Hoy 15 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Linfoma, un tipo de cáncer hematológico producido por la proliferación maligna de linfocitos, que se inicia generalmente en los ganglios linfáticos. Aunque en España no hay análisis epidemiológicos reglados, la Red Española de Registros de Cáncer (Redecan) estima que cada año son diagnosticados 10.000 nuevos casos de linfoma, convirtiéndose en el cáncer de la sangre más frecuente.
Si bien la supervivencia global de estos pacientes ha incrementado la prevalencia hasta los 23.000, la pandemia de covid-19 ha ensombrecido las cifras asociadas al linfoma. Un estudio del Grupo Español de Trasplante Hematopoyético (GETH), de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), presentado en el último congreso de la Asociación Americana de Hematología (ASH en sus siglas inglesas), mostraba una mortalidad del 35% en pacientes hematológicos con neumonía por covid-19. Esta cifra se incrementaba en aquellos pacientes que tenían enfermedad activa en el momento de la infección.
De ahí que las últimas recomendaciones desde la SEHH, adoptadas por el Ministerio de Sanidad desde hace una semana, sean además de continuar y extremar las medidas preventivas frente a la infección por SARS-CoV-2 en estos enfermos, administrar la tercera dosis de la vacuna a los pacientes con linfoma –entre otros- que no han alcanzado una respuesta inmunitaria adecuada con la pauta de dos dosis, tal como ha explicado María Dolores Caballero, presidenta de la Fundación del Grupo Español de Linfomas (Geltamo), durante la rueda de prensa con motivo del Día Mundial del Linfoma.
Inmunoterapia celular adoptiva basada en linfocitos T
Hoy también se recuerda el importante avance médico que ha supuesto la terapia de células CAR-T, de la mano de ciertos tipos de leucemia y del linfoma. En España, esta terapia avanzada se administra, previa indicación del hematólogo, en pacientes con linfoma B difuso refractario sin más opciones terapéuticas.
Geltamo está coordinando un estudio de vida real sobre el tratamiento con linfocitos CAR-T, que según sus resultados preliminares, parece indicar unos beneficios en la supervivencia muy similares a los reportados por otros países europeos. Según Caballero, “aproximadamente la tercera parte de los pacientes sin otra alternativa terapéutica y con mal pronóstico, se encuentran vivos a los 24 meses; puede que muchos de ellos incluso estén curados. Son datos muy esperanzadores”. La hematóloga ha recordado que pronto llegarán nuevas indicaciones, en linfoma del manto y el folicular refractarios al tratamiento actual.
Caballero ha afirmado que “desgraciadamente, para que la terapia CAR-T se realice de la forma adecuada, necesita una infraestructura y un equipo médico y enfermero que no existe en todos los centros, lo que no quiere decir que no se puedan acreditar más centros en España en el futuro”. La hematóloga ha resaltado el papel de las familias en el apoyo de los pacientes que reciben la terapia.
Natacha Bolaños, gerente de Alianzas Globales en Lymphoma Coalition, que también ha participado en la rueda de prensa por el Día Mundial, ha aludido a “las barreras de acceso a las terapias CAR-T”, y más concretamente, a “la falta de reembolso en algunos países (no es el caso de España), los estrictos criterios de inclusión por indicación o problemas logísticos tales como la capacidad hospitalaria o la manufactura”.
Apoyo logístico y a las familias
Bolaños ha destacado sobre esta terapia “joven” que se consolidan sus beneficios, sobre un número en ascenso de pacientes. No obstante, también ha admitido que los criterios de inclusión por indicación que restringen a los candidatos óptimos para recibir esta terapia pueden “colocar en situación de vulnerabilidad emocional a quienes no cuentan con la información adecuada sobre este tratamiento. Se han presentado como una opción curativa, pero probablemente solo lo es solo para un grupo concreto de pacientes. La falta de información armonizada crea expectativas que no siempre se corresponden con lo que puede ofrecer el tratamiento, y a ello se suman ciertas barreras logísticas”.
En España, son ocho los centros acreditados que pueden administrar la terapia, lo que implica que los pacientes no necesariamente viven en la comunidad autónoma donde existe este acceso. Por ello, “trabajamos para dar apoyo a los pacientes que tienen que desplazarse y facilitar todo el proceso logístico”.
Desde Lymphoma Coalition también avanzan en un estudio sobre calidad de vida en pacientes tratados con CAR-T, con el que buscan mejorar los instrumentos de medición de los resultados aportados por los enfermos. “Entre las áreas de mejora que hemos identificado, destacan la información facilitada tanto previa al tratamiento, como durante y después de éste; el seguimiento a largo plazo, y la incorporación de cuidadores y familia, que tienen un papel importante en este proceso terapéutico. Pensamos que Enfermería especializada en Hematología puede tener un papel fundamental en cubrir esas necesidades”.
"La otra cara del linfoma"
Abundando en la advertencia sobre los retrasos, AEAL, Asociación Española de Afectados por Linfoma, Mieloma y Leucemia, reivindica que detrás de la enfermedad hay una persona y que no pueden detenerse los diagnósticos, los tratamientos y la inversión en nuevas terapias a pesar de la pandemia, ya que está en juego su salud y su calidad de vida.
Con la campaña “La otra cara del linfoma”, AEAL remarca la preocupación de los pacientes por los plazos que existen actualmente desde que se aprueba un tratamiento a nivel europeo hasta que se implementa en los hospitales españoles.
Asimismo, la organización de pacientes busca poner de manifiesto la imperante necesidad de agilizar los trámites burocráticos en la aprobación y aplicación de las terapias avanzadas CAR-T, ya que este tipo de tratamientos requieren de un proceso largo desde su aprobación hasta su administración, lo que conlleva que en ocasiones se demore en el tiempo.
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