A pesar de que el tramadol se indique y paute cada vez más para controlar el dolor no canceroso, hay pocos estudios que comparen la seguridad de este fármaco con otros opioides similares en la práctica clínica. Un nuevo estudio, publicado en JAMA por investigadores de Oxford y el Instituto Universitario para la Investigación en la Atención Primaria de Salud Jordi Gol i Gurina (IDIAPJGol), de Cataluña, muestra que el tramadol está asociado a un aumento de mortalidad y de eventos médicos adversos, lo que recalca la necesidad de seguir investigando sobre el perfil de seguridad de estos medicamentos.
El estudio de cohortes de base poblacional llevado a cabo en 368.960 pacientes de Cataluña analizó las nuevas dispensaciones de tramadol y las comparó con las de codeína.
El equipo internacional de investigadores predefinió ocho eventos adversos que ya habían sido asociados con el consumo de opioides: la mortalidad por todas las causas, los eventos cardiovasculares, las fracturas, el estreñimiento, el delirio, las caídas, el abuso/dependencia de opioides y los trastornos de sueño registrados en el primer año después de la dispensación.
Los usurarios de codeína fueron el grupo control puesto que tanto tramadol como codeína se consideran opioides “débiles” y son prescritos para dolores de intensidad similar.
Los autores del estudio afirman que: “Comparado con la codeína, nuestro estudio muestra que el tramadol está asociado con un aumento de riesgo de mortalidad, eventos cardiovasculares y fracturas, pero no se vio un aumento de riesgo de los otros eventos adversos analizados. Los resultados son sorprendentes puesto que el tramadol es considerado un opioide seguro; sin embargo, este estudio debería interpretarse con cuidado, por los posibles factores de confusión residuales".
Los resultados fueron consistentes cuando se analizaron diferentes subgrupos de edad y diferentes indicaciones en adultos.
La prescripción de opioides para tratar el dolor de tipo canceroso y no canceroso ha alcanzado proporciones epidémicas en Estados Unidos, con elevadas tasas de mortalidad y de eventos adversos.
Datos recientes muestran que el consumo de opioides está aumentando en otros países como Canadá, Australia, Reino Unido y en países europeos como España.
“El consumo de tramadol es preocupante por considerarse un opioide más seguro con respecto al resto y podría aumentar su prescripción. Mientras no tengamos más datos sobre su seguridad, los médicos deberían tener precaución a la hora de pautar este tratamiento”, añaden los investigadores.
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