Patricia Garay llegó a la enfermería por casualidad. Se metió en el bachillerato sanitario porque quería ser fisioterapeuta, pero luego se le quitaron las ganas, aunque tenía claro que quería hacer algo relacionado con el mundo de la salud. "¿Por qué no haces Enfermería?", le dijo su madre. Entonces buscó formación y lo puso en su lista sin saber muy bien de qué se trataba. El año pasado terminó la carrera en la Universidad Autónoma de Madrid, y está encantada.
Al contrario que muchas enfermeras que una vez acabada la carrera se meten de lleno en el mundo laboral, Patricia, sólo trabajó en verano en un centro de salud y luego unos meses en donaciones de sangre de Cruz Roja mientras se preparaba el examen EIR que ya estaba estudiando desde cuarto de carrera en la academia PlanEIR. "En la universidad te forman muy bien pero veía la necesidad de seguir formándome". De las seis especialidades de Enfermería, había dos que le llamaban la atención: Familiar y Comunitaria y Obstétrico-Ginecológica (Matrona). Finalmente se decantó por esta última, para la que es necesaria la especialidad para trabajar como tal. "Aunque me hubiese decidido por Familia también me parecía muy importante estar especializada", comenta.
La oferta de este año contaba con un total de 1.683 plazas: 687 de Enfermería Familiar y Comunitaria, 412 de Matrona, 255 plazas de Enfermería de la Salud Mental, 201 de Enfermería Pediátrica, 66 de Enfermería Geriátrica y 62 de Enfermería del Trabajo.
Su decisión de afianzó cuando en los últimos años de universidad hizo prácticas en la planta de obstetricia del Hospital Puerta de Hierro, de Madrid. "Me enamoró la especialidad. Vi partos, cesáreas, urgencias ginecológicas... fueron mis prácticas favoritas y entonces me di cuenta de que debía hacer esa especialidad". Así que cogió las maletas y cambió la meseta madrileña por las playas de Gran Canaria. Su pasión por el mar le hizo plantearse también Andalucía o Valencia, pero tras informarse y recibir buenas referencias de la unidad docente de Gran Canaria vio su oportunidad de vivir en la isla. "Este es el momento".
Son 15 residentes los que ahora tienen dos meses de docencia online, aunque luego dos irán a Fuerteventura y tres a Lanzarote. "Nos quedamos 10 matronas en Gran Canaria, formamos una pequeña gran familia". Comparte pisos con otras dos compañeras que también son residentes y con las que hace planes, todos los planes que se pueden hacer con la situación sanitaria pandémica, para disfrutar al máximo de la isla.
Conocimientos y paciencia
"Espero salir de la residencia lo suficientemente formada como para poder desenvolverme en primer contrato como matrona", dice Patricia sobre las expectativas de estos dos años que tiene por delante de residencia. "Quiero empaparme de la experiencia de cada profesional con el que trabaje y saber cómo quiero ser yo como matrona en el futuro". Porque para ella, una matrona debe tener "muchos conocimiento y paciencia para saber escuchar a una paciente, saber cómo tratar y qué necesita la mujer en cada momento". Cuando acabe la residencia le gustaría trabajar como matrona, pero no tiene claro si seguir especializándose en algún campo concreto de esta rama de la enfermería o trabajar en un centro de salud..
Sobre la violencia obstétrica de la que tanto se habla en los últimos tiempos, de momento asegura que no lo ha percibido. "Las docentes que tengo, todas matronas, son muy humanas". Es consiente de la importancia de respetar lo que quiera la mujer siempre que se pueda. "Puede haber hecho un plan de parto pero que no se pueda llevar a cabo porque para su salud es mejor otra cosa".
"Quiero ser feliz cada día que voy a trabajar pero sabiendo que también habrá días malos. Va a ser muy bonito pero la residencia va a ser dura", dice sobre sus expectativas estos dos años de formación especializada. Su preparación para llegar aquí ha sido dura, ya que el confinamiento coincidió con el inicio del estudio. "No poder salir a dar un paseo para despejarte fue duro". Además de pasar la covid-19 y estar un mes confinada en su habitación, la incertidumbre hasta que se supo la fecha del examen hacía no ver la línea de meta en esta carrera de fondo lo hizo todo más complicado. Pero ya está superado. "Estoy contenta".
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