempo y la eficiencia de la carga de trabajo, reduce la variabilidad y asegura los cuidados al paciente”.
Maximizar la supervivencia y minimizar los daños neurológicos tras una parada cardiaca son los objetivos del proyecto CAPAC, de SEC y Semicyuc. Off Rosalía Sierra Offvia Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/3aGjnsN
No hay comentarios:
Publicar un comentario