Es la presidenta de la Asociación Española de Derecho Sanitario (AEDS) y gobernadora en la World Association for Medical Law. Ofelia de Lorenzo Aparici (Madrid, 1978) sustituyó a su padre, Ricardo de Lorenzo, en el cargo hace más de un año, como miembro de la tercera generación de una familia sin la que no se puede entender el derecho sanitario en España.
Este jueves y viernes, 7 y 8 de noviembre, se celebra el XXX Congreso Nacional de Derecho Sanitario, en el Novotel Madrid Center. Es el veterano de los congresos de derecho sanitario y referente en el sector.
Los días previos al Congreso nacional, en una vorágine de actividad, De Lorenzo ha contestado unas preguntas de este medio a través de un cuestionario. Y esto nos ha dicho.
Este año es la XXX edición del Congreso Nacional de Derecho Sanitario. Usted era una niña cuando su padre y su abuelo impulsaron el derecho sanitario en España. ¿Cómo recuerda esos comienzos?
Creo que la vocación es algo innato, pero el ejemplo es fundamental para el nacimiento de esa vocación, y yo tuve la suerte de recibirlo de mi padre. La vocación es algo que se proyecta sobre el futuro, pero que se alimenta del pasado, de lo que otros han aprendido antes que nosotros, y, en mi caso, empezando como azafata en los primeros congresos siempre viví en primera línea la actividad y el desarrollo del derecho sanitario, con mi padre.
Junto a mi hermano somos la tercera generación de nuestra familia dedicada a las leyes y a su aplicación en el mundo sanitario. Partiendo de una formación con un importante componente internacional, siempre me ha interesado profundamente la realidad asistencial sanitaria, con las complejidades que ello genera, y los asuntos en los que el derecho puede ayudar a la mejor relación médico-paciente.
Soy una persona con un gran interés en la parte formativa. Me encanta la investigación y, por mi formación, estar muy cerca de los distintos enfoques que se da al derecho sanitario en otros entornos, no solo ya en Europa, sino en otros países del mundo. Además de llevar dos décadas en la parte más activa del derecho, en la defensa en sala de los profesionales sanitarios, me ha parecido de gran interés el investigar los métodos alternativos de resolución de conflictos.
Ustedes, desde la Asociación que preside, han apostado siempre por la resolución extrajudicial de conflictos sanitarios, incluso han implantado un novedoso modelo en la Comunidad de Madrid. ¿Cómo ha evolucionado ese proyecto?
Apostamos y seguimos apostando. La resolución extrajudicial de conflictos es el futuro. En este punto, destacaría el taller de trabajo que se celebra dentro del Congreso organizado por Promede, que hace un repaso de las reformas de inmediata implementación sobre los cambios de la Ley 35/2015 (el baremo de accidentes de tráfico) y sus implicaciones en la responsabilidad civil sanitaria, como herramienta para el cálculo de las indemnizaciones por RC Profesional Sanitaria, y sobre todo, en los casos más graves (secuelas neurológicas graves, amputaciones).
El escenario que en materia de responsabilidad profesional sanitaria mantenemos desde hace años exige nuevas fórmulas en materia de gestión de los conflictos de responsabilidad profesional sanitaria. Seamos muy claros, la resolución extrajudicial de conflictos es beneficiosa para todas las partes implicadas: se cobran antes las indemnizaciones, reduce la incertidumbre, el riesgo y el coste económico de titulares de servicios sanitarios, aseguradoras y abogados defensores de las partes involucradas, eliminándose la judicialización del profesional y la medicina defensiva.
En sanidad pública, si bien históricamente existía cierto miedo por parte de las Administraciones y de los propios administrados a la solución extrajudicial de conflictos, la realidad es que en los últimos años se está produciendo un cambio cultural de los distintos agentes que ha derivado en una mayor aceptación e incluso búsqueda de la resolución extrajudicial de conflictos sanitarios, en el ámbito de la responsabilidad patrimonial de la Administración.
En cualquier caso, esperamos que antes de que acabe 2024 (actualmente se encuentra en trámite de enmiendas en el Senado) se apruebe definitivamente el Proyecto de Ley Orgánica de medidas en materia de eficiencia del Servicio Público de Justicia y de acciones colectivas para la protección y defensa de los derechos e intereses de los consumidores y usuarios, que sin duda servirá para reforzar los modelos de resolución extrajudicial de conflictos sanitarios.
