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lunes, 4 de noviembre de 2024
Diana octubre 2024
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El racionamiento de azúcar tras la II Guerra Mundial dio lugar a adultos más sanos
La restricción de azúcar en las primeras etapas de la vida –incluso desde el útero- puede proteger contra la diabetes y la hipertensión en la edad adulta, según un nuevo estudio que aprovecha datos del racionamiento de azúcar en el Reino Unido tras la II Guerra Mundial, y que se publica esta semana en Science.
Estos resultados ponen de relieve los importantes beneficios para la salud a largo plazo derivados de la reducción de la ingesta de azúcar durante los primeros mil días de vida. Es sabido que ese periodo desde la gestación hasta los 2 años resulta crítico para la salud a largo plazo. Una dieta inadecuada durante esos mil días se ha relacionado con consecuencias negativas para la salud en la edad adulta.
Si bien las directrices dietéticas recomiendan no añadir azúcar en los primeros años de vida, el patrón de alimentación occidental y, en concreto, el de EE.UU., adolece de una elevada exposición al azúcar. Además, hay investigaciones que indican que la mayoría de los lactantes y niños pequeños consumen a diario alimentos y bebidas azucarados.
Un 'experimento natural'
Para estudiar los efectos en la salud a largo plazo del consumo precoz de azúcar, unos investigadores, con Tadeja Gracner, de la Universidad del Sur de California (Southern California) como primera autora, aprovecharon un experimento natural en el Reino Unido: el racionamiento de azúcar y dulces que duró una década tras la Segunda Guerra Mundial (terminó en 1953).
Durante el racionamiento, la cantidad de azúcar permitida era comparable a las directrices dietéticas actuales, incluidas las de las mujeres embarazadas y los niños pequeños. Sin embargo, el fin del racionamiento provocó un aumento inmediato, casi el doble, del consumo de azúcar casi de la noche a la mañana.
Utilizando los datos del Biobanco del Reino Unido sobre las personas que estuvieron o no expuestas a ese racionamiento en el útero y en los primeros años de vida, estos científicos han constatado que la restricción de azúcar tuvo notables beneficios para la salud a largo plazo.
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domingo, 3 de noviembre de 2024
¿Se deduce una mala praxis en una intervención que no eliminó el dolor que tenía la paciente?
Soy ginecólogo y llevé a cabo una cirugía de labioplastia reductora y descapuchamiento de clítoris con pexia a una paciente que presentaba años de dolor que no remitía con los tratamiento conservadores previos. Sin embargo, tras la operación siguió presentando dolor y ahora me demanda porque considera que no ha mejorado la sintomatología como ella esperaba. Además, también señala en su recurso que no se le entregó el documento de consentimiento informado de la pexia, lo cual es cierto. ¿Qué consecuencia podría tener esa falta de información y que no se le quitó el dolor tras la cirugía? M.G.M. (Valencia).
Por lo que expones, todo apunta a que lo que la parte actora plantea, la paciente, es una obligación de resultados. Es decir, pretende obtener un resultado concreto tras la cirugía, lo cual no es algo exigible a los profesionales sanitarios.
Y es que, el hecho de no obtener un resultado no conlleva per se que la técnica se haya realizado con una falta de diligencia o de cuidado, por lo que la demandante es quien deberá probar que esa técnica se llevó a cabo de forma contraria a la lex artis.
En este caso concreto, además, todo apunta a que la cirugía estaba indicada, porque la paciente presentaba años de dolor y se había intentado, de forma correcta, un tratamiento conservador que no parecía haber dado resultados.
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sábado, 2 de noviembre de 2024
La salud bucodental es una apuesta ‘de presente’ y evita problemas futuros graves
Apostar por la salud bucodental tiene grandes beneficios a corto y largo plazo, ya que al evitar o combatir los problemas habituales también estamos contribuyendo a que no deriven o impacten en patologías como la diabetes o la enfermedad cardiosvacular. En este escenario, el farmacéutico puede contribuir con recomendaciones respecto a cómo manejar los productos que se emplean (cepillos, pasta, colutorios...) y estar vigilante respecto a posibles signos de alerta.
