La toma crónica de corticoides previa a la hospitalización por covid-19 se asocia a un peor pronóstico de la enfermedad, según revela un nuevo estudio del Registro clínico SEMI-COVID-19 de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), realizado a partir de datos de casi 15.000 pacientes.
Los investigadores destacan en este trabajo, que se publica en International Journal of Infectious Diseases, que “mientras que los corticoides presentan un beneficio bien establecido durante la fase inflamatoria de la covid-19; el tratamiento crónico con glucocorticoides en el momento del ingreso conlleva un riesgo especial de covid-19 grave, complicaciones y muerte”. Esto no ocurrió en pacientes que tomaban de forma crónica otros medicamentos inmunosupresores antes de la hospitalización, como los inhibidores de la calcineurina.
Las conclusiones de este estudio pueden parecer “chocantes”, aducen sus autores en el trabajo, “teniendo en cuenta que los glucocorticoides son, hasta la fecha, el tratamiento más eficaz para esta enfermedad. Sin embargo, algunos estudios más pequeños que analizan pacientes tratados con medicamentos inmunosupresores crónicos han demostrado que los pacientes que reciben glucocorticoides parecen tener un mayor riesgo de muerte que aquellos que no los reciben”.
Tratamiento para la covid
Así lo ha destacado también Antoni Torres en una entrevista reciente sobre el estudio Ciber-UCI-Covid, un trabajo multicéntrico llevado a cabo por investigadores del CIBER de Enfermedades Respiratorias (Ciberes), entre cuyos hallazgos se avala el uso de los corticoides (dexametasona) cuando ha pasado la fase inicial de la enfermedad. “Hemos visto que si se administran durante el periodo de siete días desde el inicio de los síntomas, los pacientes fallecen más”, explicaba a DM Torres.
Los médicos internistas del estudio de la SEMI que se acaba de publicar destacan que “las terapias inmunosupresoras forman un grupo heterogéneo de fármacos con diferentes perfiles de riesgo de covid-19 grave y muerte” y que “mientras que los corticoides presentan un beneficio bien establecido durante la fase inflamatoria de la covid-19, el tratamiento crónico con glucocorticoides en el momento del ingreso conlleva un riesgo especial de covid-19 grave, complicaciones y muerte”.
En el estudio, del total de 14.973 pacientes evaluados, 868 (5,8%) fueron considerados inmunosuprimidos; entre estos inmunosuprimidos, 654 tenían antecedentes de enfermedad inflamatoria inmunomediada (4,36% en total) y 214 eran receptores de trasplante de órgano sólido (1,42% en total, con 151, 32, 16 y 15 sometidos a trasplante de riñón, hígado, pulmón y corazón, respectivamente). En el estudio no se incluyeron pacientes con cáncer.
Hubo 1.243 prescripciones de medicamentos inmunosupresores entre los 868 pacientes inmunosuprimidos. Los tratamientos más frecuentes fueron los glucocorticoides (593 pacientes, 68,3%), seguidos de antimetabolitos como micofenolato, azatioprina y metotrexato (369 pacientes, 42,5%), inhibidores de la calcineurina (155 pacientes, 17,9%) e inhibidores de m-TOR (65 pacientes).
En general, la edad media fue de 69 años y 8.460 pacientes (56,5%) eran hombres. La tasa de mortalidad hospitalaria fue del 19,1% (2.857 muertes).
Entre los tratamientos específicos de inmunosupresores crónicos, solo el uso de corticoides al ingreso se asoció con mayor mortalidad. Después de ajustar por el uso crónico de glucocorticoides al ingreso en el análisis de supervivencia, el estudio muestra que los receptores de trasplante de órgano sólido presentaron mayor riesgo de mortalidad, mientras que los pacientes con enfermedad inflamatoria inmunomediada tenían un riesgo similar al de la población general sin inmunosupresión.
Tratamiento crónico con corticoides sistémicos
Además, los pacientes en tratamiento crónico con corticoides antes del ingreso hospitalario por covid-19 presentaron más complicaciones intrahospitalarias, como síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA) grave, sepsis, shock séptico, insuficiencia renal aguda y síndrome de disfunción multiorgánica. Finalmente, el tratamiento crónico con corticoides sistémicos también se asoció con peores resultados entre los receptores de órgano de trasplante sólido.
Sin embargo, el tratamiento crónico con inhibidores de la calcineurina antes del ingreso hospitalario no se asoció con peores resultados. En particular, la mayoría de los pacientes a terapia con esta medicación eran receptores de órgano de trasplante sólido.
Con todo, los autores del trabajo precisan que “se necesitan más estudios para aclarar el perfil de covid-19 en diferentes pacientes inmunosuprimidos y la influencia de fármacos inmunosupresores específicos en sus resultados”.
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