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martes, 26 de octubre de 2021

El xenotrasplante realizado en Nueva York, "no aporta nada"

Trasplantes
carmenfernandez
Mar, 26/10/2021 - 15:19
Investigación
Rafael Máñez sigue investigando en inmunología en Bellvitge. Foto: Hospital de Bellvitge
Rafael Máñez sigue investigando en inmunología en Bellvitge. Foto: Hospital de Bellvitge

“Desde el punto de vista científico es un experimento pobre, no aporta nada”, opina Rafael Máñez, jefe del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Universitario de Bellvitge, en Hospitalet de Llobregat, Barcelona, sobre el xenotrasplante del que informó la semana pasada el NYU Langone Health de Nueva York.

Este centro estadounidense, con la autorización de la FDA, ha trasplantado, por primera vez con éxito (el órgano se ha mantenido funcionante tres días), un riñón de cerdo en un humano en muerte cerebral y con disfunción renal, tras eliminar los genes del animal (la molécula de azúcar llamada alfa-gal) causantes de rechazo inmediato.

Máñez fue referencia internacional en xenotrasplantes a principios de los 2000, cuando era responsable de trasplantes y de la investigación en esta materia en la Unidad de Cirugía Experimental del Hospital Universitario Juan Canalejo, hoy llamado Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña, Galicia. Este grupo, durante el período 2000-2003, practicó 20 xenotrasplantes renales de cerdo transgénico hDAF (donante) a babuino (receptor), y, según publicaron, la supervivencia de los xenoinjertos osciló entre 1 y 31 días.

Máñez, que desde entonces ha seguido trabajando en inmunología, explica que lo que ha hecho el grupo del NYU Langone Health de Nueva York es conectar un riñón de cerdo en cadáver, en muerte cerebral. “Éste es un proyecto que ya se discutió en su día cuando yo estaba de profesor asociado en el Instituto de Trasplante (entre 1990-1994) de la Universidad de Pittsburgh, en Estado Unidos. No se había probado nunca pero, con toda la investigación que se ha realizado posteriormente, era lógico pensar que sí era posible, como parece que lo ha sido”, afirma.

Hasta ahora, a su juicio, ha habido 2 hitos importantes en esta materia: hacer que funcionase durante más de un año un riñón de cerdo en receptor primate y que un corazón de cerdo funcionase durante más de seis meses en primate.

“Ahora no me dedico, pero he participado en proyectos vinculados; en breve publicaremos un estudio con tejidos de cerdo (válvulas cardíacas desnaturalizadas), en el que se demuestra que los anticuerpos contra alfa-gal desempeñan un papel importante en el deterioro a largo plazo de las mismas. Este es el punto clave del xenotrasplante, la supervivencia a largo plazo. En este momento ya hay cerdos con hasta 4 manipulaciones genéticas para disminuir al máximo el rechazo, tanto el inicial como el tardío, y algunas sociedades se replantean un ensayo clínico en humanos”.

Confirma que a finales del siglo XX y principios del XXI hubo efervescencia en torno a los xenotrasplantes y apunta que dos problemas frenaron las expectativas, especialmente en organismos internacionales como la OMS, el Consejo de Europa y otros: preocupó un retrovirus porcino que podía infectar a las células humanas (xenoinfección) y causar una pandemia, que “con el SARS-CoV-2 hemos visto qué dimensiones puede tener”. Este hándicap se “solucionó” con normas para impedir que los xenotrasplantes acabasen resultando un problema de salud pública.

Pero quedaba otro: “Superado el rechazo hiperagudo, ¿cómo evitar las reacciones inmunes a posteriori?”, destaca Máñez.

Y otro más: “La funcionalidad fisiológica no es la misma; quizá es más fácil en corazón, que es un músculo o bomba, pero el riñón produce una eritropoyetina que en el cerdo no es la misma que en el humano”.

Máñez comparte que, para que siga avanzando la investigación en materia de xenotrasplantes, hacen falta noticias que impacten en la opinión pública, como la de Nueva York: “Quizá la FDA, para autorizar un proyecto de mayor relevancia, necesitaba algo como lo que han hecho, como paso previo. Si es un programa a largo plazo, la opción es válida; si sólo buscan demostrar que no hay rechazo hiperagudo, me parece pobre”, reitera.

Inmunosupresión "potentísima"

Sobre la posibilidad de que los xenotrasplantes en sus posibles formas lleguen a ser una realidad afirma: “Continuo pensando que no es fácil. Hemos avanzado muchísimo en manipulación genética y hay posibilidades, pero todavía hay problema importantes: por ejemplo, se necesita una inmunosupresión potentísima y eso ya hemos visto lo que supone con la covid-19 en trasplantados. También están por ver, como he dicho antes, las incompatibilidades fisiológicas. Hay muchos matices. No lo descarto, pero es muy difícil”.

Máñez, con lo aprendido con los experimentos en animales sobre xenotrasplantes, trabaja en una línea de investigación que están ofreciendo resultado prometedores destinada a generar inmunidad frente a infecciones habituales en intensivos e incluso la covid-19; ya ha permitido crear una spin off y el año que viene podría ser objeto de estudio clínico. 

Rafael Máñez, jefe de Intensivos en Bellvitge, fue referencia internacional en xenoinjertos a principios de los 2000, pero hoy los ve una opción "difícil". Off Carmen Fernández. Barcelona Medicina Intensiva Nefrología Cardiología Off

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