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jueves, 28 de octubre de 2021

Jóvenes: 'víctimas diana' de la actual pandemia de salud mental

Psiquiatría
raquelserrano
Jue, 28/10/2021 - 10:44
El sistema debe prepararse para este nuevo embate
Vicente Pérez Sola, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica y del comité científico del Congreso de Psiquiatría que se celebra en Valencia. FOTO: Enrique Mezquita.
Vicente Pérez Sola, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica y del comité científico del Congreso de Psiquiatría que se celebra en Valencia. FOTO: Enrique Mezquita.

El XXIV Congreso Nacional de Psiquiatría, que hoy jueves, y hasta el próximo sábado, se celebra en el Palacio de Congresos de Valencia, reúne a 1500 especialistas que abordarán las últimas novedades y avances en este campo.

Para Víctor Pérez Solá, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB) y del comité científico del evento, el reto de los profesionales es conjugar los problemas surgidos y aumentados por la pandemia de la covid-19 (depresión, ansiedad, conductas suicidas...) con los desafíos que ya vislumbran anteriormente, incluyendo unos recursos humanos acordes con las necesidades reales.

PREGUNTA. Una de las grandes cuestiones a raíz de la pandemia de la covid-19 es el impacto en la salud mental de las persona. ¿Qué están viendo ya los especialistas?

RESPUESTA. Tenemos mucha información, pero hasta la fecha no era especialmente buena. Ahora están apareciendo los primeros estudios epidemiológicos que confirman la magnitud del problema, centrado esencialmente en la gente joven y donde estamos observando más problemas de conductas suicidas o de descompensaciones de trastornos previos, como los de la conducta alimentaria.

También empezamos a disponer de datos muy objetivos sobre el aumento de los trastornos de ansiedad y depresivos. De hecho, los datos publicados recientemente en The Lancet señalan que los cuadros depresivos han aumento un 25% y los de ansiedad, un 27%, respecto a datos reales de 2019. Por tanto, el sistema tiene que estar preparado para aguantar este embate.

P. Ese impacto, ¿era el esperado?

R. Era el esperado...y se espera aún más cuando tengamos añadido el problema social y económico que derivará de esta crisis. Los datos iniciales de cómo se estaban moviendo las demandas de necesidades, tratamientos y de primera visitas en salud mental, ya anunciaban que iba a producirse este aumento. Es el apreciado en los últimos meses, ya que durante el 2020 con el tema de la pandemia y el cierre de muchos dispositivos, hubo un problema de acceso para los enfermos muy importante. Por ejemplo, en Cataluña se hicieron un 40 por ciento menos de primeras visitas en salud mental respecto a 2019.

Las áreas básicas estaban dedicadas a la deteccion y tratamiento del covid y no tenían capacidad de dar respuesta; y cuando han vuelto a funcionar, dado que son el punto clave de detección de los trastornos mentales, estamos viendo ese aumento muy importante de los trastornos mentales que se producen en situaciones de crisis: ansiedad, depresión, consumo de alcohol y conductas suicidas.

P. ¿Qué esperan encontrar a corto y medio plazo?

R. Tenemos la esperanza de que esta pandemia ya esté bastante controlada y, por ello, esperamos que no vuelva a darnos grandes sustos en forma de nuevas olas. Pero nos quedará ver las consecuencias del sufrimiento no solo de las personas y familias que han pasado la covid-19, sino en general, sobre todo por la crisis económica que difícilmente vamos poder evitar

P. ¿Qué acciones, iniciativas o actuaciones son prioritarias para minimizar ese impacto?

R. Las prioridades están bastante claras porque teníamos bastante bien detectados ya los problemas. Por un lado, está el ámbito infanto-juvenil, especialmente adolescentes, porque seguramente al haber estado menos expuestos a acontecimientos vitales estresantes que las generaciones anteriores, están llevando peor el aislamiento y la tensión. En contraste, las generaciones de los 50 y 60 gestionan, en general, bien el estrés asociado a la covid-19.

Por otra parte, la situación de la Atención Primaria. La mayoría de los casos no son enfermos graves que deben ingresar, sino de moderados-graves que, generalmente, se detectan y tratan en primaria y en los dispositivos de salud mental comunitaria. Ahí está, en estos momentos,  la mayor demanda y necesidad de implementar recursos. A ello se suma una cuestión antigua, pero que ahora está dando toda la cara: la falta de profesionales.

No hemos hecho buena planificación y es prácticamente imposible encontrar psiquiatras, psicólogos clínicos o enfermeras especialistas en salud mental. Y eso teniendo en cuenta que si nos comparamos con los países de nuestro entorno, en España tenemos un 40% menos de profesionales dedicados a la salud mental. Por mucho que haya inversiones y programas específicos en las comunidades autónomas, esa dificultad se mantiene.

P. Al margen de la pandemia, ¿cuáles son los principales retos o asignaturas pendientes de la especialidad?

R. Si la covid-19 ha tenido algún efecto “positivo”, uno de ellos es que la salud mental ha pasado a situarse en el centro del sistema y ser una prioridad. Dentro de las asignaturas pendientes que ya teníamos, la más importante es implementar estrategias de prevención de la enfermedad mental en infancia y la adolescencia y de la conducta suicida. La mayoría de autonomías han desarrollado o están haciendo planes específicos, pero ahora es necesario ponerlos en marcha.

Otro reto es involucrar a los enfermos y sus familias en todo lo que son los servicios de salud mental. Hay figuras, como el paciente experto, que funcionan y están perfectamente encajadas en los equipos en otros países, pero aquí estamos lejos de esa introducción en la actividad asistencial directa. Sin olvidarnos de todo lo que es prevención en psicosis y primeros episodios psicóticos.

P. Dentro de los retos, ¿existe alguno especial que pueda aparecer o resurgir con fuerza a corto o medio plazo?

R. Muchas veces nos olvidamos de uno de los problemas más importantes que tenemos, las adicciones. Y lo van a ser mucho más en el futuro, en especial el alcohol y la comportamentales - juego patológico, internet -, que nos van a dar mucho trabajo. 

Aunque en la pandemia, afortunadamente, no hemos visto un aumento de la conducta suicida (excepto en mujeres jóvenes), las proyecciones por la pandemia y la crisis económica previsible es que la conducta suicida vaya en aumento en próximos años. Ello a no ser que seamos capaces de combatir el posible impacto y las consiguientes desigualdades sociales, as, algo poco previsible viendo la experiencia de las últimas crisis económicas.

Los jóvenes son los principales afectados de 'otra pandemia' que ha originado la covid-19: la de la salud mental. coronavirus Off Enrique Mezquita. Valencia Atención Primaria Medicina Familiar y Comunitaria Medicina Preventiva y Salud Pública Enfermería de la Salud Mental Off

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