Esteban Gómez Suárez llegó a la presidencia del Colegio de Enfermería de Asturias en noviembre de 2019, iniciando una nueva etapa para la institución después de años convulsos por irregularidades que acabaron en los tribunales. Sus objetivos centrales son modernizar el colegio y ponerlo al servicio de las enfermeras, por un lado, y pelear para que la profesión esté allí donde se toman las decisiones, convencido, además de que “nadie tiene más capacidad para gestionar que una enfermera” y de que el escaso peso político actual de la profesión es una de las razones que lastran su desarrollo profesional.
-PREGUNTA. ¿Cómo afronta su comunidad las necesidades de recursos humanos en lo que a enfermería se refiere?
-RESPUESTA. La situación no es muy diferente a la que se produce en el resto de España, efectivamente existe un déficit importante de enfermeras en todo el territorio nacional y Asturias no es ninguna excepción. Desde el Observatorio de la Enfermería y los Cuidados del Colegio hemos hecho un estudio para conocer el alcance del problema y su proyección en los próximos años y los resultados han sido concluyentes: abandonan el sistema más enfermeras de las que entran y de no hacer nada el déficit en los próximos años irá creciendo y la atención a los ciudadanos se verá comprometida. En el plazo de 4 o 5 años puede haber un déficit de unas 500 enfermeras porque no disponemos de suficientes profesionales, mucho menos si hablamos de especialistas Por supuesto esta situación es mucho más acusada en el ámbito sociosanitario tanto público como privado. En este sector nuestra sociedad tendrá un grave problema de calidad en la atención a las personas dependientes y mayores. El Servicio de Salud del Principado absorbe todos los profesionales que puede ir habiendo disponibles y el organismo Establecimientos Residenciales para Ancianos (ERA) ya tiene muchos problemas para cubrir plazas y han tenido que reducir turnos. Y en los próximos años vamos a ir a peor, con el consiguiente perjuicio para la sociedad que va a quedar desprotegida.
-P. ¿Qué medidas se pueden adoptar para corregir la situación a corto y a largo plazo? ¿Es posible aumenta el número de plazas en las facultades de Enfermería?
-R. Una de los de las soluciones que se plantea es la apertura de más plazas en las facultades de Enfermería. En Asturias disponemos de dos facultades y están saturadas. La de Gijón necesita crecer, actualmente no tiene capacidad física que esperemos se solucione con la remodelación de Cabueñes y la de Oviedo puede tener algo más de capacidad, pero mínima. Y hay que tener en cuenta que no solo hablamos de recursos estructurales sino también de profesores, doctores, plazas de prácticas…que no son tan fáciles de conseguir. Y aunque se aumenten las plazas, que no será ya este curso ni el que viene, los resultados no se notarán hasta dentro de cuatro o cinco años y el problema lo tenemos ya. Y nosotros creemos que estas soluciones no son suficientes y no responden a las causas reales por las que las enfermeras no se incorporan al mundo asistencial en Asturias o se van.
-R. ¿Y qué medidas se pueden adoptar de manera inmediata? ¿Cómo se puede retener a los profesionales que optan por marcharse a otras comunidades e incluso otros países?
-P. Económicamente sabemos que es difícil tomar decisiones porque los presupuestos son los que no son pero mejorar las condiciones laborales va mucho más allá de cuestiones económicas. Se puede hacer más atractiva la profesión con medidas legislativas, dando más autonomía en el trabajo, aumentando la capacidad de resolución de problemas y facilitando la promoción profesional.
Tenemos un índice de eventualidad muy alto y algo que nos preocupa es que la resolución de la oferta pública de empleo en nuestra comunidad es demasiado lenta. E insisto en que incentivar a las enfermeras no solo se consigue con OPEs, es necesario también mejorar las condiciones salariales y laborales y, más aún, es necesario mejorar la situación profesional que sigue siendo frustrante. Ahí nos gustaría que Asturias fuera competitiva.
-P. ¿Puede plantear medidas concretas?
-R. Pues la enfermería debería acceder a los puestos de gestión en igualdad de condiciones que otras categorías profesionales, cosa que actualmente no sucede. Además, es urgente el reconocimiento del nivel del grupo A, aunque es cierto que esto no depende de la Comunidad autónoma, y desde luego la exclusividad no ayuda en nada. Asturias no solo no compite con otros países sino tampoco con comunidades autónomas limítrofes. Necesitamos modernizar nuestro sistema y hacer que sea atractivo para para las profesionales. No se puede gestionar la sanidad pública con herramientas de hace 50 años, es necesario innovar y trabajar de otra manera en ese sentido la nueva ley de empleo público de Asturias podría ser una oportunidad de cambio, pero nos tenemos que volverá a ser más de lo mismo.