Sagrario Muñoz, farmacéutica comunitaria en Puerto Lápice (Ciudad Real), recuerda que las enfermedades bucodentales, según la OMS en su informe sobre el estado de la salud bucodental (2022), “afectan a cerca de 3500 millones de personas en todo el mundo”. El desarrollo de unos hábitos de higiene bucal adecuados puede contribuir a su prevención, frenar su avance y disminuir las consecuencias de su desarrollo. Para ello, apunta Muñoz, “el papel del farmacéutico reside en proporcionar una serie de recomendaciones y pautas para promover una buena salud bucal”.
Eva Plata, vocal de Dermofarmacia del COF de Toledo, la salud bucodental es fundamental “no solo para lucir una sonrisa bonita, si no que es una pieza muy importante para el bienestar general”. Por ello, apunta Francisco J. Marín Magán, vocal de Oficina de Farmacia del COF de Cádiz, es muy importante trabajar desde la oficina de farmacia en esa higiene bucodental, ya que aunque se ha avanzado en los últimos años, sigue siendo una “asignatura pendiente”. En su opinión, el mal uso o las malas técnicas de cepillado, la no utilización de sedas dentales.., hacen que la situación empeore y surjan problemas bucodentales (gingivitis, dientes sensibles, halitosis...). De hecho, añade, en muchos casos llegan a la farmacia los pacientes con una patología ya establecida. Por ello, insiste en la importancia de participar y promover campañas de higiene bucodental. “Cuando se vendan estos productos, debemos estar atentos y ver cómo los están empleando”, incide. Por ejemplo, es interesante tener en la farmacia “cepillos de muestra” para poder dar ejemplos de cómo deben emplearse, además de señalar cuándo el cliente pide productos que no son los correctos para lo que quieren abordar -por ejemplo, a nivel de pastas y colutorios-.
Aunque se ha avanzado mucho en la salud bucodental los datos demuestran que queda mucho por hacer
¿Y cuáles son las claves del manejo de los distintos productos y dispositivos disponibles? En una reciente jornada para concienciar a la población sobre la relevancia que tiene la higiene bucodental para la salud, organizada por el Consejo General de Dentistas y la Fundación Dental Española (FDE), con la colaboración de Oral B, Carolina Escudero, presidenta del Colegio de Dentistas de Melilla y patrona de la FDE expuso las claves para usar correctamente cepillos manuales y eléctricos, irrigadores, cepillos interdentales, seda dental, colutorios, etc.
En relación al cepillo manual, se recomienda que sea de cerdas suaves y de cabezal pequeño o mediano y debe usarse, al menos, dos veces al día, aunque idealmente sería después de cada comida. Para un uso correcto del cepillo, éste tiene que colocarse en un ángulo de 45 grados con respecto a las encías y realizar movimientos suaves de arriba abajo o en círculos pequeños. Se han de cepillar todas las superficies de los dientes: externas, internas y las de masticación. Para ello, lo ideal es dividir la boca en cuatro cuadrantes y dedicar 30 segundos a cada uno de ellos, sin olvidar la lengua. El cepillado debe durar, como mínimo, dos minutos. Es aconsejable cambiar el cepillo cada tres meses, así como después de una infección bucal o de garganta.
Respecto al cepillo eléctrico, se incidió en que es una herramienta avanzada que puede facilitar una limpieza más profunda. Está científicamente demostrado que el cepillo eléctrico, especialmente los de tecnología oscilante-rotatoria, eliminan más placa bacteriana que el cepillo manual, por lo que reduce entre un 20% y un 60% el riesgo de padecer gingivitis. Además, acorta de manera importante la transición desde una encía con gingivitis a una encía sana. Hay que colocar el cabezal del cepillo en un ángulo de 45 grados hacia las encías y no es necesario aplicar presión, simplemente guiar el cepillo por todas las superficies de los dientes, cambiando de cuadrante de la boca cada 30 segundos. Es una herramienta muy útil para personas con movilidad limitada o con poca destreza manual. El cabezal debe cambiarse cada tres meses de uso, siendo el cambio de estación el momento más indicado y fácil de recordar. Otro aspecto importante es que ha de realizarse de manera suave, ya que uno “demasiado fuerte conlleva a erosionar el esmalte y dañar las encías, provocando dolor y favoreciendo aún más la aparición de caries”.
