Los avances tecnológicos que se están produciendo en los últimos años han tenido un fuerte impacto no solo en la repercusión de la salud del sistema visual sino también en una detección más temprana de patologías visuales y en el tratamiento de los síntomas relacionados con distintas alteraciones visuales. Así lo cree María Miranda Sanz, coordinadora del Grado en Óptica y Optometría de la Universidad CEU-Cardenal Herrera (CEU-UCH), de Valencia. Esos mismos avances tecnológicos están permitiendo diseñar lentillas personalizadas y que, por tanto, se adaptan mejor a los pacientes y sus necesidades.
“Hay herramientas tecnológicas que nos ayudan a saber con gran exactitud la topografía corneal de nuestros pacientes gracias a softwares especiales. Esto ha hecho que la adaptación de lentes de contacto en pacientes con córneas irregulares, de lentes esclerales o lentes para el control de la miopía esté aumentando en los últimos años”, apunta Miranda Sanz. En este sentido, añade, “es importante destacar en este punto que España es el país del mundo donde se adaptan más lentes para el control de la miopía”.
Cristina Peris, directora médica de Fisabio Oftalmología Médica, coincide en que los nuevos materiales y la tecnología más avanzada han permitido el diseño de lentes de contacto avanzadas “que se adaptan a pacientes con las condiciones oculares más complicadas”.
Actualmente, señala, se pueden adaptar lentes de contacto en córneas muy irregulares y complejas, como pacientes con queratocono y otras ectasias con y sin implante de anillos corneales, cicatrices corneales complejas e incluso trasplantes de córnea, “que permiten alcanzar una calidad visual en pacientes que era impensable hace unos años con las gafas”.
En definitiva, la combinación de sofisticados procedimientos quirúrgicos, junto con la adaptación de lentes de contacto especiales en corneas complejas “ha supuesto un gran avance en estos pacientes”.
Tendencias
María Isabel Gámez, vocal de Óptica del Colegio de Farmacéuticos de Cádiz, recuerda también un cambio de tendencia consolidado en el manejo de los diferentes tipos de lentes de contacto: “El desplazamiento de usuarios a las lentes desechables diarias, tanto monofocales como progresivas, ha sido brutal, con lo cual queda un poco diluido todo lo que se refiere a mantenimiento, amén del uso de lágrimas artificiales casi como mantenimiento”.
Por lo demás, comenta, “se utilizan las soluciones únicas en lentes desechables mensuales y blandas anuales, aunque podemos utilizar en ciertos casos lágrima con alto nivel lipídico o un desengrasante antes, pero lo más habitual es que el paciente pase a lentes desechables mensuales o diarias, y los pocos pacientes que quedan con semirrígidas siguen con su pauta de siempre”.
Gámez destaca las nuevas geometrías de las lentes de contacto progresivas, “que cada vez nos hacen tener más casos de éxito en su adaptación, sobre todo a jóvenes présbitas”.
Las pantallas digitales
Miranda Sanz comenta que “cada vez es mayor el número de pacientes que visitan nuestros establecimientos ópticos con síntomas de fatiga visual debidos, en muchos casos, al abuso en el uso de dispositivos electrónicos”. María Isabel de Andrés, vocal nacional de Óptica y Acústica del Consejo General de COF, añade que el uso prolongado de pantallas digitales provoca una reducción del parpadeo, aumentando la evaporación de las lágrimas del ojo y generando una sensación de sequedad, visión borrosa, ojo seco e irritado y fatiga visual.
Los avances en lentes de contacto que mantienen una alta hidratación permiten una visión más clara y cómoda
Y para esto la innovación también ha permitido que se desarrollen lentes de contacto que mantienen una alta hidratación, “lo que contribuye a una visión clara y cómoda durante todo el día y, de esta manera se mantiene el ojo blanco y saludable”.
Además, existen lentes de contacto con excelentes sistemas de corrección de aberraciones y con optimización de la geometría tórica, que permite disfrutar de una visión clara para miopías, hipermetropías y astigmatismos.
Miranda Sanz también destaca que hoy se pueden añadir “a las lentes de las gafas filtros para, así, proteger nuestra visión”. En este sentido, Gámez remarca que “se está imponiendo el filtro azul antirreflejo para absorber las radiaciones” de dichos dispositivos.
Últimos avances
Uno de los aspectos más innovadores en este campo han sido las lentes de contacto dispensadoras de fármacos, apunta De Andrés, que ofrecerían un amplio abanico de posibilidades para el tratamiento de problemas oculares (infecciones, lesiones, conjuntivitis, glaucoma o el síndrome del ojo seco, entre otras), “de una manera más fácil, sencilla y eficaz”.
