Si en algunos artículos las moda es un canon indiscutible, como sucede con la ropa o la decoración, en las gafas de sol también ocurre lo mismo. La industria innova cada año con nuevos colores y diseños; sin embargo, los especialistas en visión insisten en la importancia de protegerse bien los ojos con unas gafas de sol homologadas y adquiridas en establecimientos que avalen su calidad.
José Ruiz Colecha, adjunto del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario de Torrevieja (Alicante), del grupo sanitario Ribera, recuerda que la radiación ultravioleta se ha relacionado con la aparición precoz de enfermedades relacionadas con la edad, como la catarata y la degeneración macular. La exposición a la luz solar, en especial a la luz ultravioleta B, “se ha relacionado con el desarrollo de catarata de tipo cortical como consecuencia de los fenómenos de estrés oxidativo ocasionados en el cristalino a través de múltiples estudios”, señala.
Además, clásicamente, la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) se ha vinculado con la exposición a la luz solar, así como con el género femenino, el color claro del iris, la obesidad, factores dietéticos o cirugía previa de catarata, aunque de forma menos consistente.
Cristina Peris, directora médica de Fisabio Oftalmología Médica, de Valencia, recuerda que esa exposición excesiva a los rayos ultravioleta “tiene un efecto acumulativo e irreversible”.
En la misma línea Colecha insiste: “Los rayos de sol, la luz y la claridad en los meses de más sol no solo nos hacen entornar más los ojos, con lo que acentuamos el gesto al guiñarlos, favoreciendo la aparición de arrugas, sino que la radiación ultravioleta puede llegar a producir en exposiciones intensas queratoconjuntivitis gactínicas. Dicho riesgo se acentúa si estamos en embarcaciones o en las proximidades del mar, dado que los rayos reflejados son más perjudiciales y peligrosos, así como en la alta montaña”.
María Miranda Sanz, coordinadora del Grado en Óptica y Optometría de la Universidad CEU Cardenal Herrera (CEU-UCH), de Valencia, extiende esa recomendación a “todo el año”, ya que al margen de los beneficios para combatir enfermedades de los ojos, presentan “evidentes beneficios que, a veces, no son tan conocidos”. Por ejemplo, apunta que, las gafas de sol “nos ayudan a proteger la piel, especialmente sensible, alrededor de los ojos; nos ayudan a evitar la sequedad ocular y, si usamos unas gafas de sol adecuadas, mejoramos nuestra capacidad de contraste, y esto es importante en la conducción”.
¿Y cuál es la clave para escoger una buena gafa de sol? Los expertos coinciden en la primera clave: que esté homologada. Según Peris, “han de incluir una documentación que acredite que cumplen con la normativa europea, que ejercen una protección contra los rayos ultravioleta y el número que indique el tipo de filtro que proporcionan”.
Otra clave pasa por el lugar de adquisición y, según apunta Miranda Sanz, su recomendación sería “elegir unas buenas lentes y filtros, y eso se consigue adquiriendo las gafas de sol en establecimientos ópticos”.
Tendencias y gran variedad de materiales
Respecto a las tendencias, Mª Isabel Gámez, vocal de Óptica del COF de Cádiz, destaca que “las láminas y las lentes polarizadas en general son las más vendidas y utilizadas”, ya que “son muy ligeras, muy solicitadas por los pacientes y el precio no es muy elevado si no te vas a marcas de moda”.
Mª Isabel de Andrés, vocal nacional de Óptica y Acústica del Consejo de COF, añade un avance que abre el abanico de posibilidades: “Ya se puede graduar, prácticamente, cualquier gafa de sol, independientemente de la curva, color o tratamiento que quiera el usuario, incluidos fotocromáticos espejados”.
La Academia Americana de Oftalmología hace un repaso de los últimos materiales que se están empleando para fabricar las monturas de las gafas (en general, no solo las de sol) y aquí entran en juego funcionalidad, moda y precio. Así, dentro de las monturas metálicas las hay de titanio, “que son muy resistentes, livianas, anticorrosivas e hipoalergénicas y una buena opción para niños mayores”; de berilio, “menos costosas que las de titanio” y “muy livianas, resistentes y, además flexibles, lo que hace que sea fácil para el óptico adaptarlo; de acero inoxidable, “livianas y resistentes, pero no tanto como las de titanio”; de flexón (una aleación de titanio que recupera su forma aún después de que se ha torcido o doblado), que son livianas, anticorrosivas e hipoalergénicas, y de aluminio, “que se utiliza, a veces, en monturas de alta gama; son anticorrosivas, flexibles y resistentes”.
Las de plástico son las más populares porque son menos costosas, son livianas y vienen en una variedad de estilos y colores.
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