La pandemia de covid-19 ha puesto de relieve la importancia de los diagnósticos. Aún recordamos la escasez mundial de test rápidos para detectar la infección durante la primera ola y la aparición de pruebas inexactas (incluso falsas), con lo que ello implicó en el control de los primeros brotes; como hemos constatado, la capacidad para realizar una prueba fiable y de calidad del SARS-CoV-2 es clave en la respuesta a la pandemia.
Pero las dificultades para acceder a las pruebas diagnósticas van más allá de la pandemia de covid. Según datos que se acaban de conocer, en una investigación en The Lancet, casi la mitad (47%) de la población mundial apenas cuenta con pruebas y servicios esenciales para diagnosticar enfermedades tan comunes como la diabetes, la hipertensión, el VIH y la tuberculosis. Incluso no hay acceso a pruebas básicas para las mujeres embarazadas como la detección de la hepatitis B y la sífilis.
Sin diagnósticos precisos y asequibles, muchas personas son tratadas a ciegas, con terapias innecesarias, inapropiadas o ninguna en absoluto, poniéndose en riesgo por una atención médica de mala calidad. Supone también una gran brecha para alcanzar las prioridades mundiales de cobertura sanitaria universal, mitigación de la resistencia a los antimicrobianos y preparación para una eventual pandemia.
Comité de expertos
Estas conclusiones parten del análisis de la Comisión sobre Diagnósticos de The Lancet, un comité de 25 expertos de 16 países que ha estudiado el acceso global a los diagnósticos. La comisión pide a los responsables políticos que salven esa brecha en el diagnóstico, mejoren el acceso y amplíen el desarrollo de pruebas médicas más allá de los países de ingresos altos.
“En gran parte del mundo, los pacientes son tratados por enfermedades sin acceso a servicios y pruebas de diagnóstico clave. Este es el equivalente a practicar la medicina a ciegas. No solo es potencialmente dañino para los pacientes, sino que también es un desperdicio significativo de los escasos recursos médicos. […] La pandemia de covid-19 ha colocado las pruebas en la cima de la agenda política y de la salud mundial, y debe ser un punto de inflexión para garantizar que prioricemos el diagnóstico de todas las enfermedades”, dice Kenneth Fleming, presidente de la Comisión y profesor en la Universidad de Oxford (Reino Unido).
Las pruebas que escasean incluyen tanto el análisis de muestras de sangre, tejido u orina, como las de imagen (radiografías, ultrasonido, resonancia magnética, tomografía computarizada, pruebas de medicina nuclear).
En atención primaria y prenatal
En atención primaria solo un 19% de la población de los países de ingresos bajos y medios tiene acceso a las pruebas de diagnóstico más simples (que no sean de detección del VIH o la malaria).
Los autores también revisaron datos sobre el acceso a las pruebas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la atención prenatal. Esas pruebas, entre las que están la detección de la sífilis, tiras reactivas de orina, pruebas de hemoglobina, de glucosa en sangre y ecografías, se consideran esenciales y deben estar disponibles dentro de un tiempo de viaje de dos horas del paciente.
El informe calcula que a nivel mundial reducir la brecha de diagnóstico para solo seis afecciones (diabetes, hipertensión, VIH y tuberculosis, además de hepatitis B y sífilis para mujeres embarazadas) del 35-62% al 10% supondría un descenso de 1,1 millones en el número anual de muertes prematuras en países de renta baja.
Personal, estrategia nacional, regulación
La clave para mejorar los diagnósticos es la disponibilidad de personal capacitado: la coisión estima un déficit global de hasta 1 millón de personal de diagnóstico, que debe abordarse mediante capacitación y educación.
La comisión recomienda además que los países desarrollen urgentemente estrategias nacionales de diagnóstico: “Ampliar la producción de diagnósticos mediante la ubicación de más investigación, desarrollo y producción en países de ingresos bajos y medios es una prioridad clave”, dice Susan Horton, copresidenta adjunta de la Comisión, y profesora de la Universidad de Waterloo (Canadá).
Otras recomendaciones incluyen mejorar la asequibilidad, los marcos regulatorios para supervisar la calidad y seguridad de las pruebas y democratizar los diagnósticos (aumentando la disponibilidad en el lugar de atención, así como las autopruebas).
“Hay tres cosas que son esenciales para la seguridad de la salud: la seguridad de los diagnósticos, la seguridad de las vacunas y la seguridad terapéutica. […] La equidad comienza con la regionalización de la producción de servicios básicos de seguridad sanitaria tanto como sea posible, y esto incluye el diagnóstico”, expone John Nkengasong, director de los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades y coautor de la Comisión.
via Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/3FpvNDu
No hay comentarios:
Publicar un comentario