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viernes, 8 de octubre de 2021

La subida de la luz afectará a los hospitales en el medio y largo plazo

Política y Normativa
saradomingo
Vie, 08/10/2021 - 16:00
Los hospitales prevén un impacto de más del 7% en sus facturas de la luz
La subida del precio de la luz también afecta a los hospitales.
La subida del precio de la luz también afecta a los hospitales.

Desde mediados del verano pasado el precio de la electricidad ha ido sufriendo un incremento paulatino nunca visto, llegando a rebasar los 230 euros el megavatio hora. Una situación que ha impactado rápidamente contra aquellos adscritos al llamado Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC), cuya factura depende de las subastas diarias que se realizan en el mercado eléctrico.

¿Pero qué pasa con los grandes hospitales? La casuística es muy variable, aunque la mayoría cuentan con un precio fijo marcado por contrato y, en ocasiones, dependiente de los acuerdos alcanzados desde los gobiernos regionales con las proveedoras eléctricas. Gracias a lo cual su factura no está variando a pesar de las subidas. Un ejemplo es el del Hospital Universitario y Politécnico de La Fe (Valencia), desde donde aseguran a Diario Médico que el contrato de suministro eléctrico “está centralizado desde la Conselleria y el precio se regula en el procedimiento asociado”.

Sin embargo, en estos casos los gestores se están preparando para el medio y largo plazo, cuando llegue la hora de renovar esos contratos, probablemente al alza. Así lo afirma José Manuel Pérez Gordo, miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa), que también recuerda que “aun teniendo el contrato concertado, puede darse el caso de que existan cláusulas de revisión del precio cuando se superan unos determinados límites”. En cualquier caso y según éste, el impacto económico en los hospitales podría oscilar entre el 7% y el 25%.

Menores recursos

En el escenario actual, el gasto eléctrico supone entre el 2% y el 3% del presupuesto de un hospital, “una cantidad considerable teniendo en cuenta que un centro comarcal de unas 200 camas llega a facturar unos 180.000 euros mensuales”, ejemplifica Pérez Gordo.

Por tanto, si se aplica el impacto más bajo del 7% en el cómputo anual de un hospital de estas características, se estaría hablando de un aumento del gasto eléctrico de más de 150.000 euros al año. “Un gasto extra que, de no ser por esta situación, serviría para comprar muchos equipamientos y materiales necesarios, y que limita aún más los presupuestos anuales de los hospitales”.

A todo ello se añade el más que probable ascenso de los precios de otros productos y servicios que, con toda seguridad, se encarecerán notablemente como efecto colateral de la escalada de la electricidad. “Está generando una espiral inflacionista que está obligando a los proveedores a subir sus precios, lo que va a aumentar ese impacto a medio y largo plazo cuando haya que abrir nuevos concursos”.

“Por eso el Gobierno está intentando tomar medidas excepcionales para frenar un poco todo el aluvión de subidas de precio”, puntualiza Víctor Ruiz Ezpeleta, profesor de OBS Business School, especializado en gestión de proyectos. Según éste, aspectos como el mantenimiento de la reducción del IVA del 10% o la supresión del impuesto de la electricidad repercutirán también en el sector público sanitario, además de al pequeño consumidor.

El porqué de la subida

Esta subida incesante del precio de la electricidad viene promovida por varios factores. “Uno de ellos es el del incremento de los costes por derechos de emisión de CO2 que impone la UE a las empresas contaminantes”, explica Víctor Ruiz Ezpeleta, profesor de OBS Business School. Mientras el pasado año este coste era de 20 euros por tonelada, en estos momentos se ha triplicado, llegando a los 60 euros.

Por otra parte, el precio del petróleo, del carbón y del gas natural también han subido. Ésta última materia prima es una de las principales que España importa para cubrir parte de la demanda. Una demanda que también ha ido aumentando y a la que no se puede dar servicio sólo con las fuentes renovables, que durante el verano apenas han podido funcionar.

Gestiones para ahorrar

Como recuerda el portavoz de Sedisa, a diferencia de los hogares particulares, donde se puede hacer discriminación horaria para reducir el gasto eléctrico, un hospital debe estar a pleno rendimiento las 24 horas del día, exceptuando determinadas zonas de trabajo de oficina y administración, en las que sí se podrían aplicar ciertas medidas de ahorro.

Como explica Ruiz Ezpeleta, otras opciones de ahorro energético se basarían en el uso de luminarias de tipo LED, instalación de sensores de presencia para que enciendan y apaguen las luces en función de las necesidades, gestión de la climatización o paredes y ventanas mucho más aislantes, entre otros ejemplos.

“No debemos olvidarnos de los sistemas de autoconsumo a través de la instalación de placas solares en las cubiertas, que requiere de una gran inversión de inicio pero que en espacios de gran consumo energético como son los hospitales se pueden amortizar en menos de ocho años”, indica el profesor de OBS.

En cualquier caso, según el miembro de la Junta Directiva de Sedisa, prácticamente todos los hospitales españoles llevan años haciendo este tipo de acciones por motivos de sostenibilidad, medioambientales y de optimizar la gestión energética. Es decir, el margen de mejora que quedaría no serviría para neutralizar ese gran impacto económico que va a suponer la actual subida de la luz.

Se prevé que la escalada del precio de la electricidad influirá en un aumento de costes también en otros productos y servicios necesarios para la gestión hospitalaria. Off Gema L. Albendea Off

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