Caterina Caro Buquet es coordinadora asistencial en una residencia de mayores en Cataluña. No se oculta, pero prefiere mantener el nombre del centro en el anonimato para que no se asocie su opinión a la de la residencia.
Tiene 65 años y una larga trayectoria profesional: en planta de hospitalización, en CAP, como coordinadora en centros sociosanitarios, formadora en cursos de atención sociosanitaria, RHS (responsable higiénico sanitaria) en residencias de mayores… “Lo que me ha inspirado a dar esta entrevista es la decepción que siento cuando veo que durante años no se ha podido o querido definir el papel profesional que debe desempeñar una enfermera y/o coordinadora en una residencia de ancianos, lo que ha provocado que sean las direcciones de las residencias las que llenen el vacío de tareas a realizar, según sus criterios y necesidades”, asegura a este periódico.
Recuerda que las direcciones y los empresarios de las residencias se siguen preguntando por qué las enfermeras no quieren trabajar en sus empresas, la mayoría de ellas privadas y concertadas con los departamentos de salud pública de cada autonomía. “Con el vacío que existe por la falta de modelo de gestión, cada residencia puede adjudicar a las enfermeras las funciones que crean necesarias para su institución, además de las propias como enfermera. De hecho, he visto ofertas en colegios de Enfermería donde se piden enfermeras DUE- RHS cuyas funciones asignadas son tantas que es imposible realizarlas en el horario que se ofrece".
-PREGUNTA. ¿Por qué cree que no se ha querido definir el papel profesional que debe desempeñar una enfermera en una residencia de ancianos?
-RESPUESTA. Ha sido una falta de interés por parte de los responsables de los departamentos de salud, colegios profesionales, políticos… Ello se plasma al observar los pocos recursos que se destinan al sector residencial, que se han puesto en evidencia en estos momentos ante toda la población a causa de la pandemia, pero que los profesionales que trabajamos en este sector llevamos reivindicando infructuosamente desde hace años.
-P. ¿Qué competencias debería tener una enfermera que ejerza en el sector sociosanitario y cuáles tiene en realidad?
-R. La enfermera por su formación bio-psico-social es la profesional que podría tener un papel relevante en la residencia, ya que es la que identifica y aglutina el conjunto de necesidades de cada usuario. Creo que debería ocupar el centro de donde pivoten las demás disciplinas (gerocultoras o equipo técnico). La finalidad sería conseguir la coordinación y gestión de la información de cada usuario, para mejorar el seguimiento eficaz e individualizado para cada uno, evitando dobles funciones y, sobretodo, acciones contrapuestas provocadas por la mirada personal de cada profesional y la falta de comunicación efectiva entre estos. A pesar de que los profesionales de Enfermería estamos muy preparados para ello, en estos momentos la enfermera que ejerce en una residencia de mayores se ocupa de atender a la demanda por problemas de salud, curas, contacto con AP, programar consultas especialistas, cumplimentar registros, etc… A sus espaldas tiene un sinfín de tareas que no pueden tener continuidad por la falta de un modelo que nos debería llevar a una organización y atención real centrada en la persona.
El problema se ha ido incrementando debido a que las residencias de mayores actuales distan mucho de las de hace algunos años, donde los usuarios tenían una dependencia para las AVD muy baja y para su cuidado bastaban trabajadoras sin formación específica. De hecho, la enfermera no existía en la residencia o solo tenía presencia unas horas a la semana, y generalmente se hacía cargo el equipo del centro de atención de la zona.
-P. Durante la pandemia se marcharon muchas enfermeras que trabajaban en residencias al SNN. ¿A qué lo achacas?
-R. Ello se debe a varios factores. Aunque es bien cierto que los salarios son significativamente los más bajos de todo el sector sanitario, no creo que sea la primera ni la única causa de la huida de las enfermeras de las residencias.
Como la mayoría de profesionales, las enfermeras debemos sentirnos reconocidas para poder ejercer con calidad; es decir, debemos ocupar el lugar que corresponde a nuestra formación. Además del salario, tampoco nos sentimos reconocidas en nuestra profesionalidad y sentido de la responsabilidad, nuestra vertiente psicosocial en el equipo multidisciplinar y en las múltiples tareas que realizamos versus la ratio enfermera paciente.
