Las grandes cifras de los Presupuestos Generales del Estado para 2022 en materia no han gustado en el colectivo sanitario ni por el descenso global del 10% que sufren las partidas sanitarias (por la menor compra de vacunas covid) ni por el escaso peso de la sanidad en el reparto de fondos europeos.
Mirando especialmente a atención primaria pero también a cuestiones como el Plan de Salud Mental o la Agencia Estatal de Salud Pública, Tomás Toranzo, presidente de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), afirma sin tapujos que “el presupuesto no responde a las expectativas, ni siquiera a las promesas que se han hecho desde el ministerio”.
Según detalla Toranzo, “si en primaria se hablaba de 1.100 millones, se presupuestan 100; si en salud mental se habían anunciado más de 100, se contemplan 30... Hay políticas nacionales que se han anunciado a bombo y platillo pero que no tienen las dotaciones suficientes”, avisa Toranzo.
El presidente sindical añade la decepción por el poco refuerzo al Ministerio de Sanidad como organismo coordinador del SNS: “No se le destinan los fondos necesarios para que pueda ejercer el papel que se le está demandando de coordinador. Por ejemplo, la agencia de salud pública tampoco tiene unas partidas específicas y el plan estratégico de AP anunciado por el Ministerio que tenía alrededor de 1.100 millones en lo anunciado el año anterior está en poco más de 100. Se ha pasado en concreto de 1.088 millones para el plan de AP en 2021 a proponer 176 millones para 2022. El discurso no va a acompañado de acciones”.
Esta preocupación por el escaso refuerzo del Ministerio parece compartida. María José García, portavoz del sindicato enfermero Satse explica al respecto que “aun cuando las competencias están transferidas a las comunidades autónomas, entendemos que se vuelven a destinar al ministerio recursos insuficientes para que pueda desarrollar una mejor labor de coordinación y de apoyo a las autonomías, así como en materia de salud pública”.
Y es que, según la portavoz de Satse “no hemos querido aprender de los errores pasados”: “La inversión acordada en los Presupuestos Generales del Estado del próximo año para Sanidad constata que, a pesar de todo lo sufrido en la pandemia del Covid-19, no se quiere apostar ni apoyar como se debe en las cuentas públicas de Estado a nuestro sistema sanitario”
“Destinar 5.434 millones de euros a Sanidad, de un gasto total previsto de 196.142 millones de euros, supone el 2,7 por ciento, -continúa la portavoz de Satse- lo que demuestra el escaso interés del Gobierno por reforzar y mejorar uno de nuestros pilares del Estado del Bienestar”.
A esta decepción se suma el Consejo de Colegios de Enfermería que considera en conjunto “deficiente la partida presupuestada y echamos en falta un incremento notable en atención primaria y una mayor inversión en enfermeras y en las especialidades de enfermería”.
En lo estrictamente laboral, el presidente de CESM tampoco está satisfecho: “Se contempla una subida salarial que es mínima, del 2%, y que no permite recuperar los recortes de 2012 para el grupo A1, el de los facultativos, porque los recortes se hicieron progresivos, a unos se les recortó el 0,5% y a otros se nos recortó el 9,5%, pero la recuperación fue lineal”.
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