Es sabido que la infección por el coronavirus puede dejar su huella en diversos órganos, como los riñones. Ahora un nuevo estudio revela que, a largo plazo, el paso del virus por el tejido renal genera cicatrices.
Como explica la investigadora de este trabajo Katharina Reimer, del RWTH (Hospital Universitario de Aachen, en Alemania), “la fibrosis renal, o cicatrización, es una consecuencia grave a largo plazo que puede ocurrir prácticamente después de cualquier lesión renal y se correlaciona con la función renal. Nuestro trabajo muestra cicatrices renales en pacientes con covid-19, lo que proporciona una explicación de por qué el virus podría causar un deterioro funcional renal como se demostró en otros estudios”.
En concreto se refiere a trabajos como el realizado sobre una cohorte de veteranos de Estados Unidos, donde se detectó un deterioro funcional renal en más de 90.000 supervivientes a la covid. Según se publicó en Clinical Journal of the American Society of Nephrology este efecto dañino podría deberse a los efectos directos del SARS-CoV-2.
Acción virica directa
En este nuevo trabajo, los investigadores también concluyen que la causa es efectivamente la propia acción vírica, independientemente de la inflamación orgánica.
Otro de los autores del trabajo, Jitske Jansen, del Centro Médico de la Universidad de Radboud (Países Bajos), explica que “en nuestro estudio investigamos a fondo los efectos dañinos causales del coronavirus en los riñones. Los organoides renales infectados muestran que el virus causa directamente daño celular, independientemente del sistema inmunológico. Con este trabajo encontramos una pieza del rompecabezas que muestra los efectos deletéreos que puede tener el virus en el organismo”.
En la investigación, publicada en Cell Stem Cell, se centraron en el tejido renal de pacientes con covid-19 ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Encontraron fibrosis, mientras que no hallaron esta lesión en otros pacientes en la UCI por una infección pulmonar no asociada al SARS-CoV-2 y en un grupo de control.
Para determinar si esto podría ser efecto directo del virus, independientemente de la inflamación sistémica, los científicos generaron mini riñones (organoides) en el laboratorio.
Los organoides renales se desarrollan a partir de células madre de pluripotencialidad inducida (iPS) y contienen muchas células renales diferentes, excepto las inmunitarias. Al infectarlos con el SARS-CoV-2 observaron, al igual que habían visto en el tejido de pacientes con covid-19, el inicio de un proceso de cicatrización.
“Nuestros resultados sugieren que el SARS-CoV-2 puede infectar directamente a las células renales e inducir daño celular con la consiguiente fibrosis”, escriben estos investigadores. “La infección por SARS-CoV-2 da como resultado una lesión celular y causa la activación de múltiples vías de señalización profibróticas mediadas por la intercomunicación celular del epitelio infectado y los podocitos con los fibroblastos intersticiales”.
Estos datos, continúa, “podrían explicar tanto la lesión renal aguda en pacientes con covid-19 como el desarrollo de enfermedad renal crónica en el covid persistente”.
El estudio también ha analizado un posible tratamiento, basado en un inhibidor de la proteasa del SARS-CoV-2, con el que en modelo experimental se pudo minimizar el impacto de la infección de las células renales causado por el coronavirus.
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