En las residencias de mayores vemos personas con múltiples patologías y de avanzada edad, que necesitan de un seguimiento y control continuado. La enfermera es quien debe detectar el empeoramiento y/o gravedad para consultar con el médico o el servicio de urgencias, así como controlar posibles errores de medicación, accidentes o caídas. La responsabilidad de la enfermera es mucha y, sin embargo, no se le reconoce, ya que en muchas residencias las horas de Enfermería son escasas. De hecho, he leído ofertas de trabajo que piden una enfermera para 4 horas al día, con un sinfín de tareas que es imposibles de realizar. ¡De escándalo!
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-P. Las residencias (empresas) no han logrado atraer talento enfermero hasta la fecha. ¿Cree que la pandemia les ha hecho cambiar las condiciones laborales y ajustar/concretar sus tareas para captar ese talento?
-R: Sinceramente creo que no ha sido así. Lo que ha ocurrido ha sido motivado por la ley de la oferta y la demanda y no por la concienciación ni por la necesidad de un modelo que mejore la atención de los usuarios.
Desde hace un tiempo y con el inicio de la pandemia, en donde se ha hecho visible la precariedad de las residencias, he ido postulando en pequeños foros mi crítica y a la vez propuesta para una mejora. Puede ser que no oigan, pero también puede ser que no haya acudido a los foros indicados. Hemos estado demasiado ocupadas intentando hacer bien nuestro trabajo. Espero tener fuerza moral para seguir intentando mover más conciencia.
-P. ¿Cuál es la ratio actual de enfermeras en residencias? ¿Cuál debería ser la adecuada y por qué?
-R. Es bien sabido que las ratios no son un buen indicador para valorar la calidad asistencial debido a que no contemplan la infinidad de variables que existen en las residencias. Aunque hay escalas que miden la dependencia de los usuarios, el estado cognitivo de los mismos, la movilidad, registros de UPP… las inspecciones, que periódicamente acuden a las residencias, solo se ocupan de la parte técnica de las mismas y no del funcionamiento. No valoran la carga asistencial que deriva del cuidado, pero sí opinan sobre la ratio del personal atendiendo a la cantidad: tantos usuarios tanto trabajador.
Tampoco se contemplan los recursos ni la estructura de las mismas. Es bien sabido que hay residencias que, a pesar de que cumplen con la normativa, tienen una estructura que entorpece mucho su funcionalidad, lo que se transforma en emplear más tiempo para la misma tarea.
Por tanto la ratio debería ser evaluada por profesionales objetivos, contemplando todas las vertientes, tanto de enfermeras como gerocultoras, que considero que son un pilar del cuidado, con las que debemos trabajar codo a codo.
-P. ¿Cómo valoraría en general la calidad asistencial en las residencias?
-R: Juzguen ustedes mismos… ¿Qué indicadores se necesitan para valorar la calidad?
En cuidados enfermeros son accesibilidad, explica y facilita, conforta, se anticipa, mantiene una relación de confianza, y monitorea y hace seguimiento. Pero no solo depende de nuestro cuidado y hay muchas otras disciplinas que han de ser valoradas, y para ello hay que partir del modelo asistencial de las residencias.
Si no hay recursos suficientes (humanos y materiales), un modelo de gestión actualizado basado también en la competencia profesional, salarios equiparados al resto de profesionales de la salud… es difícil valorar positivamente las residencias de mayores.
En la mayoría de residencias no se contemplan las dependencias reales de los usuarios ni las dificultades estructurales para realizar adecuadamente la tarea, lo que se convierte en un problema para los profesionales que no podemos dar una atención continuada, ya que una parte importante de nuestro tiempo lo empleamos en la gestión de registros.
No en vano, mientras las residencias sean un negocio ‘necesario para población’, ya que las personas mayores no tendrían quien las cuidara, seguirán funcionando con una baja calidad .
-P. Respecto a los salarios… ¿Cuánto gana una enfermera en una residencia de ancianos comparada con una de AP y de hospital?
-R. El salario de una enfermera en una residencia es mucho más bajo que en cualquier otro ámbito asistencial, por lo que pocas de las nuevas generaciones de graduadas en Enfermería optan a este sector. Es bien sabido que, además, la mayoría de enfermeras tenemos posgrados, maestrías, cursos varios… que mejoran las habilidades, pero no el sueldo. Es denigrante que no se hayan equiparado los sueldos.
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