Son muchos los niños y niñas que empiezan el año en las habitaciones de un hospital. Enfermedades crónicas, accidentes o incidencias de la covid-19 son algunas de las afecciones que obligan a los niños a estar fuera de sus casas y les impide ir al colegio.
Conscientes de ello, Cruz Roja ha puesto la mirada en los menores hospitalizados durante largos periodos y ha creado con el asesoramiento de la Fundación de Tecnologías Sociales (Tecsos) de Cruz Roja, y la Fundación Vodafone, la app 3D Entamar. Así, mediante realidad aumentada, esta aplicación permite modificar los elementos del entorno para adaptarlos al gusto de menor, o participar en juegos colectivos en las zonas comunes de los hospitales para fomentar las relaciones entre pacientes menores. "Tenemos juegos donde las habitaciones o salas del hospital las puedes ver desde el móvil o tablet como si fueran el océano o la galaxia; también scape room donde se van encontrando elementos virtuales para superar las diferentes pruebas, y un Trivial donde pueden jugar con una ruleta virtual y elegir los temas que más les interesan para responder a las preguntas", detalla a este medio Paula Rivarés, directora estatal de Cruz Roja.
Como explica la experta, esta herramienta está pensada para niños y niñas que participen en el proyecto Infancia Hospitalizada de Cruz Roja Juventud, es decir, entre 0 y 17 años, y su objetivo es "mejorar la calidad de vida, reducir el desajuste social y emocional y ofrecer un soporte a las familias", destaca Rivarés.
Según Cruz Roja, más de 2.000 voluntarios lo hacen posible y el éxito ha sido demostrado en el proyecto piloto llevado a cabo que ha contado con el aval de los equipos sanitarios y las familias "que confirman las repercusiones positivas en la estancia y recuperación de la infancia hospitalizada".
Más allá del goteo y los pinchazos
Pensando también en la población pediatría ingresada (de entre 0 a 17 años), Cruz Roja cuenta con el ya mencionado proyecto de Infancia Hospitalizada, que pretende paliar las consecuencias derivadas de que los niños y jóvenes ingresados se vean obligados a interaccionar en un espacio diferente, con horarios y normas poco habituales para ellos y que afectan a su desarrollo personal. Mediante este programa se realizan actividades de animación, manualidades, actividades musicales, juegos, videoteca, apoyo a la lectura, apoyo al estudio, uso de las nuevas tecnologías, e incluso el acompañamiento cuando sus familiares no pueden estar presentes.
Según Cruz Roja, "evitar el aislamiento y no interrumpir el desarrollo de los menores es clave cuando están hospitalizados y es un hecho demostrado que este tipo de ocio beneficia en su proceso médico, gracias al voluntariado que está preparado para atender todas sus necesidades".
Rivarés afirma que este proyecto ahora mismo está en 17 centros hospitalarios y hay asignado un responsable de Cruz Roja por cada centro para llevarlo a cabo.
Según sus datos, en el 2021, se beneficiaron de este proyecto 16.700 niños.
Preguntada por si han analizado los efectos positivos en la salud que les están reportado estas actividades, la directora estatal de Cruz Roja apunta que no han hecho un análisis como tal, pero, asegura, que es un proyecto "que tiene demanda, lo que se traduce a una necesidad que es la que intentamos cubrir".
No obstante, les consta, según Rivarés, que los médicos y enfermeros con los que trabajan opinan que "es muy beneficioso para los niños y niñas que están en un centro hospitalario, porque consiguen evadirse de esa realidad, relacionarse con otras personas de su edad, y esto hace que la actitud y la recuperación pueda mejorar".
Fuera del hospital
Desde Cruz Roja Juventud también ponen el foco en fomentar los hábitos saludables en la población pediátrica y, por ello, trabajan fuera del ámbito hospitalario con las familias y educadores en el desarrollo de otro tipo de talleres para impulsar, por ejemplo, la práctica del ejercicio físico, el ocio saludable, la prevención del VIH y el sida, o la alimentación consciente.
"Un punto clave del cuidado de la salud en jóvenes es el cuidado de la salud mental y la educación emocional de los menores", defienden desde Cruz Roja. Si bien, señalan, ésta no es una de las problemáticas que se identifican tradicionalmente con la juventud, cada vez son más los jóvenes que se ven afectados por problemas de salud mental y emocional o los derivados de la proliferación de las nuevas adicciones a la tecnología. “No abordar los trastornos mentales en adolescentes tiene consecuencias que se extienden hasta la edad adulta”, resalta Rivarés, “y limitarán las oportunidades de llevar una vida adulta satisfactoria”.
Haciendo balance, a lo largo de 2021 se han realizado más de 400 talleres en centros educativos y entidades juveniles con más de 9.300 personas participantes de entre los 6 y los 30 años de edad para trabajar la gestión emocional o la mejora de habilidades personales.
Asimismo, se han realizado más de 380 talleres con cerca de 8.000 participantes para trabajar la alimentación saludable, el cambio de hábitos, la imagen corporal o el ejercicio físico como parte de su objetivo para frenar la creciente obesidad infantil que afecta al país, especialmente grave en el caso de los niños, quienes en un 83% tienden a seguir obesos en la edad adulta con la probabilidad asociada de padecer otras enfermedades, como la diabetes o la hipertensión. Con el fin de prevenir la obesidad infantil, también se dan claves básicas sobre el consumo de proximidad, la reducción del desperdicio, la reducción de los envases, los cultivos sostenibles o la mejora de la alimentación con la reducción de productos ultraprocesados en la dieta.
Cruz Roja cuenta con un programa de atención al niño hospitalizado y, además, ha creado una 'app' 3D, que permite modificar los elementos del entorno. Off Gema Suárez Mellado Offvia Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/3HGUvQ6
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