La salud cardiovascular se puede y debe preservar y proteger desde los primeros años, pero es cierto que en muchas ocasiones no suele ser así. En este escenario, la oficina de farmacia puede jugar un papel relevante para brindar información y apoyo a la hora de mantener buenos hábitos o, en su defecto, reconducir al paciente para que pueda o vuelva a adquirirlos. Y todo ello sabiendo que la eficacia de ese enfoque es muy elevada, como avalan los expertos consultados por CF.
Las medida más efectiva para prevenir las enfermedades cardiovasculares es, según Sonia Pérez Sáez, farmacéutica del Servicio de Información Técnico Profesional del COF de Madrid, tener “unos adecuados hábitos saludables desde la niñez”. Y ello es porque, recuerda Andrés Íñiguez, presidente de la Fundación Española del Corazón (FEC), “aunque las enfermedades cardiovasculares suelen desarrollarse en la edad adulta, los factores de riesgo cardiovascular empiezan a estar presentes en la infancia y se pueden controlar en ese periodo y la adolescencia”, disminuyendo así el riesgo de sufrir eventos cardiovasculares en el futuro -los denominados factores de riesgo evitables: hipertensión arterial, colesterol elevado, tabaquismo, obesidad, inactividad física...-. Si ya vamos tarde con esa apuesta, añade Cecilia Monzón, farmacéutica y vocal de Formación del COF de Santa Cruz de Tenerife, se trata de “modificar el estilo de vida” en busca de esos hábitos más saludables.
¿Cuál es el punto de partida real? Según expone Íñiguez, “según los datos de la Encuesta de Salud de la FEC (ESFEC), casi el 60% de los españoles tiene dos o más factores de riesgo cardiovascular”. En concreto, el 22,2% de los españoles tiene hipertensión, el 22,8% hipercolesterolemia, el 7,1% diabetes, el 33,8% sobrepeso, el 16,7% obesidad, el 19,4% sedentarismo, el 17,4% estrés, el 15,9% tabaquismo y el 36,2% falta de sueño. Por tanto, debe ser el control de todos estos factores de riesgo el objetivo ideal, “si queremos disminuir el impacto de las enfermedades cardiovasculares”.
Desde la farmacia se puede fomentar una alimentación saludable, el ejercicio físico y el control de factores de riesgo cardiovascular
¿Y cuáles son las medidas o recomendaciones para ello? En la alimentación, comenta Íñiguez, se apuesta por una “adecuada alimentación (la llamada dieta mediterránea)”. Entrando en detalle, Monzón recomienda “comer más frutas, verduras, pescado, frutos secos y legumbres, y menos alimentos procesados, carnes rojas, grasas saturadas y sal”. Por su parte, Pérez Sáez incide en la importancia de los alimentos frescos y el evitar “comidas preparadas y bebidas azucaradas”, además de disminuir el consumo de sal y embutidos. Además, un consumo de alimentos bajos en grasas “para mantener niveles bajos de colesterol, LDL y triglicéridos”.
Monzón también insiste en la importancia de mantener una actividad física regular, como sería realizar 30 minutos de ejercicio moderado cinco días a la semana, mientras que el presidente de la FEC, recalca la importancia de fomentar “el deporte en el entorno escolar y extraescolar”. Además, en palabras de Monzón, “es muy importante mantener un peso saludable, disminuir el consumo de alcohol y dejar de fumar y/o vapear, ¡o incluso mejor, no empezar!”, ya que, como recalca Pérez Sáez, ambos hábitos “pueden aumentar la presión arterial y la frecuencia cardiaca”.
Charlas y talleres educativos o caminatas grupales, son algunas de las acciones que se pueden hacer
Controlar los factores de riesgo es otra de las medidas a tomar, es decir, “mantener la presión arterial por debajo de los valores recomendados por nuestro médico, mantener a raya el colesterol, y en el caso de los diabéticos deben también controlar la hemoglobina glicosilada”, expresa Monzón. La combinación de estas medidas, especialmente los cambios en el estilo de vida junto con el control de los factores de riesgo modificables, “ha demostrado ser muy efectiva en la prevención primaria y secundaria de enfermedades cardiovasculares”, añade la vocal del COF de Santa Cruz de Tenerife. Asimismo, se recomiendan otras medidas como son controlar el estrés practicando técnicas de relajación, como la meditación, y dormir lo suficiente.
El papel de la oficina de farmacia
Para Pérez Sáez, hay que valorar que las oficinas de farmacia llevan a cabo diferentes campañas de promoción de la salud. “Se informa a los pacientes de los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares como son la obesidad, la hipertensión, la diabetes, el tabaquismo…Estas campañas se complementan con carteles visibles en las oficinas de farmacia y con información que se entrega a los pacientes con consejos farmacéuticos”, incide. Además, la relación tan cercana con un farmacéutico crea un vínculo de protección hacia el paciente. El farmacéutico lleva a cabo lo que se denomina “atención farmacéutica”, “una función muy importante en las oficinas de farmacia en la que se pregunta y aconseja al paciente de manera directa sobre la medicación que está tomando”.
En este sentido, Íñiguez enlaza con la posibilidad que tienen las oficinas de colaborar con la FEC y “sus actividades para concienciar a la sociedad, a los ciudadanos, de la relevancia e impacto tan negativo que tienen las enfermedades cardiovasculares”. Con ello, se contribuye a promover una mejor salud cardiovascular, recordando la importancia de adoptar unos hábitos de vida cardiosaludables y evitar no solo la aparición de la enfermedad cardiovascular, sino incluso de los factores de riesgo cardiovascular que conducen a ella”. Y en el caso de que existan, “la necesidad de su control”. El presidente de la FEC pone a disposición de los farmacéuticos “la abundantísima información acercad de la salud cardiovascular que se pudiera distribuir en las farmacias, para una adecuada información de los ciudadanos”.
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