3, 2, 1... Arranca el 66º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), un encuentro que, hasta el próximo jueves, reunirá a más de 1.500 profesionales y a 208 ponentes. En esta primera jornada ha tenido lugar una mesa plenaria en la que se han dado cita expertos para debatir sobre los desafíos logísticos y asistenciales de la atención farmacéutica en el ámbito hospitalario. Entre esos retos destacan, entre otros, la apuesta por la telefarmacia, la necesidad de una mayor integración del farmacéutico de hospital dentro de los equipos multidisciplinares y una organización más horizontal de los distintos niveles asistenciales que redunde en alianzas y más labor colaborativa.
Esta mesa redonda, moderada por Carlos Crespo, jefe de Servicio de Farmacia del Área Sanitaria de Pontevedra y O Salnés del Complejo Hospitalario Universitario de Pontevedra, ha contado con la participación de José Manuel Ventura, director general de Farmacia y Productos Sanitarios de la Consejería de Sanidad de la Comunidad Valenciana; Félix Rubial, gerente del Área Sanitaria de Orense, Verín y O Barco de Valdeorras del Servicio Gallego de Salud, y Alicia Herrero, jefe de Servicio de Farmacia del Hospital Universitario La Paz (Madrid).
Ya durante la presentación del debate, Crespo ha señalado que "el entorno hospitalario está en continua evolución y va más allá del hospital y siempre acompañando al eje vertebral de nuestra razón de ser: el paciente". Junto a esto, ha señalado que la Farmacia Hospitalaria ha sabido ir sorteando esa evolución y adaptarse a las necesidades que han ido surgiendo, siempre con el foco puesto en mejorar. "Los servicios hospitalarios son entornos que no dejan de estar en una crisis y cambio continuo, que genera y requiere asimismo de adaptación sostenida en el tiempo y de una mejora continua que genera oportunidades".
Capacidad de previsión
Tras Crespo, Ventura ha intervenido para explicar cómo se percibe los retos organizativos y asistenciales desde una Dirección General de Farmacia y ha defendido que, ante todo, debe estar marcada por una gestión dirigida principalemente a "personas que requieren prestación farmacéutica". Además, ha defendido que es una baza importante tener capacidad para analizar hacia dónde se encaminan las necesidades de los pacientes para poder anticiparse a los cambios: "Cuanto más previsores seamos más cambios y más liderazgo podemos tener [...] Lo que debemos pretender es no solo tener capacidad adaptativa, sino también tratar de liderar el cambio".
Junto a esa capacidad de liderazgo del cambio, ha defendido que es esencial seguir avanzando hacia una gestión sanitaria "organizada horizontalmente", que más allá de funcionar por jerarquías e intereses individuales, vaya orientada hacia un trabajo más colaborativo, centrado en alianzas, colaboración y recursos compartidos; y en la que, entre otros aspectos, se apueste por dar "autonomía y responsabilidad a todos los niveles (individual, servicio, hospital, departamento, consejería...)" para así generar una implementación efectiva de las decisiones. Además, defiende que debe ser una organización que, ante todo, genere equidad, sobre todo de cara al paciente en cuanto al acceso y a las oportunidades.
Entrando de lleno en cómo se ejecuta desde su región la optimización de esta gestión, tanto desde el ámbito de la evaluación como desde el asistencial, ha explicado un proyecto que considera esencial: el plan de telefarmacia. Se trata de un proyecto que ya se está desarrollando y que busca sentar las bases del seguimiento farmacoterapéutico especializado realizado de manera telemática al paciente externo, así como fijar el servicio de entrega de medicamentos "en proximidad", contando con diferentes recursos: centros de salud, oficinas de farmacia...
Los objetivos que persigue este plan, según detalla Ventura, están principalmente centrados en el paciente y son varios: "Se busca incrementar la satisfacción; incrementar la percepción de calidad, coordinación e integración asistencial; mejorar el acceso de los pacientes a los farmacéuticos de hospital; reducir la dependencia del hospital como sitio físico; incrementar el contacto continuado y humanizado, y, sobre todo, fomentar la autonomía, la responsabilidad y la participación en las decisiones de los propios pacientes. Además, queremos también que esto sirva para ampliar la cartera de servicios de las unidades de pacientes y externo de los servicios de Farmacia; que nos permita orientarnos más a actividades más clínicas y de seguimientos, y que nos permita también integrarnos con otras estructuras".
