La enfermería comunitaria en España presenta grandes fortalezas. Las enfermeras de Atención Primaria están presentes a lo largo de todo el continuo vital de sus pacientes. Sin embargo, conciliar todas las tareas que actualmente forman parte de la cartera de competencias de este personal no es fácil. Uno de los retos es compaginar la atención a demanda con la prevención y promoción de la salud, sobre la base de que “tratar de hacer a los crónicos independientes en la gestión de su enfermedad no significa dejar de verlos en consultas”.
Así lo ha señalado Amada Pellico, enfermera del centro de salud de Suances en el transcurso de la jornada Las enfermeras en la industria de la salud. Resiliencia, innovación y transformación del sector, organizada por el Colegio de Enfermería de Cantabria y el Gobierno de dicha comunidad, en la que participó con una ponencia titulada ‘La industria de la salud: no sin la Atención Primaria. No sin las enfermeras’.
Amada Pellico comenzó su intervención destacando el importante papel de la Atención Primaria para tratar de atenuar las desigualdades sociales en materia de salud, con una asistencia universal y una buena accesibilidad, pero también su preocupación por la existencia de determinantes sociales de salud.
En este sentido repasó la organización de la red asistencial en Cantabria en base a zonas básicas de salud, en concreto, 45 zonas básicas, organizadas por población y condicionantes geográficos, “teniendo en cuenta que va ha a haber muchas diferencias entre una zona básica del centro de Santander y la zona básica de salud de Liébana, por poner un ejemplo. Uno de los principales valores de la Atención Primaria es saber adaptarse a la población que tiene que atender”.
Y la enfermería de Atención Primaria tiene entre sus tareas la atención a demanda durante 24 horas al día, a través de los Equipos de Atención Primaria y los servicios de Urgencias, en un contexto en población envejecida y aumento de pacientes crónicos, que debe ser compaginada precisamente con la enseñanza a estos pacientes para el manejo de su enfermedad y el fomento del autocuidado. “La labor de educación es muy importante, como lo es también el apoyo a los cuidadores”.
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Este contexto que era el habitual hasta hace un año y medio se ha visto alterado por los condicionantes derivados de la pandemia “que nos ha obligado a reinventarnos para adaptarnos a las necesidades de cada momento. A toda la atención derivada del coronavirus tenemos que añadir una oleada de enfermedad derivada de retrasos en el diagnóstico precoz o de la descompensación de patologías. Y ahora esperamos que llegue una oleada de patologías relacionadas con la salud mental”.
En todo el continuo vital
Amada Pellico ha querido visibilizar el papel de la enfermera en la atención a estas demandas, con un papel presente en todo el continuo vital de la persona, desde la atención al embarazo, a través de un programa estructural basado en la evidencia científica y una atención universal y coherente, “un continuo de cuidados que se prolonga en la edad pediátrica y la edad adulta, hasta el final de la vida”. Esta enfermera ha destacado que en esta atención “a quienes tenemos más perdidos es a los adolescentes y a los jóvenes, tenemos que poner más el foco en ellos, en aspectos como la salud sexual y reproductiva, violencia de género, consumo de drogas y salud mental y suicidio, entre otros temas”.
Prevención y autocuidado
En lo que a la atención a la población madura se refiere, esta enfermera ha destacado la importancia de la prevención primaria en las tres primeras causas de mortalidad, como son cáncer, enfermedades cardiovasculares y enfermedades respiratorias. “El papel de la enfermería en la prevención y promoción de la salud es fundamental para añadir años a la vida y, sobre todo, calidad de vida y años libres de enfermedad”, destacó Pellico, quien llamó la atención también sobre la implicación de enfermería en la prevención secundaria, a través de su participación en los programas de diagnóstico precoz y en la prevención terciarla, una vez que un paciente es diagnosticado con una enfermedad crónica, para reducir el riesgo de complicaciones.
Amada Pellico insistió en la labor de asesoramiento y acompañamiento fundamental que ejerce el personal de enfermería, con la educación en el autocuidado, sin que eso signifique “dejar de ver a los crónicos en consulta”, matizó. Y puso algunos ejemplos: “Existe evidencia científica de que el mejor control de la hipertensión lo puede realizar el propio paciente en su domicilio pero donde mejor va a diagnosticar una fibrilación auricular, que es causa de ictus y de insuficiencia cardiaca es en consulta realizando un electrocardiograma”.
Optimizar las visitas
En este contexto, Pellico apostó por conciliar lo urgente con lo importante y tratar de optimizar las visitas de los pacientes crónicos a los centros de salud. “No se trata de que realicen muchas consultas sino de que las que hagan se aprovechen bien porque en una única visita se pueden hacer muchas cosas”. Y para ello el liderazgo informal de la enfermera con su población de confianza es vital.
En su intervención recordó también el papel de enfermería en el acompañamiento a los cuidadores principales y también al final de la vida, así como en la atención a la soledad no deseada. Además, en el contexto actual de dificultades para encontrar personal de enfermería por parte de los dispositivos asistenciales para ancianos y dependientes, añadidas a las que también tienen los servicios de salud, “somos las profesionales de enfermería de Atención Primaria las que estamos asumiendo en muchos casos los cuidados de la población en esos establecimientos residenciales”
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