El Ministerio de Sanidad ha emplazado a los sindicatos del sector sanitario el próximo 4 de noviembre para que le cuenten de primera mano cuáles son sus propuestas para el "plan de acción" de atención primaria que, sobre el papel, debería estar aprobado antes de diciembre. Sin esperar a esa cita, el Sector de Sanidad de CSIF Nacional se lo ha dicho hoy claramente: Hace falta dinero, concretamente una partida específica en los Presupuestos Generales del Estado para 2022 de 4.000 millones de euros para sufragar las necesidades más urgentes del nivel en todas las autonomías.
Así de claro se lo ha resumido hoy al Ministerio de Sanidad Fernando Hontangas, presidente del Sector de Sanidad de CSIF, que multiplica por más de 20 la partida de 176 millones de euros que el proyecto de Presupuestos del Gobierno de Pedro Sánchez le destina a la primaria el próximo ejercicio, y eleva aún más el órdago que hace unos días lanzaba en el Senado la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc), que, por boca de su presidente Salvador Tranche, también puso sobre la mesa esos 4.000 millones de euros, pero para un horizonte temporal de hasta cuatro años.
El desglose de esa partida que, a juicio de CSIF, necesita la primaria de manera inmediata se basa en una primera inversión de 1.600 millones de euros (10 veces más de lo previsto en el proyecto gubernamental) para el Marco Estratégico para la Atención Primaria de 2019, el eje del "plan de acción" que Carolina Darias anunció el 1 de octubre en Canarias. A esa partida habría que sumar "el presupuesto necesario en personal para alcanzar el promedio europeo", ha puntualizado hoy Hontangas en una comparencia donde ha resumido la visión del sindicato sobre el primer nivel.
Y el promedio europeo en materia de recursos humanos en primaria sólo se conseguirá, según los cálculos del Sector de Sanidad de CSIF con la "inmediata contratación" de 38.000 profesionales de todas las categorías, a razón de 9.500 médicos de Familia ("en previsión de los casi 5.000 que se jubilarán en el SNS en la próxima década", apunta Hontangas); 28.217 enfermeros, "para equipararnos a la ratio europea de profesional por habitante"; y "varios miles más" procedentes de otras categorías (TCAE, fisioterapeutas, administrativos...). Traducido en nóminas: 1.300 millones de euros sólo para la categoría de médicos y enfermeros y alrededor de 1.100 más para el resto de categorías.
Según los datos que maneja el sindicato de funcionarios, la ratio actual de médicos y enfermeras de primaria por cada mil habitantes están en España en 0,77 y 0,66, respectivamente, "ha permanecido prácticamente invariable en los últimos 10 años" y, en el caso de los médicos, por ejemplo, es muy inferior a la de países como Portugal (2,6), Irlanda (1,82), Austria (1,56) o Francia (1,42).
1.600 millones serían inversión para el Marco Estratégico de AP y el resto, para personal
A la situación estructural del primer nivel, Hontangas suma la "progresiva descapitalización" de recursos humanos y el "incierto futuro" de los llamados contratos covid, sanitarios fichados en todas las comunidades para reforzar las plantillas durante la pandemia, "y que en la mayoría de los casos no tienen garantizado su futuro más allá del próximo mes de diciembre", dice Hontangas.
CSIF cifra esos contratos en más de 50.000, aunque matiza que el "aberrante silencio" de las comunidades con respecto a sus contrataciones "hace muy difícil dar una cifra exacta de cuántos contratos covid hay actualmente operativos en las 17 autonomías y cuánto van a durar". Para despejar cualquier posible incógnita sobre el futuro de esos contratos, Hontangas ha pedido expresamente a todas las comunidades que desvinculen el futuro de esos 50.000 contratos de la evolución de la pandemia, "porque, más allá de la covid, son absolutamente necesarios para atajar las listas de espera y, en el caso de primaria, para afrontar con ciertas garantías la campaña de la gripe".
El máximo responsable de Sanidad en CSIF ha recordado, además, que los últimos datos de la Seguridad Social "nos revelaron hace unos días que la sanidad pública española ha destruido 13.311 puestos de trabajo durante el mes de septiembre, lo que nos parece una gravísima irresponsabilidad teniendo en cuenta las dificultades que todavía atraviesa el Sistema Nacional de Salud".
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Esas dificultades, en el caso del primer nivel, están además perfectamente identificadas para el sindicato de funcionarios: "Listas de espera de hasta 15 y 20 días en centros de salud de todas las comunidades, generalizada sobrecarga de trabajo, pacientes que acuden sin cita previa con problemas de salud, bajas del personal sanitario por agotamiento o covid persistente, deterioro de infraestructuras e instalaciones y, para más inri, el cierre progresivo de los vacunódromos, de forma que los centros de salud sumarán a la gripe el suministro de la tercera dosis de la vacuna de la covid".
Sobre el terreno
En su denuncia, Hontangas ha estado flanqueado por dos representantes de esa primaria que, a tenor de los datos sindicales, agoniza: Pedro Ibor, un médico de Familia de un centro de la Comunidad Valenciana, y Enrique Torres, administrativo de la Unidad de Admisión de un centro de salud de Antequera (Andalucía), que han corroborado el malestar profesional que traducen las cifras de CSIF.
Según Ibor, "nuestras agendas se han multiplicado por 5 o por 6 después de la fase más aguda de la pandemia, de forma que, ahora mismo, con la reapertura de los centros a la atención presencial, la situación es mucho peor que en los días previos a la crisis sanitaria. La lista de espera, de más de 15 días en muchos centros de la comunidad, aumenta a diario por la necesidad de atender la urgencia no demorable, ya que tenemos por sistema una increíble saturación de pacientes no citados".
Las "lógicas demoras han hecho que se disparen las agresiones contra los profesionales"
Desde la perspectiva de la puerta de entrada al centro, Torres ha enfatizado que la presión que sufren los puntos de admisión de los centros de primaria "es generalizada y no tiene parangón". A la falta de médicos y enfermeros que, según él, es la parte más visible del problema, se suma el "acuciante" déficit de administrativos, "en momentos, además, en que ese déficit de sanitarios obliga a veces a cambiar de arriba a abajo la agenda de citas de un médico de un día para otro, y hacerlo, en muchos centros de salud, con sólo una persona, que además debe estar recibiendo a los pacientes".
Las lógicas demoradas generadas por la sobresaturación (la estructural y la sobrevenida) han hecho, según Torres, que "se disparen las agresiones, tanto físicas como verbales" contra trabajadores.
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