Oficina Virtual GRATIS 2 MESES

Oficina Virtual GRATIS 2 MESES
CONSIGUE TU OFICINA VIRTUAL GRATIS

sábado, 23 de octubre de 2021

Xenotrasplantes: ¿una realidad cercana?

Carmen Fernández
carmenfernandez
Dom, 24/10/2021 - 07:00
Trasplantes
Cirujanos del NYU Langone Health de Nueva York han puesto de actualidad los xenotrasplantes. Foto: JOE CARROTTA,NYU Langone Health de Nueva York.
Cirujanos del NYU Langone Health de Nueva York han puesto de actualidad los xenotrasplantes. Foto: JOE CARROTTA,NYU Langone Health de Nueva York.

Lo de los xenotrasplantes se viene fraguando desde hace décadas: en los años 60 se probaron órganos de primates no humanos en humanos, con éxito especialmente en riñón, pero, por los motivos que fuera, se consensuó que para que esa vía prosperase el animal donante ideal era el cerdo.

Alrededor del año 2000 se publicó mucho acerca de los xenotrasplantes, algo que entonces parecía más próximo a la fase clínica de lo que realmente estaba (dejando de lado las válvulas cardíacas de cerdo que sí se utilizan ampliamente en humanos).

Por ejemplo, en la Unidad de Cirugía Experimental del Hospital Universitario Juan Canalejo, hoy llamado Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña, Galicia, durante el período 2000-2003, siendo responsable de trasplantes y de la investigació en xenotarsplantes Rafael Mañez, que actualmente es director asistencial del Hospital Universitario de Bellvitge, en Hospitalet de Llobregat, Barcelona, se practicaron 20 xenotrasplantes renales de cerdo transgénico hDAF (donante) a babuino (receptor), y, según publicó, la supervivencia de los xenoinjertos osciló entre 1 y 31 días. Era otro momento; todo parecía mucho más fácil.

Luego aquella fiebre, si es que se le puede llamar así, bajó, si bien es cierto que las evidencias al respecto, por ejemplo de la mano de nuevas técnicas como CRISPR, han seguido avanzando, porque hay equipos en todo mundo que, de manera más o menos discreta, siguen empecinados en lograr que los xenotrasplantes lleguen a ser una realidad médico-quirúrgica.

Para potenciar la investigación en esta línea alternativa a los trasplantes de órganos de humano a humano (es decir, para lograr financiación y autorización) hacen falta experiencias sorprendentes como la hecha pública esta semana por cirujanos de la NYU Langone Health de Nueva York, que, con la autorización de la FDA, han trasplantado, por primera vez con éxito (el órgano se ha mantenido funcionante tres días), un riñón de cerdo a un humano (en muerte cerebral y disfunción renal), tras eliminar los genes del animal (la molécula de azúcar llamada alfa-gal) causantes de rechazo inmediato, que hasta ahora resulta ser el gran problema de los xenotrasplantes.

Antes de esto se habían probado modificaciones genéticas para eliminar antiguas infecciones virales dispersas por todo el genoma del cerdo, que es igualmente algo fundamental para que esta alternativa al uso de órganos humanos llegue a ser una realidad.

La penúltima gran noticia al respecto la protagonizó, en abril de este mismo año, el equipo de Juan Carlos Izpisúa -desde el Instituto Salk de La Jolla (EEUU) y la Universidad Católica San Antonio de Murcia-, tras desarrollar, por primera vez, quimeras de humano y mono. En concreto, criaron embriones con células de macaco y humanas, algunos de los cuales sobrevivieron hasta 20 días. El objetivo de esta investigación, según informó entonces Izpisúa, es avanzar en la posibilidad de que puedan fabricarse órganos humanos en un organismo animal.

Estos experimentos nos fascinan porque es así (la posibilidad de crear granjas de animales para la producción de órganos) como nos imaginamos el futuro en patologías para las que la única solución es sustituir el órgano o tejido enfermo por otro que funcione correctamente. Recurrir a animales no es que sea 100% óptimo desde el punto de vista ético, pero parece causarnos menos reservas que el uso de órganos procedentes de congéneres cadáveres y, especialmente, de donantes vivos, emparentados o no.

A todo esto, los pacientes candidatos a trasplantes y las intervenciones de este tipo aumentan año tras año en todo el mundo (el país líder sigue siendo España), pero los donantes no crecen al mismo ritmo. No olvidemos que existe un mercado de órganos humanos: “Se estima que  el tráfico de órganos genera unos beneficios que oscilan entre los 840 millones y los 1,7 billones de dólares al año”, según un estudio de la Universidad de Alicante.

Los autores de la reciente experiencia estadounidense están tan animados que ya hablan de empezar el próximo año o en 2023 un estudio en enfermos con pocas probabilidades de recibir un riñón humano y con mal pronóstico en diálisis. Pero las dificultades conocidas –pueden surgir algunas desconocidas a medida que avanza la investigación en este terreno- son tan importantes (la inmunológica, la fisiológica, el riesgo de xenozoonosis…) que, más que resolverlas, se trabaja con la mirada puesta en poder atenuarlas o prevenirlas con efectividad.

Para los optimistas: el rechazo xenogénico es un problema importante a resolver, lo mismo que los agentes infecciosos de los animales en el ser humano y viceversa y la falta de evidencia sobre viabilidad funcional de los órganos de animales injertados en humanos.

Y, por si todo eso no fuera suficiente, como suele pasar con todo tipo de innovación biomédica excepcional, falta cobertura jurídica y bioética para este tipo de práctica y habría que ver también qué dice la opinión pública al respecto de algo que, por ahora, al menos para ojos profanos, no parece que vaya a ser una realidad a corto ni a medio plazo.

On Carmen Fernández Fernández Opinión Opinión Off

via Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/3vDrtvT

No hay comentarios:

Publicar un comentario