La matrona tiene un papel principal a la hora de ayudar a la madre a tomar la decisión de alimentar a su recién nacido con leche materna o artificial. El respeto y la información son los pilares sobre los que se sustenta el trabajo de estas profesionales. La decisión es de la madre, la auténtica protagonista, pero la matrona ha de asegurarse de que sea una decisión informada, que se forja desde el embarazo y durante su estancia en el hospital. Existen prácticas hospitalarias que favorecen la lactancia materna y que deben aplicarse desde que el bebé nace porque los primeros días son claves para el inicio y el mantenimiento de la lactancia materna.
Son algunas de las recomendaciones del equipo de matronas del Hospital Ribera Povisa de Vigo, que junto con el resto de profesionales del Área de Maternidad, acaba de poner en marcha un grupo de apoyo a la lactancia formado por matronas y madres voluntarias con sus bebés. Se trata de una iniciativa que busca precisamente la reculturización sobre la lactancia materna, que diferentes organismos internacionales, como la IHAN, OMS o Unicef, han declarado como necesaria y que los profesionales de la salud implicados vienen demandando desde hace años.
“Es importante porque venimos de épocas en las que el peso de la lactancia artificial y la falta de un código de sucedáneos, así como el modelo de familia cada vez menos extenso y más disperso, han desbancado a la cultura que naturalmente se adquiría cuando una niña veía amamantar a su madre, tías, hermanas, amigas…Las madres de hoy son hijas de esa falta de experiencia vital y cotidiana de ver amamantar en sociedad”, explica Irene Garay, matrona y consultora de lactancia IBCLC (International Board Certified Lactation Consultant).
Los profesionales sanitarios implicados son víctimas también de esa pérdida de cultura en la lactancia materna que sufre la sociedad y que se está empezando. Para ello y para no cometer errores, estos profesionales deben formarse y actualizar conocimientos y así asegurarse de que la madre disponga de una buena información, basada en evidencia científica y no en opiniones que tengan su origen en su propia experiencia.
Amada Méndez, matrona de Povisa, subraya que el punto clave es que todo el proceso pivote sobre una correcta información/formación: “Una vez que la mujer tiene una correcta información, nuestra actuación debe ser la de respeto, apoyo ante su decisión y acompañamiento”.
Esa comunicación se tiene que iniciar en el embarazo durante las clases de preparación al parto lideradas por la matrona, en las consultas que se hacen durante la gestación y continuar durante la estancia en el hospital, “ya que los primeros días son esenciales para el inicio y mantenimiento de la lactancia materna con el apoyo de todos los profesionales del equipo multidisciplinar. Es importante que todos los miembros de este equipo estén formados y unifiquen criterios para que el mensaje que reciba la madre durante su estancia en el centro sea el mismo: “No podemos dar informaciones contradictorias, todos tenemos que decir lo mismo sobre la lactancia materna”.
Intervención profesional y cualificada temprana
La intervención profesional y cualificada temprana se revela como una herramienta muy efectiva para resolver situaciones que disuadan a la mujer de la lactancia materna. “El escenario más frecuente de que una madre desista del intento obedece a un mal manejo de la lactancia materna en los primeros días y/o a una falta de acompañamiento”, advierte Amada Méndez.
Entre las prácticas que contribuyen a la lactancia materna destaca el contacto piel con piel que, según la guía de lactancia materna del Ministerio de Sanidad de 2017, debe ser inmediato e ininterrumpido durante los primeros 120 minutos tras el nacimiento. Se recomienda colocar al niño desnudo boca abajo y con la cabeza ladeada sobre el abdomen y el pecho de su madre. De esta forma se fomenta que el bebé utilice sus reflejos para reptar hasta el pecho y comience a mamar. El Ministerio de Sanidad recuerda que con más de 50 minutos de contacto piel con piel precoz, la probabilidad de hacer una toma de manera espontánea es ocho veces mayor que si es menor de ese tiempo. De hecho, incluso los pediatras pueden realizar la valoración del neonato sin separarlo de su madre.
