La EPOC es uno de los mayores desafíos de la salud pública. La suma de mala calidad del aire, como acaba de alertar la OMS, altas tasas de tabaquismo y progresivo envejecimiento hacen que su impacto no pare de crecer. Además, el avance del conocimiento científico y las nuevas herramientas terapéuticas han propiciado que el manejo de la enfermedad se haya vuelto más complejo.
Por este motivo, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) reconoce a algunas unidades multidisciplinares de alta complejidad con la categoría de Excelente, por ofrecer programas especializados en el manejo de la enfermedad.
“En Separ apostamos desde 2013 por acreditar unidades asistenciales de diversa índole: de tabaquismo, de sueño y de otros ámbitos de la neumología. La especialidad se está haciendo progresivamente más compleja porque cada día entendemos mejor cómo se comportan las enfermedades respiratorias desde el punto de vista biológico y clínico. Y cada vez entendemos más esta complejidad que subyace”, describe José Luis López-Campos, neumólogo del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla y coordinador del área de EPOC de Separ.
Además, como recalca el experto, este mejor entendimiento clínico viene acompañado del desarrollo muy notable de nuevos tratamientos y terapias “tanto desde el punto farmacológico como no farmacológico. Se está avanzando también mucho en fármacos, en dispositivos y en terapias adicionales a los fármacos. Estos avances han causado que la atención al paciente respiratorio (tanto a agudos como a crónicos) sea mucho más compleja de lo que era hace diez años. Pero, afortunadamente, esto nos permite hacer una medicina mucho más personalizada y adaptarnos a las necesidades del paciente en cada contexto clínico particular”.
Hasta 21 unidades españolas están acreditadas en alta complejidad, tres son especializadas y otras tres son unidades básicas
Las acreditaciones están coordinadas por el área responsable de cada enfermedad –en este caso, EPOC– y por el Comité de Calidad Asistencial de Separ. Como explica López-Campos, “hicimos una tormenta de ideas para establecer los criterios de acreditación. Con la experiencia de acreditaciones previas, decidimos que el espíritu fuera dotar con los recursos necesarios a los profesionales sanitarios que atienden a estos pacientes con diferentes grados de complejidad y que así ofrezcan los mejores cuidados de salud”.
“Establecemos puntos de referencia para que sepan cómo debe desarrollarse una entidad como la EPOC, qué grado de complejidad tiene, qué tipo de pacientes pueden atender, qué servicios pueden ofertar en cada área geográfica… Esto, que tiene mucho valor, nos permite tener un mapa de la complejidad de los servicios que atienden a la ciudadanía y su especialización”, describe.
En esta área, existen dos tipos de acreditaciones que ha desarrollado: para la propia EPOC y para el déficit de alfa 1 antitripsina, un tipo de EPOC de origen genético y considerada rara. A su vez, las unidades de EPOC pueden acreditarse como especializadas en enfermedad de alta complejidad, como unidades especializadas o como unidades básicas. Hasta 21 unidades españolas están acreditadas en alta complejidad, tres son especializadas y otras tres son unidades básicas. Además, existe la opción de optar a la acreditación con criterio de excelencia, si se cumplen los criterios propuestos por SEPAR como número de pacientes, grado de complejidad, acceso a terapias complejas como la rehabilitación respiratoria o producción científica, investigadora y docente.
Experiencia satisfactoria
La última unidad de EPOC en ser acreditada es la del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, con la categoría de excelente. Myriam Calle, jefa del servicio de Neumología, explica que el proceso de acreditación ha sido una experiencia “muy satisfactoria. Llevamos muchos años muchas personas trabajando en esta enfermedad, intentando mejorar el apoyo y las prestaciones de servicio a los pacientes. Recibir el nivel máximo de acreditación supone mejoras diferenciales en el tratamiento y manejo, como que hay que garantizar un número mínimo de pacientes vistos, un número de tratamientos endoscópicos o disponer programas de rehabilitación para ofrecer a estos pacientes tanto en el ámbito hospitalario como comunitario”.
Otros requisitos incluyen disponer de circuitos activos de derivación desde la AP y otros circuitos específicos para reducir los ingresos hospitalarios, uno de los principales problemas de esta enfermedad. Como explica Calle, “el 40% de los pacientes vuelven a reingresar a los tres meses tras una reagudización. Para que esto no suceda, nosotros disponemos del programa de ingreso evitable, con seguimiento telefónico durante un mes tras el alta hospitalaria, con una serie de contactos y educación por parte de enfermería”.
En cuanto a los planes formativos, la neumóloga destaca que, desde hace diez años, la unidad organiza cada año un curso específico de actualización en EPOC dirigido a atención primaria. Además, se organizan cursos para otras especialidades como Urgencias o Medicina Interna.
Por último, la unidad participa en proyectos de investigación a nivel nacional o internacional. En la actualidad, cuentan con cuatro proyectos activos con organismos como el Instituto de Salud Carlos III o el CIBERES.
Contra el tabaco
La lucha contra el tabaquismo es uno de los frentes que abordan estas unidades. Como señala López-Campos, “tenemos ahora una guerra contra el cigarrillo electrónico y con el tabaco calentado y no quemado. Hay muchísima confusión y mensajes muy contradictorios de la industria tabaquera, que quiere hacer pensar a la población que ese tabaco fuera menos dañino. Eso ya lo hemos vivido con los cigarrillos light y antes con los cigarrillos rubios. Pero hay que recalcar que el tabaco, en cualquiera de sus formas, es un factor de riesgo muy importante para el desarrollo de EPOC, cáncer y cardiopatía isquémica. Es importante que estas unidades acreditadas luchen contra este problema social”.
Calle, por su parte, indica que en la unidad de EPOC del Hospital Clínico San Carlos existe una consulta específica de deshabituación tabáquica. “Es un apoyo imprescindible en cualquier unidad porque más del 25% de los varones son fumadores activos y en torno al 10-15% de nuestros pacientes también lo son, por lo que la actuación más importante en nuestros pacientes es incluirlos en un programa de deshabituación tabáquica”, recalca.
Unidades acreditadas de EPOC
En las unidades especializadas de alta complejidad cumplen criterio con excelencia el Complejo Hospitalario de Navarra, Hospital Universitario de Cruces, Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, Hospital Clinico San Carlos de Madrid, Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, Hospital Universitari Parc Taulí, Institut Investigació i Innovació Parc Taulí I3PT, Hospital Universitari Vall d'Hebron, Hospital Universitario de Bellvitge, Hospital Universitario de la Princesa, Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, Hospital Universitario Galdakao, Hospital Universitario Germans Trias i Pujol, Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, Hospital Universitario Ntra Sra de Candelaria, Hospital Universitario Son Espases y el Hospital Universitario Virgen del Rocío, Hospital Universitario Virgen Macarena.
Además, cumplen criterio sin excelencia el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela, Complexo Hospitalario Universitario de Lugo, Hospital Clínico Universitario de Valencia y Hospital Universitario Son Llàtzer.
Respecto a las unidades especializadas, cumplen criterio con excelencia el Hospital del Mar, Parc de Salut Mar y el Hospital Universitario Ramón y Cajal. Y cumplen criterio sin excelencia el Hospital Universitario Central de Asturias.
En cuanto a las unidades básicas, cumplen criterio sin excelencia el Hospital Comarcal de Laredo, Hospital General Universitario Morales Meseguer, y el Hospital Universitario Araba.
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