En el año 2012, el enfermero español Héctor Castiñeira decidió crear en las redes sociales un personaje virtual para relatar a través de él sus experiencias y anécdotas en el día a día de un hospital público. Nació así Saturnina Gallardo «Satu», Enfermera Saturada, gallega emigrada a Madrid, donde busca hacerse un hueco en la sanidad mientras ejerce como «jornalera de hospital», enfermera eventual o sustituta en diferentes hospitales públicos: hoy en planta, mañana en la UCI, pasado mañana en prematuros y traspasado mañana en Urgencias.
Después de un año de intensa actividad en Twitter, Instagram, Facebook y YouTube, decidió autopublicar su primer libro, La vida es suero, que fue todo un fenómeno editorial. Poco después, en 2014, dio el salto a una de las grandes editoriales españolas, Plaza & Janés, con la que reeditó La vida es suero (2014) y ha seguido publicando desde entonces los siguientes títulos de la colección: El tiempo entre suturas (2015), Las uvis de la ira (2016), Suero de una noche de verano (2017), El paciente siempre llama dos veces (2019), El silencio de los goteros (2019), El guardián entre el ibuprofeno (2020) y, centrado en la pandemia, Nosotras, enfermeras: historias de unos días que nos cambiaron para siempre (2020). Calculo que, entre todos los títulos, debe de llevar ya más de 300.000 ejemplares vendidos, que es una cifra descomunal.
Quizá el rasgo más destacado de toda la colección es el particular sentido del humor de su autor; un sentido del humor que, como ya he comentado en otra ocasión, a mí, personalmente, me hace tirando a poca gracia. He leído la mayor parte de esos libritos sin llegar a reír una sola vez. Decía el bachiller Sansón Carrasco, no obstante, que «no hay libro por malo que sea que no tenga alguna cosa buena»; y con los libritos de Enfermera Saturada me pasa algo así: no me hacen reír en general, pero siempre acabo encontrando acá, allá o acullá algún pasaje que al menos me hace sonreír.
Pienso, no sé en el capítulo «El consentimiento (des)informado» de El tiempo entre suturas:
Ahora en serio, ¿alguna vez has leído el consentimiento para que te operen? ¡Es que si lo lees, no lo firmas! ¡Pero si no lo firmas, no te operan! [...] La mejor parte del documento es donde pone: «El médico me ha explicado de manera clara y comprensible los riesgos de la intervención». ¿Clara y comprensible? ¿Para quién? Clara y comprensible le llaman a decir:
―Tú eres la del ovario, ¿no? Pues firma esto que si no, te quedas sin operar.
Todo mientras te retuerces de dolor tirada en una camilla de urgencias con tu ovario poliquístico a punto de estallar, junto a una abuela con demencia que grita llamando a su madre, el yonqui borracho habitual de la zona y una familia gitana que acaba de llegar con sus tiendas de campaña porque el patriarca está ingresado en la zona de observación. Les firmo hasta la muerte de Kennedy, pero ¡que me operen ya!
O pienso en el nivel de inglés de Satu Gallardo (nivel medio, como la mayor parte de los profesionales biosanitarios españoles) cuando, en Las uvis de la ira, acude a una selección de enfermeras para trabajar en el Servicio Británico de Salud (NHS):
Tras realizar un examen básico de conocimientos tipo test, fuimos pasando una a una la entrevista personal. Es en ese momento cuando te das cuenta de que no tienes ni por asomo el nivel de inglés que llevas años poniendo en el currículo. Eso del «inglés nivel medio» es un dialecto de uso interno que tenemos en España y que solo nosotros entendemos, porque cuando hablas con un inglés este no entiende una mierda.
Fernando A. Navarro
Desde el año 2013, con la publicación de 'La vida es suero', la colección de Enfermera Saturada se ha convertido en todo un fenómeno editorial en España. Off Fernando A. Navarro Offvia Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/3EjkyvC
No hay comentarios:
Publicar un comentario