Anteayer, una sociedad ya hipersensibilizada a la pandemia, semiparanoica y al borde de la histeria colectiva por el sunami de contagios de la variante ómicron, se vio sacudida por un titular sensacionalista en las portadas de prensa: «Detectan en Israel el primer caso del mundo de ‘flurona’, el contagio de covid y gripe a la vez». No es creíble, desde luego, que en dos inviernos ya que llevamos de pandemia ―tanto en el hemisferio septentrional como en el austral―, con cerca de 300 millones de casos confirmados de infección por el coronavirus SARS-CoV-2, no haya habido hasta ahora ni un solo caso de coinfección por cualquiera de los virus de la gripe, sumamente prevalentes durante la estación fría.
Hace más de un año, a principios de octubre de 2020, el diario mejicano Noticias Chihuahua publicaba ya una noticia con el siguiente titular: «“Covidinfluenza”: hay peligro de tener coronavirus e influenza al mismo tiempo»; y en El Heraldo de México podíamos leer también: «Sindemia: covidinfluenza. De acuerdo con la doctora Gabriela García Pérez, quien trabaja en el Departamento de Microbiología y Parasitología de la UNAM, sí es posible enfermarse del covid-19 e influenza al mismo tiempo. [La] combinación de covid‑19 e influenza da origen a algo que se le conoce como una sindemia; es decir, ambas enfermedades que están presentes».
Lo que ocurre, evidentemente, es que esa ‘covidinfluenza’ se acuñó en español y no en inglés, tuvo menos gancho que flurona y, sobre todo, no parece haber interesado a los periodistas de habla hispana más que el covidengue o covid-dengue también descrito, entre otras muchas coinfecciones víricas, durante el primer año de la pandemia.
Ya he comentado en otro lugar que el inglés es una lengua muy dada a la creación de neologismos por mecanismos acronímicos de fusión y contracción: globesity, por ejemplo, para la pandemia de obesidad (por contracción de global epidemic of obesity); maskne para la acné facial mecánica asociada al uso prolongado de mascarillas (por contracción de mask y acne); pregorexia para la anorexia gestacional (por contracción de pregnancy y anorexia); o rhupus para la asociación de artritis reumatoide y lupus eritematoso diseminado (por contracción de rheumatoid arthritis y lupus), que en español yo no he oído a ningún médico llamar *arpus* (por contracción de AR y lupus) ni nada por el estilo.
No, nuestra lengua no es nada dada a estas contracciones acronímicas a hachazos que dejan términos muy sonoros y cortitos, como gustan en inglés, pero poco o nada informativos. En español, claramente, preferimos desde antiguo términos que incorporen formantes completos, aunque eso los haga más largos.
Sorprende, la verdad, el servilismo de prácticamente toda la prensa de habla hispana, que parece incapaz de activar los recursos neológicos de nuestra lengua y se limita a importar de forma acrítica los neologismos tal cual los acuñan en la lengua hegemónica, el inglés. Si tenemos en cuenta que flurona es un neologismo acuñado por contracción de flu y corona; si tenemos en cuenta, además, que el inglés flu (forma abreviada de influenza) significa ‘gripe’, y que el inglés corona (forma abreviada de coronavirus) no significa ‘corona’ (crown), sino ‘coronavirus’ o, en este caso concreto, más bien ‘covid-19’, para mí está claro que flurona corresponde en español a gripe y covid concomitantes, concurrentes o simultáneas, a coinfección covidogripal si se quiere, o a covidogripe. Puestos a acuñar en español un neologismo por corta y pega, este no sería, en todo caso, *flurona* (ni tampoco *gripona*, simple aumentativo, intensivo o expresivo de ‘gripe’), sino más bien ‘coronagripe’ o ‘gripovid’, ¿no les parece?
Fernando A. Navarro
De 'flu' y 'corona' se forma 'flurona' en inglés, pero de 'gripe' y 'covid-19' no se forma *flurona* en español, no... ¿Solo sabemos ya acuñar neologismos en inglés? Off Fernando A. Navarro Offvia Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/3ESIdSL
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