La clave para llegar más al usuario de la farmacia y por extensión vender más hay que romper con una serie de tendencias que se han arraigado en algunos equipos, entre ellos, no considerarse farmacéutico en toda su dimensión y no diferenciar entre información y consejo farmacéutico. Así lo defendieron ayer, martes 13 de abril, Lucila Rosendo, trainer y coach de equipos farmacéuticos, y María González, executive coach y formadora, ambas de la empresa CoanchingMasDos, que dieron una charla en el congreso on line Gestiona tu farmacia que se está celebrando estos días.
Según las expertas, considerarse farmacéutico en toda su dimensión implica convertirse en una auténtica autoridad "resolutiva no impositiva", aclara González, que se hace cargo y se responsabilidad de la salud de sus pacientes, a los que acompaña toda su vida. "Dispensa con todas las consecuencias y empatiza, entiende y se vincula con el paciente", comento esta farmacéutica, pero, además, "comprueba que el paciente sabe tomar correctamente la medicación, y le hace un seguimiento", dijo Rosendo.
En cuanto a la diferencia entre información y consejo farmacéutico, explicaron que la primera consiste en dar asesoramiento impreciso, disperso útil para el paciente, cuando al paciente le interesa pero sin el control del farmacéutico, mientras que el consejo farmacéutico es asesoramiento preciso para el usuario de la farmacia en un momento concreto con control farmacéutico y con la supervisión del profesional.
Y pusieron un ejemplo. En el primer caso, el farmacéutico le dice a la persona que acude a su botica: "Este medicamento es fotosensibilizante, por lo que debe usar fotoprotector solar". A esto el paciente solo responde "vale".
En el segundo caso, el farmacéutico le va haciendo una serie de preguntas concretas sobre la medicación que está tomando, entre ellas, ¿lleva mucho tiempo usando el tratamiento? y ¿Cómo le va? A continuación el farmacéutico explica que esa medicación es fotosensibilizante y le pregunta si el dermatólogo le ha recomendado usar fotoprotección. Si le responde que no, entonces, le explicaría que la fotosensibilidad es un efecto secundario de la medicación, que debe usar crema solar, que esta tiene que usarla a diario durante todo el año incluso cuando no hace sol y cómo debe aplicarlo. Según el tipo de piel que tiene se le recomienda uno específico, oil free, no comedogénico porque el paciente tiene piel grasa.
Cuando se ofrece ese consejo se tiene que activar un protocolo con preguntas poderosas que se formularán en el momento de la acogida. Son cinco preguntas: "¿El medicamento es para usted? ¿Es la primera vez que lo toma? ¿Cuánto tiempo lleva usándolo? ¿Qué tal le va? Y la última ¿Y solo utiliza estos?". detallaron. Con esta cuestión final afirmaron que se trata de hacer ver al usuario que algo le falta para completar su tratamiento o para mejorar su calidad de vida o mitigar aún más los síntomas que padece.
Al servicio del paciente
Con esta actitud y con la formulación de estas cinco preguntas, en muchas ocasiones, el consejo se cerrará con una venta, pero en otras no, sin embargo, lo que se consigue, según Rosendo es "transmitir la imagen poderosa del farmacéutico que está al servicio del paciente y que tiene un objetivo claro, que es ayudarle y que confíe en él".
Ahora bien, las expertas cerraron su intervención recordando que los farmacéuticos no venden seguros y una vez que se ha cerrado la venta se cierra un trimestre y se olvida, "el farmacéutico se responsabiliza de la salud y hace supervisión y control por parte del farmacéutico que se vincula con el paciente".
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