Pero los beneficios van más allá de la lactancia materna, según la Asociación Española de Pediatría, ya que impacta en el desarrollo del bebé; favorece su adaptación al medio, la regulación de la temperatura corporal, disminuye el tiempo de llanto y mejora sus niveles de glucosa en sangre y su estabilidad cardiorrespiratoria. Asimismo, hay ventajas para la madre, disminuyendo el riesgo de ansiedad, de ingurgitación y dolor en los pechos, y de hemorragia posparto. Si por el estado de la madre no se puede realizar, el contacto piel con piel del bebé será con el padre.
Otra intervención importante y necesaria es que la matrona haga una observación de una toma durante los primeros días para detectar posibles problemas y ayudar a resolverlos. Así se puede evitar, por ejemplo, que una mujer abandone la lactancia materna porque cree que no tiene leche, como aclara Irene Garay: “Cuanto más se estimula el pecho, más leche se produce. Hay que hacer una buena valoración de la toma. Puede que la posición esté mal, el bebé no abra bien la boca, exista un frenillo…”. El equipo de matronas de Povisa aboga por evitar los suplementos los primeros días, salvo por criterio médico debido a algún motivo.
El seguimiento después de que la mujer abandona el hospital es otra práctica recomendable: “Hacer una llamada a las 48/72 horas y recordar que existe la consulta de matronas”.
Reculturizar en lactancia materna
El equipo de matronas de Povisa subraya los beneficios que tienen los grupos de apoyo como el creado en este hospital gallego. Resolver problemas concretos y ayudar a reculturizar en lactancia materna no son ayudas baladíes.
“Los beneficios de los grupos de apoyo están ampliamente descritos y avalados por sociedades científicas. Participar en los mismos aumenta la confianza, mejora la experiencia de amamantamiento y alarga su duración, pero quizás el principal sea proporcionar una red cálida de apoyo que empodere a las mujeres en su capacidad como madres que amamantan, viendo su experiencia respaldada por otras mujeres”, defiende Méndez.
El grupo de apoyo a la lactancia de Povisa se reúne una vez al mes y cuenta con la colaboración de madres voluntarias que dan el pecho a sus hijos, que se prestan a ofrecer su experiencia con el objetivo de resolver las dudas que puedan surgir en esta etapa. “El simple hecho de compartir espacio en un entorno donde el amamantamiento se ve con naturalidad hace que dicha práctica se vea reforzada y avalada socialmente”, aduce Irene Garay. Ese clima de confianza propicia que en la sesión se puedan resolver todo tipo de inquietudes, se destierren falsos mitos y surjan temáticas no planteadas inicialmente. Las matronas están presentes para resolver problemas basándose en la evidencia científica.
En el primer encuentro se trataron las interferencias generadas por el entorno familiar o de amigos tras el nacimiento y que pueden entorpecer el proceso de lactancia materna. Para el mes de noviembre se abordarán las posibles contraindicaciones derivadas de la medicación y en diciembre el masaje infantil.
Muy pocas contraindicaciones
Según Garay, son numerosas las ocasiones en las que se interrumpe la lactancia materna por motivos no justificados: “En realidad, son muy pocas las contraindicaciones”. Entre ellas, se incluyen niños con galactosemia, malabsorción congénita de glucosa-galactosa y la deficiencia primaria de lactasa. La infección materna por el virus de la inmunodeficiencia humana(VIH) constituye una contraindicación para la lactancia en países desarrollados en los que se dispone de medios adecuados para la alimentación con sucedáneos. Tampoco deben lactar a sus hijos las madres que estén infectadas por el virus de la leucemia humana de células T (HTLV tipo 1 ó 2), ya que se ha demostrado su transmisión a través de la lactancia materna.
Otras situaciones relacionadas con enfermedades maternas o del lactante requieren de una valoración individualizada. La lactancia materna no está contraindicada en los hijos de madres con hepatitis A, B o C. En las hepatitis Ay B se debe indicar la profilaxis adecuada para evitarla transmisión de la infección.
Por otra parte, muy pocos medicamentos son incompatibles con el amamantamiento. Además de los antineoplásicos y las drogas de abuso social solo cuatro medicamentos están absolutamente contraindicados: la fenindiona, amio-darona, derivados del ergot y yoduros. Cuando una madre lactante debe recibir medicación y se planteen dudas acerca de la suspensión de la lactancia, el equipo de matronas aconseja visitar la página web que mantiene actualizada el Servicio de Pediatría del Hospital de Denia.
via Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/3EwC2nP
No hay comentarios:
Publicar un comentario