El Boletín Oficial del Estado (BOE) del pasado sábado publicó la orden que recoge la oferta de plazas de formación sanitaria especializada para la convocatoria 2021/2022. En dicha orden figuran 1.822 plazas EIR (un 8,3% más que el año pasado), pero se trata de un número insuficiente para la mayoría de los presidentes de las principales sociedades científicas de las seis especialidades enfermeras: Enfermería Familiar y Comunitaria ha pasado de 687 plazas a 748 (un 8,1% más); Matronas de 412 a 420 (1,9%); Trabajo de 62 a 68 (un 8,8% más); Salud Mental de 255 a 285 (un 10,5% más); Pediatría de 201 a 223 (un 13,7%), y Enfermería Geriátrica de 66 a 78 plaza (un 15,3% más).
Desde la Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC) se congratulan por el aumento de las plazas de formación especializada, pero también destacan que de poco sirve “si continuamos con el estado de indefinición y de falta de voluntad política en relación a la planificación y ordenación de las plazas de enfermeras comunitarias en los servicios de salud, que precisa la necesaria articulación entre especialistas y no especialistas no abordada hasta la fecha con el rigor y el consenso necesarios con las sociedades científicas”, explica a este periódico José Ramón Martínez Riera, presidente de la AEC.
Añade que si a esto se suma que todavía no se sabe con certeza cuándo se va a realizar la prueba extraordinaria de acceso a la especialidad, que lleva más de 10 años sin resolver, “nos encontramos ante un panorama que resulta, cuanto menos, paradójico”, dice.
Precisamente por ello, asegura que no se trata tanto de sacar más o menos plazas, “sino que las mismas obedezcan a un análisis riguroso de las necesidades reales y de su incorporación a los diferentes servicios de salud con el fin de dar respuestas eficaces y eficientes. Los números son efectistas pero están muy lejos de ser efectivos”.
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En algún momento, continúa Martínez Riera, las administraciones tendrían que llevar a cabo un necesario foro en el que se aborden estos temas pendientes, “que no van a resolverse exclusivamente sacando más plazas de formación, que luego no son rentabilizadas mediante su contratación, lo que supone un claro fraude de ley al hacer un uso inadecuado de dinero público proveniente de los impuestos de la población a la que se le priva, además, de una mayor calidad de atención”.
La presidente de la Asociación de Enfermería de Trabajo (AET), Araceli Santos, reconoce que el aumento de plazas EIR en su especialidad sigue siendo insuficiente. "Es un avance, pero hay que convocar plazas de especialista. Si las especialidades no están reconocidas, ¿de qué sirve formar a especialistas? Andalucía, por ejemplo, es de las pocas autonomías que han convocado plazas de enfermero especialista del Trabajo", se pregunta.
En el caso de esta especialidad enfermera, de hecho, "obligan a las empresas a contratar a especialistas, mientras que en el SNS no existen dichas plazas".
Duplicar las plazas en Salud Mental
Por su parte, el presidente de la Asociación Española de Enfermería de Salud Mental (Aeesme), Francisco Megías Lizancos, se agarra a un dicho español que dice que es de bien nacidos ser agradecidos por el aumento de las plazas (30 más) para estudiar la especialidad, pero cree que son insuficientes.
“Se puede agradecer, pero en esto hay que ser contundentes porque en realidad para cubrir las ratios de enfermera especialista en Salud Mental en España necesitaríamos el doble de las plazas que se convocan. Estamos en una situación paupérrima, dándose una gran dificultad para contratar enfermeras especialistas en Salud Mental en el conjunto del Estado, lo que provoca gran desaliento para nuestra asociación y para algunos gestores empeñados en la calidad de los servicios de Salud Mental. Todo el mundo puede entender que si se completa la demanda de cuidados especializados en razón a las necesidades que presenta la población, aumentará el bienestar de las personas y por supuesto la satisfacción de sus cuidadores profesionales”.
Recuerda que la aprobación de las plazas que anualmente se convocan para Enfermería de Salud Mental tienen el visto bueno de las comunidades autónomas, “pero quienes tienen un gran protagonismo son los gerentes de los distintos Hospitales a cuyo centro de gastos se carga la remuneración de estas enfermeras residentes. Hay que decir que se observa poco interés en lo que a la Enfermería de Salud Mental se refiere y a la que se le cuestiona, mientras otras especialidades, como la Obstétrico-Ginecológica, tienen menos dificultades”.
Falta quintuplicar las plazas de Geriátrica
El presidente de la Sociedad Española de Enfermería Geriátrica (Seegg), Fernando Martínez Cuervo, también agradece el esfuerzo que están realizando las autonomías al aumentar el número de plazas ofertadas para esta especialidad, que ha supuesto un crecimiento de plazas por encima de la media del resto de especialidades (3,8%) respecto al año anterior y que viene a intentar corregir el déficit mantenido durante los últimos años.
“Sin embargo, la valoración global es de insuficiente para poder cubrir la necesidad de enfermeras especialistas en geriatría. La sociedad necesita que las plazas de formación especializada en Enfermería Geriátrica sigan aumentando en los próximos años y que estén presentes en todas las comunidades autónomas. Autonomías tan importantes como Andalucía, Cantabria, La Rioja o Murcia todavía no tienen ninguna Unidad Docente Multidisciplinar en Geriatría, y más de la mitad de las que ofertan plazas (ocho de trece), ofertan una o dos plazas, que claramente insuficientes para cubrir las necesidades de la región”.