Muñoz hace hincapié en que durante la limpieza dental, “a menudo es frecuente olvidarse de la lengua, donde tiende a acumularse una mayor cantidad de bacterias. Por ello, se debe insistir en incluir esta zona para realizar un correcto cepillado”. El limpiador o raspador lingual es es una herramienta diseñada para eliminar la placa bacteriana y los restos de alimentos de la superficie de la lengua. Con una presión suave, se arrastra el limpiador hacia la punta de la lengua. Es aconsejable utilizarlo una vez al día, preferiblemente, después del último cepillado nocturno.
Cepillos manuales o eléctricos e interdentales, seda dental o colutorios ayudan a mejorar la salud de nuestra boca
La recomendación sobre la elección del cepillo es otro de los aspectos donde el farmacéutico entra en juego, asesorando sobre el tamaño del cabezal y la dureza de los filamentos. “Se debe cambiar de cepillo cada tres o cuatro meses, dependiendo de su uso”, expone la miembro del COF de Ciudad Real.
Escudero también incidió en que la pasta fluorada “es imprescindible”. El flúor ayuda a remineralizar el esmalte y combatir la placa, de modo que las bacterias no puedan crear caries. El dentífrico debe tener una cantidad de flúor de, al menos, 1.450 partes por millón (ppm) a partir de los siete años y de 1.000 partes por millón hasta esa edad. En determinados casos específicos, se podrán prescribir concentraciones mayores de flúor, incluso hasta 5.000 ppm.
Otro elemento clave es el cepillo interdental, esencial para limpiar los espacios entre los dientes, donde un cepillo normal no puede llegar. Es más eficaz que la seda dental y se recomienda usarlo una vez al día, preferiblemente, antes del cepillado nocturno. Según la experta, es especialmente útil para personas con coronas, puentes o implantes, ya que ayuda a prevenir la acumulación de placa.
En relación a la seda dental, es crucial para eliminar la placa y los restos de alimentos que se acumulan entre los dientes y debajo de la línea de las encías. Para usarla adecuadamente, se corta un trozo de aproximadamente 45 cm, se enrollan los extremos en los dedos medios de ambas manos, y los pulgares e índices guían la seda entre los dientes, con cuidado de no lastimar las encías. También debe usarse una vez al día, antes de cepillarse los dientes por la noche. Es muy recomendable cuando exista una estrechez entre los dientes que no permita usar el cepillo interdental.
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viernes, 1 de noviembre de 2024
El futuro de la artritis reumatoide refractaria: ¿combinar dos fármacos biológicos a dosis más bajas?
Como en tantas enfermedades autoinmunes, en la artritis reumatoide (AR) no sé sabe bien por qué un día el sistema inmunológico se vuelve contra el propio cuerpo, en este caso, contra las articulaciones, y las ataca. Concretamente, la membrana sinovial que las recubre. La inflamación que se produce en los nudillos proximales, las muñecas, los hombros o los pies les provoca dolor, rigidez o entumecimiento al levantarse por la mañana y hace que las tareas más cotidianas, como subir la persiana, abrir un cartón de leche, subir unas escaleras, abrocharse los botones de una camisa o subirse y bajarse la cremallera para ir al baño, se conviertan en labores imposibles.
Aunque la población general suele asociar esta enfermedad con las personas mayores, lo cierto es que afecta a gente en edad laboral (es más frecuente entre 40 y 60 años, aunque puede debutar antes) y el dolor y las limitaciones impiden hacer su vida de forma normal a nivel laboral, familiar, social y personal, lo que causa un gran impacto psicológico y emocional que puede llevar a ansiedad y depresión.
