José Luis Nájera fue reelegido el pasado domingo como presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Palencia. Afronta esta nueva legislatura con entusiasmo, con ganas de seguir impulsando el papel profesional del farmacéutico y sabiendo que el inicio de esta nueva andadura estará marcado por la Covid-19.
En una entrevista con este periódico analiza sus principales retos al frente del COF y los objetivos que quiere conseguir en los próximos cuatro años.
Pregunta.- ¿Cuáles son las prioridades que se ha marcado para esta legislatura?
Respuesta.- Una de nuestras líneas principales es seguir poniendo en valor el papel del farmacéutico, demostrando todo lo que puede aportar a mejorar tanto la salud de los pacientes como el propio sistema sanitario. Queremos potenciar su rol asistencial, su labor investigadora y su papel como agente de salud.
P.- ¿Cómo pretende impulsar aún más el papel del COF en esta legislatura?
R.- El colegio ha venido trabajando en los últimos años para mostrar ese valor añadido que aporta el farmacéutico, sobre todo, dadas las condiciones de nuestra provincia, en el medio rural. Vamos a seguir trabajando para demostrarle a la Administración todo lo que podemos hacer y para decirle que queremos aportar en todo aquello en lo que podamos.
P.- ¿Podría dar algunos ejemplos de esa capacidad asistencial que tienen los farmacéuticos?
R.- Pues por enumerar algunos, hemos puesto en marcha la red de farmacias centinela, que están funcionando de un modo ejemplar; hemos demostrado cómo a través de nuestra intervención con sistemas personalizados de dosificación podemos mejorar la adherencia y reducir duplicidades y problemas relacionados con la medicación; y trabajamos en estudios que permiten conocer con anterioridad las oleadas de gripe a través del consumo de antigripales.
P.- Está muy presente la farmacia rural en las distintas políticas que se ponen en marcha desde el COF, ¿verdad?
R.- En una comunidad autónoma y en una provincia como la nuestra la farmacia rural es muy importante. Un 63 por ciento de nuestras farmacias son rurales y aportan un valor añadido al modelo farmacéutico, aunque sabemos que precisan otras vías de remuneración para que sigan siendo sostenibles. Sabemos que el actual sistema retributivo por margen no es suficiente. Debemos remunerarlas no sólo por el margen, sin por el resto de servicios que están dando.
P.- ¿Se está trabajando con la Administración para implantar otras vías de ingreso para las farmacias rurales?
R.- Una de nuestras principales reivindicaciones es la integración del farmacéutico en los planes de salud. Las farmacias de Castilla y León realizamos más de un millón de horas de guardia al año, lo que garantiza la prestación farmacéutica y el pleno acceso al medicamento por parte del paciente. Eso es algo que habría que valorar y ver cómo se podría remunerar para dar mayor viaibilidad a las farmacias, sobre todo del ámbito rural.
P.- ¿Y el índice corrector que se aplica a las farmacias con viabilidad económica comprometida? ¿Contribuye a mejor la situación de estas farmacias?
R.- El índice corrector supone un alivio, pero no es suficiente. Lo que buscamos es una remuneración por todos los servicios que estas farmacias ofrecen. La idea no es que se dé una subvención, sino que se impulsen acciones que mejoren la prestación farmacéutica y que redunden en una mejora del sistema.
P.- La crisis sanitaria de la Covid-19 ha afectado de pleno a la labor profesional de los farmacéuticos. ¿Cómo valora la labor profesional que han realizado?
R.- Ha sido encomiable. Han permanecido en primera línea durante todo el estado de alarma, dando lo mejor de sí, multiplicando las labores que se realizaban e implicándose para ofrecer el mejor servicio a la población. Hemos realizado además una importante labor de asesoramiento, ya que el paciente no acudía al centro de salud y hemos sido las farmacias las las que hemos resulto las dudas y las que hemos escuchado sus consultas. Muchos de ellos sólo querían hablar y sentirse escuchados, porque han estado solos, y ahí también hemos estado nosotros.
P. ¿Cómo valora la gestión de la pandemia que se ha hecho desde la Administración?
R.- Es cierto que nos hemos enfrentado a una situación compleja, que venía sin manual de instrucciones. Ha habido aspectos positivos, como el que se hayan agilizado trámites en el acceso a la medicación, pero también se han evidenciado cuestiones que debemos mejorar. Entre esas posibles mejoras veo, por ejemplo, la comunicación entre la farmacia comunitaria y el centro de salud, o la capacidad del farmacéutico de asumir más capacidades como poder variar una forma farmacéutica sin tener que derivar.
En un plano más general, veo importante que se analice todo lo que se ha hecho, que se valore lo bueno y lo malo y que aprendamos para mejorar en el futuro.
P.- En lo que respecta al futuro, ¿qué desea ver cumplido cuando finalice esta legislatura?
R.- Lo que me gustaría ver dentro de cuatro años es que la figura profesional del farmacéutico se encuentra plenamente implantada dentro de la Atención Primaria, y que trabaje perfectamente coordinado con el resto de profesionales sanitarios. Además, creo que estamos en un periodo en el que también deberíamos potenciar el papel de los farmacéuticos de Administración que trabajan en Salud Pública. Juegan un papel esencial dentro de esta pandemia y debemos darle el peso que tienen.
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