Pero, volviendo a la cuantificación de los daños en materia de responsabilidad profesional sanitaria, otra medida que sin duda reforzaría y fomentaría aún más la resolución extrajudicial de conflictos es el Baremo de Daños Sanitarios. Es urgente y fundamental, ayudaría en todos los aspectos periciales, preparación, especialización y, en definitiva, fomentaría la resolución extrajudicial como procedimiento, sobre lo que importa que es el daño producido, no si es por una técnica mal utilizada o si ha habido una actuación poco cuidadosa; se trataría con él de cifrar la indemnización.
En esta edición del Congreso, la inteligencia artificial y el Espacio Europeo de Datos Sanitarios tienen un papel destacado.¿Considera que estos algoritmos van a reformular la defensa judicial de los profesionales sanitarios? ¿Cuándo es responsable un algoritmo de una interpretación errónea de una radiografía y cuándo es el médico?
Uno de los objetivos principales que tenemos como Asociación es conseguir que el derecho sanitario avance al mismo ritmo que marcan los descubrimientos y conocimientos en materia de ciencias de la salud.
Con la IA y el EEDS nos encontramos en un momento de grandes cambios que necesitan respuestas, que no pueden darse sino de manera prospectiva, mirando hacia el futuro y anticipando posibles escenarios.
La IA puede tener en el ámbito clínico muchas y muy variadas aplicaciones de gran utilidad, como facilitar y mejorar la capacidad de diagnóstico, predecir reingresos hospitalarios, ayudar en el descubrimiento de nuevos fármacos y procesar y obtener información de historiales médicos electrónicos.
Sin embargo, su utilización también plantea varios desafíos y preocupaciones éticas y legales que deben ser tratadas y debatidas. Entre otras, la responsabilidad civil en materia de IA.
Actualmente y conforme el Reglamento (UE) 2017/745, el software de IA de soporte a la toma de decisiones clínicas (diagnóstico, prevención, seguimiento, tratamiento) se califica como producto sanitario y, por tanto, le aplicaría lo dispuesto en dicho Reglamento, mientras los fabricantes cuenten con un seguro de responsabilidad civil al objeto de dar cobertura los daños derivados de su utilización.
No obstante, y como he indicado anteriormente, los escenarios futuros son muchos y nuestra voluntad asociativa como expertos en derecho sanitario es que, a través del debate y la discusión constructiva, podamos alcanzar conclusiones y aportar nuevas ideas en favor de estos nuevos escenarios a los que nos enfrentamos.
IA y EEDS en el Congreso
La IA y el EEDS son temáticas centrales del Congreso y ocupan una parte importante de nuestro programa. El taller de trabajo organizado por Agrupación Mutual Aseguradora (AMA) versará sobre Inteligencia Artificial y responsabilidad civil. En él se debatirá, entre otros temas, los problemas éticos y legales de la IA en la práctica clínica o el aseguramiento de la responsabilidad civil en materia de Inteligencia Artificial.
La Fundación IDIS organiza una mesa dedicada, en exclusiva, a la transformación digital y el Espacio Europeo de Datos Sanitarios, en el que se analizará la interoperabilidad de la historia clínica y el uso secundario de datos de salud en investigación.
También de Inteligencia Artificial, pero desde la perspectiva de ciberseguridad y datos sanitarios, contamos con una mesa organizada por SegurCaixa Adeslas.
Asimismo, varios grupos de prestigiosos investigadores en derecho sanitario revisarán los riesgos y límites legales de la digitalización de la asistencia sanitaria en otra mesa cuyo título, de hecho, es ¿Podemos digitalizar sin deshumanizar, sin hacer daño?
Igualmente, el taller de trabajo organizado por Fundación Dental Española afrontará los aspectos legales y éticos de la odontología digital, incidiéndose en el contenido esencial de la relación dentista-paciente como límite a la digitalización.
Pero, además, con muchísimo orgullo, podemos decir que este año contamos con la participación de hasta cinco proyectos de investigación en derecho sanitario y una altísima participación de investigadores en diversas mesas y talleres que ofrecen la posibilidad de poder conocer los resultados de su trabajo, dotando así a sus promotores de un marco de interacción con los profesionales que han de aplicar el derecho sanitario.