Una de las preocupaciones de los optometristas, añade Gámez, es el aumento de la incidencia de la miopía en gente joven, estudiantes y de mediana edad. Para ello, “la última innovación que conozco en este campo son las lentes de HOYA, que paran la progresión de la miopía y que se basan en lentes con desenfoque periférico (DIMS: defocus incorporated mulltiple segments)”, que proporcionan una imagen no enfocada en zonas específicas de la retina con objeto de controlar la progresión de la miopía.
En cuanto a lentes progresivas, comenta Gámez, siguen avanzando y mejorando los campos visuales de lejos y cerca, disminuyendo las aberraciones laterales y también suavizando las zonas intermedias de visión, de manera que posibilitan la visión a media distancia (más o menos la longitud del brazo) y de cerca.
Siguen mejorando las lentes progresivas, disminuyendo aberraciones laterales y suavizando zonas intermedias
Para ello, aplican una tecnología llamada nanoptic, que no es más que la nanotecnología aplicada a la óptica, pixelando la lente y obteniendo en cada uno de sus elementos una graduación diferente de lejos, intermedio y cerca. Es el caso de las cono lentes Eyezen y la Synchronice; esta última aplica distinta geometría en la fabricación de la lente para el ojo dominante y mejora la visión cercana e intermedia.
Miranda Sanz no se olvida del avance que desde la investigación se está haciendo sobre prótesis retinales y terapia génica, que “hace que el tratamiento para ciertos tipos de distrofias retinianas esté cada día más cerca”.
Por su parte, Gámez apunta que los ópticos clínicos tienen unos cuantos retos y desafíos para abordar. Por un lado, destaca “la importancia de la reducción al máximo de las aberraciones ópticas que toda lente tiene, tanto progresivas, donde más, como en monofocales”. A ello se añade el caso de la toricidad en el lente, donde “se ha avanzado mucho de unos 20 años aquí y en ello se continúa”.
Otro reto es el de la transmitancia y filtrado de radiación, “muy importante desde el punto de vista clínico”, y lograr la consecución de una imagen exacta de un lado al otro de una lente.
Desde el aspecto estético, “se avanza en nuevos materiales más finos y resistentes para la misma corrección dióptrica”, apuntando que “la resistencia al rayado y rotura son muy útiles para actividades profesionales y/o deportivas”. En resumen, señala Gámez, “algún día, pronto, se acoplarán lentes ópticas y tecnología para un sinfín de posibilidades de mejora de niveles visuales e información”.
Cuidados de siempre
Cristina Peris, de Fisabio Oftalmología Médica, enfatiza que las lentes de contacto son una opción excelente para corregir un defecto refractivo, “pero se deben mantener unas medidas para su uso seguro”. Entre las medidas higiénicas y de asepsia óptimas para evitar infecciones y queratitis que pueden prevenir un trasplante de córnea destaca varias: las lentes de contacto son de uso individual y no deben compartirse; después de cada utilización, deben guardarse de manera separada en su estuche con los líquidos desinfectantes adecuados; debe vaciarse el líquido del estuche diariamente y reponerse de nuevo; lavarse las manos correctamente antes y después de su manipulación; para su manipulación hacerlo con las yemas de los dedos, no con las uñas, y no bañarse en piscinas o el mar con las lentes de contacto ni practicar deportes acuáticos. Para esto último, existen gafas de baño graduadas específicas, por ejemplo, para nadar, en caso de ser necesarias.
La experta enfatiza que la higiene ocular es especialmente importante en verano en los usuarios de lentes de contacto y, por ello, tras el baño, se debe retirar el cloro y el salitre de la playa.
Otras recomendaciones apuntan que hay que evitar ducharse con las lentes de contacto y hacer enjuagues y abluciones en la cara, así como el empleo de saliva. Además, el agua corriente del grifo, duchas, etc. contiene microorganismos que puede infectar las lentes de contacto. También hay que evitar dormir con las lentes de contacto sin haber recibido el asesoramiento de un profesional sanitario. Igual de importante es no utilizar las lentes de contacto ante síntomas de ojo rojo, presencia de secreción ocular (legañas), molestias o dolor. En estos casos, hay que derivar al médico oftalmólogo. Asimismo, si, accidentalmente, una lente de contacto al manipularla se daña o rompe, no se debe usar.
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