-P. ¿Cuál sería su propuesta respecto a la regulación de la exclusividad?
-R. Debería poder permitirse la compaginación del ejercicio en la sanidad pública y en la sanidad privada, incluso en diferentes organismos públicos, más aún en un contexto de déficit de profesionales como el que hemos hablado, las enfermeras que trabajan en un sector deberían poder hacer turnos en otro sector. Durante la pandemia esta medida habría sido de gran utilidad. Es paradógico que desde el colegio hayamos ofrecido una bolsa de unas 300 enfermeras voluntarias dispuestas a hacer turnos al margen de su trabajo y fuera rechazada por la administración porque colisionaba con este aspecto de la dedicación exclusiva. Prefirieron tirar de personal jubilado.
-P. ¿Cómo está el mapa de la enfermería en Asturias?
-R. Creemos que es necesario en el sector público, sobre todo, un buen mapeo de puestos de trabajo y situación de los profesionales de cara a encarar los próximos años. Este trabajo no está resuelto en el Servicio de Salud. Precisamente estamos esperando una nueva Relación de Puestos de Trabajo porque la actual está obsoleta y es necesaria para contar con un mapa que nos permita saber que competencias tiene cada puesto. Es necesario desde el punto de vista de la planificación.
-P. ¿Qué esperan de las especialidades?
-R. Se está trabajando en la definición de las categorías pero el proceso va con mucho retraso. Ni siquiera sabemos cuantas enfermeras tenemos trabajando, por ejemplo, en salud mental y cuántas podemos necesitar. Teniendo en cuenta que en España trabajan unas 300.000 enfermeras y cada año pueden graduarse en torno a un millar la disposición de especialistas va para largo.
“El modelo de prescripción enfermera es demasiado complejo”
-P. Es crítico respecto al modelo adoptado de prescripción enfermera. ¿Por qué?
-R. Siempre hemos pensado que este modelo de prescripción enfermera es un modelo erróneo, un mal parche que no responde a las necesidades de los profesionales ni de la sociedad. De hecho, se gestó mal porque se pensó más en intereses particulares. Se ha generado un modelo demasiado complejo y ajeno a la práctica que no se da en otros profesionales de la salud y no responde a cuestiones competenciales ni académicas. El modelo debería evolucionar hacia algo más sencillo e integrado en la LOPS o la Ley de Uso Racional del Medicamento normas que, por otro lado, se han quedado anticuadas y es preciso renovar. Está claro que enfermería no va a hacer diagnósticos médicos pero sí es necesario que tenga facilidad para solucionar los problemas de salud que son de su competencia. En cualquier caso, esta norma dota de más seguridad jurídica a las enfermeras, aunque la complejidad de su puesta en marcha y aplicación hace que los ciudadanos y el sistema vayan a tardar en notar alguna mejora.
-P. ¿Qué esta suponiendo para Enfermería los pasos dados en Asturias hacia un nuevo enfoque de la atención primaria?
-R. Se están dando algunos pasos pero hace falta un enfoque diferente de forma decidida que no haga de los centros de salud pequeños ambulatorios. La medicina de atención primaria debe ser también comunitaria y salir de las consultas e ir a la comunidad. Y las enfermeras no tiene que hacer las tareas burocráticas que no quieren hacer los médicos y que realmente éstos tampoco tienen qué hacer. Lo que sucede es que la atención primaria está soportando mucha carga burocrática de la atención hospitalaria y de la Seguridad Social que no le corresponde. Y si enfermería trabajara más en la comunidad contribuiría a aliviar la carga asistencial hospitalaria.
-P. ¿Está Enfermería preparada para tener más peso en la gestión de la sanidad?
-R. Sin duda. Nadie está tan bien preparado para la gestión y la organización como una enfermera. En la pandemia lo hemos demostrado. Es necesario que enfermería esté presente donde se toman las decisiones y actualmente apenas lo está, no cuenta en el ámbito político y esa es la causa de la lentitud en nuestro desarrollo profesional.
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