Martínez Cuervo recuerda que siguen quedando plazas (16) acreditadas sin ser ofertadas. “Estaríamos hablando de un total de 28 nuevas plazas ofertadas y de un incremento del 42,42%. España necesitaría quintuplicar el número actual de plazas de formación especializada en Enfermería Geriátrica y mantenerla durante la próxima década si queremos hacer frente al proceso de envejecimiento que sufrirá nuestro país”.
También explica que es penoso que te formes durante dos años para no poder desarrollar las competencias propias de la especialidad. “Los políticos están mandando un mensaje contradictorio en la atención a las personas mayores que se ha puesto de relieve, más aún si cabe con la pandemia. Nos han lanzado un mensaje inequívoco a la población de que debemos de proteger a los más vulnerables y sin embargo estamos a la espera de que ese mensaje se transforme en decisiones firmes que pueden cambiar significativamente la atención y el bienestar de las personas mayores. Con ello, nos referimos a que apuesten por la presencia continuada de las enfermeras en las residencias y en especial por la creación de puestos con perfil de especialista en Enfermería Geriátrica en todos los ámbitos de salud y sociosanitarios, tanto para gestionar los cuidados y la coordinación sociosanitaria como para estar presenten en todos los espacios donde se tomen decisiones que incidan en la calidad de vida de las personas mayores”.
Precisamente por ello, remarca que es urgente el reconocimiento de la especialidad y la creación de la categoría profesional, “tanto en salud como en los niveles sociosanitarios de todas las comunidades autónomas. No podemos seguir desaprovechando el valor profesional que la Enfermería Geriátrica tiene para que la atención a los mayores siga alcanzando niveles de seguridad y calidad acordes a las exigencias y evidencias disponibles”, concluye el presidente de la Seegg.
Enfermería Pediátrica reclama 500 plazas
Isabel María Morales, presidenta de la Asociación Española de Enfermería Pediátrica (AEEP), también valora el incremento de plazas en su especialidad, pero las tacha de insuficientes.
“Según nuestros cálculos, para acercarnos a las ratios europeas -unas 9 enfermeras por cada 1.000 ciudadanos- habría que formar anualmente al menos 500 especialistas. Este es el número de plazas EIR que se deberían ofertar”.
Reconoce, además, que la convocatoria de plazas de Enfermera Pediátrica es muy escasa en todas las comunidades autónomas y que tampoco existen bolsas de sustitución de enfermeras pediátricas en la mayoría de las autonomías, “por lo que, en muchos casos, las bajas de enfermeras pediátricas son cubiertas por enfermeras no especialistas o especialistas en otras especialidades, mientras las pediátricas cubren puestos en cualquier otro servicio de adultos o pueden terminar cubriendo plazas de Salud Mental o Geriatría”.
Esta situación, añade Morales, “es totalmente incongruente y tiene nefastas consecuencias para el cuidado de los pacientes y para las enfermeras pediátricas, que se desmotivan y terminan renunciando a trabajar en la especialidad para la que se formaron”.
Una oferta ‘ridícula’ para las matronas
La presidenta de la Asociación Española de Matronas (AEM), Rosa María Plata, valora el incremento de plazas en su especialidad “como una oferta absolutamente ridícula que ni se quisiera se ajusta a la posibilidades existentes en base a la acreditación que la Comisión Nacional del Ministerio de Sanidad ha autorizado”.
Recuerda que en España se inició la nueva formación de matronas desde el año 87 por no ajustarse a los requerimientos europeos. “Casi 30 años después hemos conseguido llegar a 420 plazas para una profesión cuyos ratios están muy por debajo de la media del resto de países. En España la ratio se sitúa en 12,4 matronas por cada 1.000, mientras que la OECDE lo fija en 25,9 matronas por cada 1.000 nacimientos. Por su parte la OMS estima que debe haber una matrona por cada 400 mujeres de entre 15 y 44 años, circunstancia que no se da en España”, denuncia.
Plata apunta que las autoridades sanitarias mundiales alertan insistentemente de la escasez de matronas y la inacción en España al respecto. “Ello denota la contra tendencia que las políticas sanitarias están marcando en nuestro país en referencia a los países de nuestro entorno. España arrastra un déficit de matronas de los años que estuvo sin formación, al que se le suma la necesidad de relevo generacional ante el gran número de jubilaciones que se viene produciendo en esta década; por añadidura, es imperiosa la cobertura del déficit, demostradamente evidente en AP y en especializada”.
En su opinión, también es momento de que las competencias de matronas se desarrollen en toda su extensión en su área de especialización, la de la atención de la mujer, “disposición demostradamente costo-eficaz y ajustada a la regulación europea, lo que obviamente requiere un continente de efectivos que actualmente no tenemos disponibles”.
¿Convocan suficientes plazas de matronas en las comunidades autónomas? En este aspecto, la presidenta de la AEM destaca el desinterés de las comunidades autónomas en una inversión como la formación de matronas para cubrir el aérea de cuidados de salud de las mujeres. “Es evidente que la mayoría de las autonomías ni siquiera ofertan la totalidad de las plazas acreditadas (498). De hecho, entre las acreditadas y ofertadas hay un desfase de entre un 17-18% menos. Aun ofertando la totalidad de plazas no se cubrirían las necesidades actuales, y menos las futuras”.
Así será el examen
La prueba de acceso de las diferentes titulaciones tendrá lugar el 29 de enero de 2022. Los actos de adjudicación se producirán a partir del 26 de abril y la incorporación a la plaza a partir del 30 o 31 de mayo.
Además, el procedimiento electrónico continúa en todas las fases desde la presentación de solicitudes, la interposición de reclamaciones/recursos y la adjudicación.
En esta convocatoria los exámenes constarán de 200 preguntas, más 10 de reserva, con cuatro opciones de respuesta, de las que solo una es correcta. La duración será de 4 horas y 30 minutos.
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