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Mientras los sindicatos de comunidades como Madrid, Aragón, Extremadura o Navarra llevan semanas demandando a sus respectivas administraciones medidas de refuerzo para primaria, el recién aterrizado consejero de Sanidad de Castilla y León, Alejandro Vázquez, estrena su cargo con un acuerdo en mesa sectorial para el primer nivel que, no obstante, ha sido desigualmente recibido por los sindicatos. Mientras el Sindicato Médico de Castilla y León (CESM), CSIF y SAE lo han rubricado con su firma, el sindicato de Enfermería Satse lo ha rechazado, y CCOO y UGT -que acusa a Vázquez de gestar su contenido sólo con los sindicatos firmantes- se han abstenido.
El acuerdo -publicado ya en el Boletín Oficial de Castilla y León y, por tanto, en vigor- fija un máximo de 40 pacientes por consulta en jornada ordinaria (frente a los 50 establecidos hasta ahora) y reduce de 40 a 30 el cupo máximo por las tardes. Establece, además, que el horario vespertino será voluntario y retribuido, con 314,16 euros por 4 horas de trabajo para el médico y 209,04 para el personal de Enfermería, frente a los 152 y 101, respectivamente, que ofertaba la Administración.
El médico cobrará 314,16 euros por 4 horas de trabajo vespertino y Enfermería, 209,04
La compensación económica pactada para ambos colectivos profesionales por la asunción voluntaria del trabajo de tarde es compatible con el cobro de las acumulaciones ya existente, y se hará extensiva también al resto de profesionales del Servicio de Salud de Castilla y León (Sacyl) que se vean afectados por el exceso de horas de trabajo, desde el personal de área hasta los auxiliares de Enfermería, celadores y administrativos. El acuerdo, pensado inicialmente para afrontar la saturación que vive el primer nivel en plena pandemia, deja abierta, no obstante, su duración en el tiempo, de forma que se pueda prorrogar su vigencia en virtud de la situación epidemiológica.
Dos son los requisitos que fija el acuerdo para que médicos y enfermeros puedan optar a las jornadas voluntarias de tarde: que no haya profesionales disponibles en las bolsas de empleo temporal y que el profesional que participe atienda su agenda completa. Este último requisito "se entenderá cumplido en el caso de que su agenda supere las 40 citas a demanda en horario de mañana". Según Sacyl, la "cita a demanda" incluye la cita a solicitud del paciente y la programada por el profesional, "pudiendo ser en ambos casos tanto presencial, como a domicilio o telefónica".
A partir de esas 40 citas a demanda en horario de mañana, "todas aquellas que no sean demorables conformarán una agenda común del equipo, que se atenderá en horario de tarde", aclara el contenido del acuerdo. Eso sí, quienes opten por acogerse a la extensión voluntaria de jornada deberán hacerlo durante, al menos, dos meses "o durante el tiempo de vigencia de esta medida, si fuera inferior".
UGT denuncia que el acuerdo se ha gestado "a espaldas" de parte de los sindicatos
El acuerdo también hace hincapié en un aspecto que el nuevo consejero había destacado como uno de los ejes de su actuación durante su toma de posesión: la recuperación de la presencialidad "al cien por cien" en primaria en toda la comunidad. Según el texto, la potenciación de la consulta presencial es vital "para poder llevar a cabo la valoración clínica que precise el paciente en cada situación, con citas a intervalos de tiempo suficientes para que se puedan mantener las distancias personales de acuerdo con los protocolos vigentes en cada momento".
CESM-Castilla y León y CSIF valoran el contenido de un acuerdo que, a juicio de sus representantes, regulariza la situación laboral real de los facultativos y del personal de Enfermería de Sacyl, que, desde el inicio de la pandemia, están "prolongando sistemáticamente" sus jornadas de trabajo en primaria. Ambos sindicatos han destacado, además, el "talante negociador" del recién aterrizado consejero de Sanidad, y lo han destacado, inevitablemente, en términos de comparación con su predecesora en el cargo, Verónica Casado.
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Enfrente, UGT Servicios Públicos de Castilla y León ha manifestado en un comunicado su "enfado y malestar" por un acuerdo cuyo contenido se gestó, según el sindicato de clase, "a espaldas" de parte de los sindicatos que integran la mesa sectorial, en teoría la propia UGT y CCOO, que se han abstenido, y Satse, que ha rechazado el contenido del documento. En concreto, UGT acusa a Vázquez de volver a caer en "el viejo error de considerar que los sindicatos corporativos de algunos médicos [en referencia a CESM] y de una parte del colectivo de Enfermería representan a todos los trabajadores del sistema público de salud de Castilla y León".
Rechazo frontal de Enfermería
El rechazo de Satse al acuerdo viene justificado por el abismo que el sindicato de Enfermería detecta entre su contenido teórico y la realidad asistencial del día a día enfermero. Aunque la norma contempla una compensación económica para la prolongación de jornada de este colectivo, Satse argumenta que esa compensación no se va a materializar "al no computar las actividades que estos profesionales realizan en lo que se denomina agenda común: extracciones, PCRs, vacunaciones...".
Satse aventura, de hecho, que las enfermeras que realizan su jornada ordinaria de tarde "se verán aún más sobrecargadas de trabajo al tener que atender a su cupo habitual, pero también las derivaciones de pacientes de los médicos, a quienes sí se les va a pagar su prolongación de jornada".
Enfermería dice que no cobrará el complemento al no computar parte de sus actividades
Al margen del cómputo de la actividad, lo cierto es que el contenido del acuerdo no contempla, al menos de entrada, las consultas extras de tarde en el caso de Enfermería. Sólo en el caso de que se advierta un incremento de, al menos, el 25% de la derivación de la agenda a la consulta ordinaria de la enfermera de tarde, Sacyl se plantearía "establecer una consulta extraordinaria de tarde de Enfermería por cada dos consultas médicas que coincidan en el tiempo en el centro".
El sindicato enfermero replica a la Administración que el colectivo al que representan "lleva dos años sufriendo un importante incremento de la presión asistencial, pero como esta no queda reflejada en las estadísticas de las listas de espera y demora, no entra dentro de las prioridades de la Consejería de Sanidad de Castilla y León tomar medidas para paliarlo o compensarlo económicamente".
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