Destacaría la mesa de investigadores en Derecho Sanitario, conducida por Quirón Salud y la mesa de investigadores emergentes organizada por la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU) y la Fundación Instituto de investigación Sanitaria Marqués de Valdecilla, bajo el título Datos y salud pública en un contexto postpandémico.
¿Qué consejos daría al médico que utiliza los avances de IA en sus consultas?
La IA debe apoyarse en la inteligencia natural. Estos avances en las consultas por ahora no parece que puedan sustituir al médico, pero sí lo puede complementar y extender su labor.
El empleo de estos avances en medicina implica el empleo de modelos de aprendizaje automático para analizar datos médicos, recopilados gracias a otras herramientas como el big data, y obtener patrones que ayuden a mejorar los resultados y las experiencias de los pacientes.
Gracias a los avances tecnológicos recientes, impulsados por la covid-19, la IA se ha convertido en parte integral de la atención médica moderna. No podemos olvidar que la Ley 44/2003, de 21 de noviembre, de ordenación de las profesiones sanitarias recoge que los médicos tendrán como guía de su actuación el servicio a la sociedad, el interés y salud del ciudadano a quien se le presta el servicio, el cumplimiento riguroso de las obligaciones deontológicas, determinadas por las propias profesiones conforme a la legislación vigente, y de los criterios de normo-praxis o, en su caso, los usos generales propios de su profesión.
El Código de la Deontología Médica establece que los datos de salud extraídos de grandes bases de datos sanitarias o los sistemas robóticos pueden servir de ayuda en la toma de decisiones clínicas y sanitarias, pero no sustituyen a la obligación que el médico tiene de utilizar los métodos necesarios para la buena práctica profesional.
Igualmente, el artículo 14 del Reglamento de IA establece como requisito la necesidad de que los sistemas de IA tengan supervisión humana.
En definitiva, tres consideraciones éticas en el uso de la IA: el paciente debe estar informado del uso de estos sistemas; los profesionales de la salud deben conocer y aprender sobre la tecnología que se va a implementar (además de asegurarse de que traerá un beneficio para el paciente) y, por último, se vuelve fundamental aplicar los principios básicos de la ética médica.
¿Cómo puntúa el conocimiento medio del médico en cuestiones legales, del uno al diez (el 10 es el máximo de conocimiento), y cómo cree que ha evolucionado esta formación en los últimos años? ¿Cree que debería existir una formación específica del sanitario en temas legales? ¿Qué aspectos destacaría de esta formación?
Tengo que decir que hemos evolucionado positivamente, pero todavía queda mucho por hacer, aunque situaría la puntuación en un 6, actualmente.
Puedo entender que el profesional sanitario, que parte de una vocación laboral muy fuerte y una formación centrada en las ciencias, conciba el derecho como algo lejano, incluso me atrevería a decir ajeno a su día a día.
Pero la realidad es que las profesiones médicas encuadran su actividad cotidiana en un marco jurídico muy determinado, lo que exige que el profesional, primero, sea consciente de ello. Y, en segundo lugar, hemos de trabajar y luchar para que no se vea en cierto modo obligado a conocerlo, sino motivado a conocerlo e interiorizarlo en su día a día.
En el Congreso, además, abordan la ciberseguridad, un problema que ha puesto de manifiesto la debilidad de los sistemas sanitarios, tanto públicos como privados. ¿Tiene alguna receta para reducir la exposición al riesgo de estos sistemas sanitarios?
Como en todos los temas relacionados con la sanidad, la prevención es siempre la estrategia óptima.
La ciberseguridad en el ámbito sanitario no se limita a la inversión en tecnología, ya que implica también capacitar y concienciar al personal sobre la importancia de la seguridad de los datos.
Si bien los programas de formación y sensibilización son esenciales, las organizaciones sanitarias deben reconocer la relevancia del liderazgo en este ámbito.
El liderazgo no solo apoya la ciberseguridad, sino que también juega un papel crucial en su defensa activa, fomentando una cultura robusta de ciberseguridad. La ciberseguridad no debe ser una prioridad menor.
Los pacientes no deberían preocuparse por la seguridad de sus datos en el ámbito médico. La importancia de la ciberseguridad en la atención sanitaria es ampliamente reconocida, y los profesionales sanitarios también deben tener este conocimiento. Para garantizar una atención segura y confiable, es necesario integrar la ciberseguridad en las operaciones diarias.
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