La aparición a lo largo de los años de distintos tratamientos ha ido cambiando el curso de la enfermedad y ha dado calidad de vida a los pacientes, aunque se centran en paliar el dolor articular y la inflamación, y retrasar o prevenir el daño en las articulaciones, ya que no hay cura. Pero sí han ofrecido un cambio de mentalidad: el paciente ya no tiene que resignarse y hay fármacos que permiten controlar la enfermedad.
Terapias biológicas en artritis reumatoide
El primer cambio de rumbo de la AR fue hace 40 años con la llegada de los tratamientos modificadores de la enfermedad (FAME), con el metotrexato a la cabeza. Hace 20 años aterrizaron los fármacos biológicos que bloquean determinadas señales entre las células del sistema inmune y supusieron un antes y un después en el manejo de la artritis: inhibidores de TNF-α (factor de necrosis tumoral alfa), de CD-20, de interleucina 1 (IL-1) e interleucina 6 (IL-6), de la molécula coestimuladora CD28... Y más recientemente los inhibidores de JAK (enzima janus quinasa) que, al igual que los fármacos biológicos, son terapias dirigidas que actúan sobre la respuesta inmunitaria. El primer compuesto aprobado fue el tofacitinib, pero han aparecido más.
"Han venido a cambiar el rumbo porque se utilizan en artritis, en enfermedad inflamatoria, en afectación de la piel, se emplean en determinadas líneas o áreas médicas con muy buenos resultados. Pero aun con todo el arsenal que tenemos desde finales de los 90 hasta ahora de 12-15 moléculas, nos encontramos que un tercio de los pacientes no responde", asegura Alejandro Escudero, jefe de Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba y profesor en el Departamento de Ciencias Médicas y Quirúrgicas de la Facultad de Medicina y Enfermería de la Universidad de Córdoba.
Según datos de la Sociedad Española de Reumatología (SER), el 0,8% de la población padece artritis reumatoide, unas 300.000 personas, según el estudio EPISER. En un tercio de esos pacientes la medicación disponible no consigue mantener la inflamación en un nivel bajo y en torno a un 10% entra en una situación de artritis refractaria, "artritis que falla a todas las líneas de tratamiento y no responde a nada de lo que le hayas puesto", explica Escudero.
¿Qué hacer con esos pacientes? Escudero puso sobre la mesa una idea en una mesa de trabajo sobre tratamientos dentro del Simposio de Artritis Reumatoide que celebró la SER en Gijón a primeros de octubre, en la que también se habló del uso de los FAME clásicos y de los corticoides.
Combinar fármacos biológicos
"Empiezas por los antiTNF y terminas por los antiCD20, y al final vuelves otra vez a los antiTNF porque vimos que el paciente había respondido al principio y algo le fue bien, pero por probar realmente porque ha agotado todo lo disponible", indica Escudero sobre esos pacientes con artritis refractarias. "En esa situación en patologías como digestivo, que tiene un arsenal terapéutico para el Crohn y para la colitis ulcerosa más recortado, han empezado a utilizar doble diana, doble terapia: un anti-TNF con un inhibidor JAK, un anti-IL 23 con un anti-TNF... Es decir, dos biológicos tratando al mismo paciente a la vez".
El principal miedo son las infecciones graves, ya que estos fármacos intentan 'aplacar' el sistema inmune para que no esté tan activo, pero eso hace a los pacientes más vulnerables ante gérmenes resistentes. Escudero vuelve al ejemplo de Digestivo: "El riesgo-beneficio es favorable porque si tienes un Crohn donde se puede perforar el intestino, el paciente tiene riesgo de muerte y el beneficio potencial es mayor, aunque tenga una infección. Los resultados están siendo buenos con pacientes que antes no respondían y ahora lo hacen a la doble terapia".
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