Radiografía del presente
Por su parte Ruibal, durante su intervención, ha hecho una radiografía de los grandes retos presentes a los que se enfrenta el sistema sanitario y los ha recogido en seis conceptos: cronicidad, envejecimiento, dependencia, pluripatología, complejidad y cuidados al final de la vida. Sobre este escenario, ha señalado que los recursos sanitarios son finitos, lo que obliga a optimizar e ir adaptándose a las necesidades de cada momento. De hecho, ha subrayado que "siempre estamos en un continuo proceso de trasformación, aunque muchas veces no nos demos cuenta" de ello.
Además, ha puesto de manifiesto que el futuro de la atención hospitalaria pasa por profesionales integrados en equipos multidisciplinares, en los que se rompan barreras entre niveles asistenciales y en los que se dé peso al farmacéutico de hospital en la toma de decisiones. Todo ello, por supuesto, ha indicado que debe venir acompañado de "especialización, formación y acreditación". Además, ha añadido que esta apuesta multidisciplinar requiere contar con las nuevas tecnologías, para así potenciar ámbitos como la inteligencia artificial, el internet de las cosas y la analítica basada en datos (big data).
En cuanto a cómo debe cambiar la estructura organizativa de los hospitales para atender las necesidades reales actuales de los pacientes, Ruibal ha lanzado una reflexión: "Si realmente queremos una asistencia centrada en la persona y en la forma de enfermar de los pacientes, tenemos que intentar adaptar nuestras estructuras organizativas a esa forma de enfermar de los pacientes, y eso exige abordaje interdisciplinar de las patologías y un cambio de organización. No digo desmontar completamente la organización actual, porque la especialidad es necesaria, pero no debe ser el eje de nuestra organización. El eje de nuestra organización deben ser las unidades funcionales interdisciplinares, que den una respuesta mucho más adecuada a la forma de enfermar de los pacientes y que, al mismo tiempo, permitan mantener la necesaria estructura jerárquica de servicio, que es imprescindible para otros aspectos tan relevantes, como es la formación de futuros especialistas".
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Tras esto, ha defendido que se estrablezca una "estructura formativa híbrida en la que sean las unidades funcionales las que representen la organización de nuestros centros y en las que el farmacéutico tenga su papel mucho más activo dentro de los propios equipos asistenciales".
Más participación del paciente
Alicia Herrero, por su parte, ha centrado su ponencia en defender la necesidad de que el paciente, no solo sea el eje vertebral de la asistencia sanitaria, sino que además participe en la toma de decisiones. Esto implica, entre otras cuestiones, consolidar la apuesta por la "humanización" en la prestación de la atención. "El paciente actual es un paciente informado, crítico, deliberativo, que se implica en las decisiones clínicas y que quiere estar comprometido", ha expuesto.
Se trata, según ha resumido, de conseguir que el paciente se convierta en un "agente activo de su salud", y para ello ha destacado que es esencial que se optimice la digitalización y el uso de las nuevas tecnologías, así como la medición de resultados. Además, es importante que el paciente conozca mejor al farmacéutico de hospital, con el fin de mejorar la actuación y la comunicación que existe entre ambos.
Por último, y a modo de conclusión, Herrero ha presentado los que a su juicio son los grandes retos de futuro del farmacéutico de hospital: ser un profesional clínico integrado en los equipos multidisciplinares y que forme parte de los procesos de decisión; potenciar la formación; replantear las ubicaciones de los servicios de Farmacia de los hospitales; replantear los procedimientos actuales y ver si se adecúan a la realidad y a la apuesta por la digitalización; utilizar los valores que aporta el paciente para la medición de resultados, y revisar los procesos asistencial. "Son retos que hemos comenzado pero que tenemos que seguir impulsándolos", ha concluido.
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