La reunión anual de la Sociedad Americana de Oncología Médica (ASCO), celebrada este año en formato virtual y abreviado, finalizó ayer con la sesión plenaria. Uno de los estudios presentados aporta datos que podrían tener un impacto en el tratamiento del cáncer de pulmón.
El ensayo analizó los beneficios del inhibidor de receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFR, por sus siglas en inglés) de tercera generación osimertinib como tratamiento adyuvante de pacientes con cáncer de pulmón no microcítico con mutación del EGFR en estadios tempranos (IB, II y IIIA) después de la resección completa del tumor con intención curativa.
El estudio en fase III ADAURA ha revelado que osimertinib (desarrollado por AstraZeneca) redujo el riesgo de recidiva en un 83% comparado con el placebo. A los dos años, el 89% de los pacientes tratados con el fármaco continuaron con vida y libres de enfermedad, frente al 53% de los pacientes en el grupo con placebo.
El investigador principal del ensayo Roy S. Herbst, jefe de Oncología Médica en el Centro del Cáncer de Yale, en New Haven, ha afirmado que “estos datos son transformadores para los pacientes con cáncer de pulmón no microcítico con mutación EGFR en estadio temprano que se enfrentan a altas tasas de recaída, incluso después de una cirugía exitosa y el subsiguiente tratamiento con quimioterapia adyuvante. Osimertinib proporcionará una nueva opción de tratamiento que podría tener el potencial de cambiar la práctica clínica y mejorar los resultados de los pacientes con este tipo de cáncer”.
Ante la elevada reducción en el riesgo de recurrencia del grupo tratado con el inhibidor de EGFR, en abril de 2020, un comité independiente recomendó que se abriera el ciego del ensayo dos años antes de lo previsto. El ensayo continuará para evaluar la supervivencia global como criterio de valoración secundario.
El también investigador de este estudio Luis Paz-Ares, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitarios 12 de Octubre de Madrid, y portavoz de Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), valora la relevancia del estudio. “El inhibidor de EGFR de tercera generación es tratamiento de elección en los pacientes con mutación EGFR con enfermedad avanzada metastásica, pero desconocíamos cómo funcionaba en el contexto de los estadios precoces de la enfermedad”, comenta a DM y considera que tras analizar los resultados aportados en este congreso es probable que se cambie la práctica clínica en estos pacientes.
La mutación en EGFR está presente en el 10% de los tumores de pulmón en nuestro medio, aunque en otros países esta incidencia es mayor, alcanzando el 25% en Estados Unidos y hasta un 40% en países asiáticos. Este tipo de tumores es más frecuente entre los no fumadores y las mujeres; de hecho, recuerda Paz-Ares, entre los diagnosticados en no fumadores, la mutación se encuentra en un 40% de casos.
Nuevos resultados sobre combinaciones
En la reunión de la ASCO también se han presentado resultados sobre ensayos que van acotando las combinaciones basadas en inmunoterapia. Uno de ellos es el estudio Checkmate 9LA, impulsado por Bristol-Myers Squibb, que compara el tratamiento habitual en primera línea con quimioterapia (QT) en cáncer de pulmón avanzado frente a doble inmunoterapia con un breve esquema (dos ciclos) de QT.
Los resultados muestran un efecto claramente significativo de mejoría en la supervivencia libre de progresión y en la respuesta de los pacientes tratados con el cuadriplete. La combinación ensayada redujo el riesgo de muerte en un 31% en comparación con la quimioterapia con un seguimiento mínimo de 8,1 meses.
En este ensayo, del que Paz-Ares es coinvestigador principal junto a Martin Reck, del Centro Alemán de Investigación Pulmonar, se incluyeron pacientes con cáncer de pulmón no microcítico que no presentan aberraciones genómicas con un tratamiento específico, lo que constituye un 75-80% de todos los cánceres de pulmón no microcítico.
“Datos previos sugerían que el tratamiento con nivolumab e ipilimumab tenía efectos significativos en estos pacientes, particularmente en el control a largo plazo de la enfermedad” expone Paz-Ares.
“Los datos de este estudio, en el que se administran dos ciclos adicionales de QT al inicio con la doble inmunoterapia parece que mejoran el control inicial de la enfermedad. Son claramente significativos puesto que, de hecho, la FDA [agencia reguladora estadounidense] hace unos días ha aprobado la combinación en base a este estudio para su uso en pacientes en Estados Unidos. Tendrá impacto en la práctica clínica”.
Doble acción sobre 'checkpoint'
Otras combinaciones de quimioterapia con un inmunoterápico anti PD-L1 (durvalumab o atezolizumab) parecen estar arrojando resultados más beneficiosos que sumar un anti PD-1 como pembrolizumab, expone Paz-Ares, que “parece mejorar la supervivencia libre de progresión, pero no la supervivencia global”.
Y en el carcinoma microcítico de pulmón avanzado, el estudio CASPIAN sugiere que añadir a la QT dos bloqueos de puntos de control inmunitario (checkpoint) diferentes (anti PD-L1 y anti CTLA-4) no es más beneficioso en cuanto a la supervivencia que administrar solo un anti PD-L1. “Añadir aquí una segunda inmunoterapia aumenta la toxicidad y no aporta beneficio”, resume Paz-Ares, que ha presentado los datos de este trabajo en el congreso.
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