El seguimiento del paciente que ha sido intervenido por dolor cubital de muñeca y tiene alguna complicación debe ir más allá del control clínico y la radiología convencional. Técnicas de imagen como la resonancia magnética (RM), la ecografía y el TAC han demostrado que son útiles para realizar un buen diagnóstico y un adecuado manejo de las complicaciones. Sin perder de vista que la clave para un buen manejo clínico de este tipo de pacientes está en la especialización del radiólogo y en una comunicación fluida con el cirujano.
Son las conclusiones principales de un estudio publicado en la revista científica Seminars in Musculoskeletal Radiology, firmado por los españoles Luis Cerezal, Eva Llopis, Ana Canga y Francisco de Piñal. El artículo es una revisión de más de 500 pacientes intervenidos por esta patología entre los años 2007 y 2020. “La imagen postquirúrgica es fundamental en el seguimiento de los pacientes, pero la anatomía tras una intervención quirúrgica ya no es la misma y surgen problemas a la hora de hacer una interpretación”, comenta Luis Cerezal, director médico de la clínica Diagnóstico Médico Cantabria (DMC), cuando explica el objetivo de la investigación: “Definir en pacientes intervenidos lo que es normal y lo que no”.
La afección clínica más frecuente
El dolor cubital de la muñeca, causado por un amplio espectro de lesiones óseas y de tejidos blandos, es la afección clínica más frecuente de esta articulación. Uno de los principales motivos son las lesiones del fibrocartílago triangular, que es una zona de la mano superespecializada que se utiliza mucho en la vida diaria, laboral y deportiva. Otra causa muy frecuente es un problema en el tendón extensor cubital carpo, pero también puede haber detrás lesiones ligamentosas, fracturas o una trombosis de la arteria cubital.
La evolución posoperatoria de la muñeca para muchos cirujanos se limita a la monitorización y la radiología convencional. Sin embargo, en este estudio se demuestra que en el manejo de las complicaciones posquirúrgicas juegan un papel fundamental otros métodos de imagen. Los autores recomiendan recurrir a la resonancia magnética y a la ecografía cuando surgen complicaciones, existe dolor residual o limitaciones funcionales, mientras que el TAC es muy útil en las fracturas.
Al tanto de la evolución de las técnicas quirúrgicas
No obstante, hay algunos aspectos que son críticos en la evaluación de las imágenes posquirúrgicas de la muñeca. Los procedimientos quirúrgicos y sus variantes están en constante evolución, lo cual es una buena noticia para los pacientes y los especialistas, pero implica que el radiólogo esté familiarizado con esas técnicas y conozca el problema original, es decir, requiere especialización.
“La cirugía de la muñeca precisa de gran especialización, por parte de cirujano y de radiólogo, porque es una estructura muy pequeña” enfatiza Cerezal. El radiólogo ha de conocer las variantes quirúrgicas, el problema clínico original y las limitaciones de las diferentes modalidades radiológicas. El seguimiento del paciente ha de ser, por tanto, un trabajo de equipo: “La clave de la interpretación es que el radiólogo sepa lo que ha hecho el cirujano, conozca la técnica y tanga una comunicación eficaz con él”.
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