María Luisa Carcedo, médica, exministra de Sanidad y diputada, conoce de primera mano la Ley 3/2021 de Regulación de la Eutanasia (LORE). Fue su ponente en la tramitación de la norma en el Congreso pero, además, ha impulsado su gestión, la ha defendido en su recorrido parlamentario y, ahora, en el proceso de aplicación y desarrollo está para explicarla en forma y espíritu.
Así hizo en el Congreso de la Sociedad Española de Epidemiología que se ha clausurado este viernes en la ciudad de León. Carcedo participó en la mesa de "Cuidados paliativos, eutanasia y salud pública" que se celebró el miércoles, 8 de septiembre, donde aclaró algunas cuestiones de la ley.
Por una parte, respondió a la polémica disposición adicional primera de la LORE que recoge que la muerte por eutanasia deberá considerarse muerte natural. Este mandato, según la exministra, "está pensado a efectos de evitar conflictos con las aseguradoras y conflictos jurídicos que se pueden derivar de estos fallecimientos". Pero, a los efectos clínicos y epidemiológicos, "el paciente fallece de la enfermedad de base que tenga", puntualizó.
Enrique Arrieta Antón, médico de familia en Segovia y miembro de los grupos de trabajo de cuidados paliativos y de neurología de Semergen, que también participó en la mesa como ponente, aclaró que este apunte de "muerte natural" no va a dificultar el estudio epidemiológico posterior sobre los casos de eutanasia, pues "son los comités de garantías de la eutanasia de cada comunidad autónoma los que deben llevar un registro de las eutanasias practicadas".
"No cabe que los médicos prohíban... Es que los médicos no legislan en España, legislan las Cortes Generales"
Otra cuestión polémica a la que Carcedo tuvo que responder fue al hecho de que la eutanasia sea una práctica prohibida en el Código de Deontología Médica. Sobre esta cuestión, la exministra fue tajante: "No cabe que los médicos prohíban... Es que los médicos no legislan en España, legislan las Cortes Generales. Nuestra constitución proclama a España como un estado democrático de derecho y rigen las leyes y, en este caso, la LORE". Y añadió: "Lo único que pretende la ley es evitar sufrimientos y que la persona gestione su final".
Código Deontológico
Arrieta Antón suavizó la respuesta de la diputada del Partido Socialista, al recordar que "los médicos estamos adscritos a un código deontológico que, hoy por hoy, no está previsto que cambie en este sentido. Sin embargo, el debate está vivo y abierto y hay un amplio consenso social sobre la atención al final de la vida y sobre el falso dilema entre eutanasia y cuidados paliativos". Destacó que "esta ley pretende que el final del paciente tenga garantías".
Otro ponente de esta mesa, Albert Parés i Qui, doctor en Filosofía y profesor durante más de 20 años de Ética Médica y Bioética de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona, explicó que "la LORE, como en su momento los documentos de voluntades anticipadas, han facilitado el diálogo del paciente con la muerte. Un documento de instrucciones previas es una forma de no consentimiento informado, para decidir que no se aceptan determinadas actuaciones sanitarias posibles incluso indicadas en mi caso porque no quiero a partir de ese momento".
Parés i Qui defendió la utilidad del documento de voluntades anticipadas y aclaró que "no hay una edad para hacer un documento de voluntades anticipadas. [...] Se puede ser joven y tener mala suerte". Sin el documento de voluntades previas, según el experto, "se le está pasando la patata caliente de la decisión a otros. Por favor, decidamos por nosotros mismo. Reivindicamos la autonomía moral, pero, sobre todo, la responsabilidad de decidir por nosotros mismos cuándo podemos y no dejar que otros, con el sufrimiento emocional que les comportará, tengan que decidir por nosotros".
¿Cómo se encaja una mesa dedicada a la eutanasia en un congreso de epidemiología y salud pública? Fernando García López, coordinador del grupo de Ética y Protección de Datos de la Sociedad Española de Epidemiología, y encargado de coordinar la mesa, lo explica así: "la salud pública también es la atención a la personas enfermas y el cuidado de las personas que están al final de la vida para que sus derechos estén garantizados y tengan el derecho a una muerte digna. Todo lo relativo a la muerte está en el corazón de la bioética y es muy importante que se reflexiones desde una sociedad laica". Además, la reciente promulgación de la ley es calificado por García López como una buena noticia.
García López defiende que los cuidados paliativos y la eutanasia no son atenciones opuestas, sino complementarias. "Tan importante es garantizar el suicidio asistido o la eutanasia a aquellas personas que lo solicitan como garantizar una calidad de los cuidados paliativos suficientemente buena en todo el territorio español". Además, reflexiona: "Debería haber suficiente equipos especializados y monográficos para dispensar unos buenos cuidados paliativos en todas las comunidades autónomas".
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