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lunes, 13 de septiembre de 2021

Tratamiento inicial de la sepsis o cómo ampliar el espectro antibiótico sin generar resistencias

Microbiología y Enfermedades Infecciosas
soniamoreno
Lun, 13/09/2021 - 13:21
Día Mundial de Sepsis
Profesionales sanitarios en la UCI del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona.
Profesionales sanitarios en la UCI del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona. (FOTO: EFE/Alberto Estévez).

Unos 50 millones de personas sufren un episodio de sepsis al año en el mundo, de los que cerca de once fallecen, según datos aportados por Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc), con motivo del Día Mundial de la Sepsis, que hoy lunes 13 de septiembre, recuerda la importancia de avanzar en el estudio, control y tratamiento de este síndrome, definido como una respuesta inmunitaria e inflamatoria exacerbada a la infección por un microorganismo –bacteria, pero también virus, parásito, hongo- que se acompaña de al menos una disfunción orgánica. En este proceso de deterioro continuo, el shock séptico supondría la fase final que, si no se remedia, daría lugar a un fallecimiento inexorable.

Este síndrome, de carácter heterogéneo, pues cada paciente lo manifiesta de una forma, y por tanto, para cuyo tratamiento concurren diversos especialistas y personal de Enfermería, produce al menos 50.000 episodios en España  -cifra que los expertos consideran a la baja-, 17.000 fallecimientos y se asocia importantes costes hospitalarios, habida cuenta que un episodio de sepsis puede suponer en Europa hasta 20.000 euros, al margen de en muchos casos duplica la necesidad de ingreso hospitalario. Todo ello sin tener en cuenta las secuelas de los pacientes: un 60% de los enfermos que han recibido cuidados intensivos por sepsis una vez se les da de alta tendrán dificultades para reincorporarse al trabajo y necesitarán algún tipo de rehabilitación.

Todos esos datos, que enmarcan la relevancia de este problema sanitario, se han comentado durante la presentación hoy a los medios del documento “Recomendaciones para la elección del tratamiento antibiótico empírico del paciente con sepsis o shock séptico”, elaborado por la Sociedad Española de Quimioterapia (SEQ) para actualizar el conocimiento sobre el diagnóstico y tratamiento precoz de la sepsis, moderada por José Barberán, presidente de la SEQ) y jefe del Servicio de Medicina Interna Hospital Universitario Montepríncipe, en Madrid.

Terapia inicial

José Mensa, médico adjunto del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínic, de Barcelona, y uno de los autores principales del documento, ha destacado que las recomendaciones buscan ayudar en un dilema crucial del tratamiento de la sepsis: cómo acertar en la elección del antibiótico desde la terapia inicial, para lo que necesariamente hay que ampliar el espectro antibiótico, pero sin generar más resistencias bacterianas. “El concepto que proponemos es ser muy agresivo en el primer momento, pero en unas 24 horas, una vez que el paciente está estabilizado, replantearse la terapia, intentar desescalar y reducir la pauta antibiótica, con el fin de no aumentar la tasa de resistencias”.

En cuanto  al tratamiento antibiótico, necesario en el control de la sepsis, Soriano ha señalado que “se ha visto dificultado por la progresión de los gérmenes resistentes, que se encuentran en la práctica totalidad de los hospitales y dificulta la elección de la terapia”, elección en la que el documento de la SEQ busca poder contribuir.

Patógenos resistentes

Preocupan especialmente los bacilos gramnegativos, bacterias del grupo de Pseudomonas y las Enterobacterias, que en los últimos años “han alcanzado un nivel de resistencia que en algunos casos abarca la práctica totalidad de los antibióticos, y si hay disponible alguno, implica gran toxicidad, lo que complica mucho el manejo”, ha dicho Álex Soriano, jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínic, de Barcelona. Respecto a lo que Mensa ha abundado que no son bacterias exógenas, sino “bacterias que están en el organismo y ante un problema de fragilidad, inmunodepresión o una patología de base, pueden generar este problema”; de ahí también la importancia de desarrollar nuevos antibióticos y aprender las mejores fórmulas para su manejo.

Mensa también ha enfatizado en la importancia de ser precoces al instaurar el tratamiento –algo vital en una enfermedad que es tiempo-dependiente como la sepsis- y para ello, no queda otra que “anticiparse al diagnóstico del síndrome, mediante la identificación del paciente frágil y con ayuda de los marcadores biológicos que indican que la infección puede ser grave”.

Para alcanzar el diagnóstico precoz e identificar a los pacientes que se encaminan hacia la sepsis, Álex Soriano, jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínic, de Barcelona, recuerda, como recoge el documento, estar “especialmente atento” a los pacientes de mayor edad, “pues a partir de los 65 años hay un deterioro del sistema inmunitario que afecta a la respuesta al microorganismo”, así como aquellos con comorbilidades que reciben tratamientos “absolutamente necesarios”, como la quimioterapia o los trasplantes, pero que comprometen la capacidad de respuesta a los patógenos del individuo. Soriano también ha hecho hincapié en los pacientes ingresados, en los que catéteres y sondas, favorecen la entrada de los patógenos.

En cuanto a los potenciales marcadores de mortalidad de este grave cuadro, Marcio Borges, coordinador de la Unidad Multidisciplinar Sepsis-UCI del Hospital Universitairo Son Llatzer, en Palma de Mallorca, ha recordado que a medida que aparece una disfunción orgánica la tasa de mortalidad se sitúa en el 8%, y “si de las seis funciones orgánicas que evaluamos, fallan cinco, la mortalidad sube al 80%”.  También ha aludido a la mortalidad en el choque séptico, que se sitúa en el 30-45%.

No obstante, Borges ha destacado que esas tasas pueden reducirse con formación del personal sanitario y una instauración temprana del antibiótico. “Por ejemplo, en los centros donde está instaurado el código sepsis, la mortalidad ha bajado a un 22-25%”.

Código sepsis

El código sepsis, iniciado en 2012 en los hospitales y en el que intervienen diferentes especialidades y enfermería, está ya presente en más de 200 centros hospitalarios, en todas las comunidades autónomas, ha recordado Borges.

Desde el Grupo de Trabajo de la Semicyuc, destacan que los beneficios en el control del síndrome derivados de la implementación del Código Sepsis en las Unidades de Cuidados Intensivos, y en el resto de las áreas hospitalarias. Además, el Estudio Nacional de Vigilancia de Infección Nosocomial en Servicios de Medicina Intensiva de la Semicyuc alertó este año de que los pacientes con covid-19, en lo concerniente a las infecciones asociadas a dispositivos, presentan mayor respuesta inflamatoria en forma de sepsis y/o shock séptico durante su estancia en UCI, en comparación a los datos de 2019.

Por ello, consideran que la necesidad y utilidad de implantar el Código Sepsis en todos los hospitales se ha puesto en evidencia más que nunca en tiempos de la covid-19.

Los especialistas del SEmicyuc también destacan que la puesta en marcha en las UCI españolas de los Proyectos Zero, que arrancaron en 2009, ha demostrado un descenso muy significativo y sostenible en el tiempo de las infecciones asociadas a la asistencia sanitaria, además de un descenso en la mortalidad y días de estancia en la UCI. Los sistemas de alerta más o menos automatizados del Código Sepsis ayudan a identificar escenarios potencialmente graves que, con otros sistemas de detección, podrían pasar desapercibidos.

La sepsis mata a 17.000 personas cada año en España, y ha sido una de las causas de mortalidad frecuentes asociadas a la covid-19. coronavirus Off Sonia Moreno Medicina Intensiva Medicina Interna Off

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